CHIHUAHUA (MÉXICO): una madre soltera tarahumara confirma la desolación en la Sierra:
Ciudad Juárez, Chihuahua.-Las carencias y las necesidades en la Sierra de Chihuahua, son muchas, dijo la tarahumara Marcela Lara González, con los ojos llorosos, pidió a la comunidad que no se enojen si les piden, luego que ante la falta de comida no les queda otra más que el “korima”.
Efectivamente las tierras están secas ya no tienen espacio para sembrar ni dinero para comprar aun cuando sí hay víveres en Teberiche, lo pudo constatar hace tres meses que ella estuvo en ese lugar.
Se le estruja el corazón, cuando recuerda a su familia que se quedó en la Sierra, no se los ha podido traer, a pesar de que vende algunos artículos de ambulante, no ha podido juntar dinero para hacerle frente a las necesidades de traerse a su familia, que en el caso de ella es madre soltera y por eso más los necesita a tenerlos cerca.
A su manera, Marcela explicó la situación grave de los tarahumaras, que adquiere dimensiones graves de pobreza, por la carencia de una adecuada infraestructura para los servicios de salud y educación.
Hay muchas enfermedades y desnutrición infantil, y muy limitadas alternativas para fortalecer la economía del hogar, en Carichí sí venden alimentos, pero no hay dinero.
Se ríe al recordar que en su comunidad escasea la disponibilidad de electricidad, agua potable, y vías de comunicación, todo ello se agrava con frecuencia por el impacto de los caprichos del clima, o mucho frío, fuertes vientos, lluvias o tormentas, y en ocasiones las prolongadas sequías, como las del año pasado, únicamente llovió a gotas.
Marcela, dijo que su comunidad Teveriche, municipio de Carichí, es desierto y salvaje, hace mucho frío, en el lugar en donde habitan impone la existencia de familias pequeñas, sus parcelas difícilmente pueden mantener a más de cuatro o cinco miembros de la familia.
A los 14 años de edad, es considerado ya un adulto por el resto del grupo, así es el hogar tarahumara, su unidad es lo más persistente y definido en su vida y responde a las modalidades de su forma de ser, son respetuosos, pero exigen respeto.
Reconoció que muchos de sus compañeros tarahumaras no hablan español, mientras que ella lo fue aprendiendo, lo dijo con gusto que es inteligente y de escuchar a las personas y ver los labios pudo entender el idioma que ahora mucho le ha ayudado.
Al recordar a los suyos, dijo que el padre utiliza un término diferente para referirse a su hijo (nolá) y su hija (malá), pero la madre emplea un mismo nombre para todos sus hijos (dánala).
Por su parte, aunque tanto los hijos como las hijas tienen un término diferente para designar al padre, ambos usan el mismo para la madre, (Bennett y Zing), en el idioma rarámuri se usa la palabra tehueque para referirse al niño y tohuí a la niña.
A sus hijos nunca los regaña, y desde muy pequeños les dejó la responsabilidad del cuidado de algunos animales o tierras y sobre todo decidir por ellos mismos.
En la vejez, el tarahumara vive en una casa separada, a donde sus hijos le llevan presentes de comida y ropa, a lo que Marcela no quiere dejar así a su madre y se la quiere traer al kilómetro 33, en donde viven 50 familias, aquí se usa estar con los padres ancianitos y no dejarlos solos, por eso es su ilusión y la quiere cumplir.
Marcela no entiende por qué la quieren quitar de vender en el centro de la ciudad, si en la filosofía rarámuri es primordial el respeto a las personas, valoran más a las personas que a las cosas.
Le dio gusto saber que le llevan ayuda a los suyos, al enterarse que fueron a la Sierra de parte de las autoridades de todos los niveles y los medios de comunicación y las familias de Juárez donaron alimentos, despensas y sobre todo porque es comida.
#AMLO2012
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