Pulseras mágicas, el GT200 y Alfredo Castillo Cervantes
Hace tiempo comenté en Twitter que ver a Alfredo Castillo Cervantes, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México prestándose para promover una estafa como son las pulseras C-Prime que no son sino uno de tantos clones de las no menos fraudulentas pulseras Power-Balance*, no me inspiraba mucha confianza.
Tiempo después, también en Twitter, comenté que Cármen Aristeguihabía entrevistado a Castillo Cervantes y había salido, brevemente, el tema del GT200. Compartí un par de joyas que el procurador nos obsequió en esa ocasión, como su afirmación de que es capaz de detectar cadáveres y que es tan bueno haciendo eso que hasta detectó la cabeza de un perro.
No, no me estoy inventando. Vaya y escuche la entrevista para que salga de dudas.
Hoy acabo de leer esta nota de Josué Huerta en El Universal Estado de México y no puedo evitar volver a darme de topes contra la pared al leer algunas de las declaraciones de Castillo Cervantes, aunque la verdad, habiendo visto que se presta a promover las pulseritas esas, no se de qué me asombro si a fin de cuentas las pulseras mágicas y los detectores moleculares son los mismo: pedazos de basura adornados con palabrería pseudocientífica para engañar a los bobos.
Y tanto las Power Balance —y sus clones— como el GT200 —y sus clones— han tenido un éxito fenomenal en ese campo.
Como sea, le copio el fragmento completo para que lo disfrute como yo. Las negritas van de mi parte:
A pesar del ruído que ha habido en la última semana, veo que Castillo cervantes sigue sosteniendo que los GT200 funcionan, que el problema es con la detección de drogas no la de cadáveres. Esto me recuerda que en algún lado leí que cuando se mencionó que en Tailandia había fallado en la detección de explosivos, alguien dijo que no había problema, que aquí se le usaba para buscar drogas y en estos casos sí servían.
¿Es que acaso quieren que se haga una prueba para cada una de las decenas de tarjetas con las que viene acompañada esta caja engañabobos?
En cuanto a eso de que va a mandar a la Contraloría sus juguetes para que vean si funcionan o no, me trae a la memoria a cierto asesor deMarcelo Ebrard que me recomendo acudir a la Contraloría del D.F. cuando quise advertirle sobre este fraude.
Por otra parte, lo más interesante de la nota, para mí, ha sido confirmar mis sospechas de que los GT200 que usaba la PGJEM eran propios y no los que tiene la Agencia de Seguridad Estatal del Estado de México, por ejemplo. Ahora sé, gracias a Castillo Cervantes que sondos o tres, lo cual significa que —si le asignamos el precio unitario que se pagó en el D.F.— se han de haber gastado entre $879,580.00 y $1,319,370.00. No parece mucho, hasta que uno recuerda qué fue lo que se compró con ese dinero.
Dos o tres GT200 más para el Estado de México. Mmh... habrá que actualizar la lista de la ignominia.
A.T.
___
*Recuerde, si quiere impresionar a sus amigos compre la auténtica Placebo-Balance.
Tiempo después, también en Twitter, comenté que Cármen Aristeguihabía entrevistado a Castillo Cervantes y había salido, brevemente, el tema del GT200. Compartí un par de joyas que el procurador nos obsequió en esa ocasión, como su afirmación de que es capaz de detectar cadáveres y que es tan bueno haciendo eso que hasta detectó la cabeza de un perro.
No, no me estoy inventando. Vaya y escuche la entrevista para que salga de dudas.
Hoy acabo de leer esta nota de Josué Huerta en El Universal Estado de México y no puedo evitar volver a darme de topes contra la pared al leer algunas de las declaraciones de Castillo Cervantes, aunque la verdad, habiendo visto que se presta a promover las pulseritas esas, no se de qué me asombro si a fin de cuentas las pulseras mágicas y los detectores moleculares son los mismo: pedazos de basura adornados con palabrería pseudocientífica para engañar a los bobos.
Y tanto las Power Balance —y sus clones— como el GT200 —y sus clones— han tenido un éxito fenomenal en ese campo.
Como sea, le copio el fragmento completo para que lo disfrute como yo. Las negritas van de mi parte:
El procurador mexiquense Alfredo Castillo Cervantes indicó en una conferencia de prensa que “nosotros tenemos tal vez dos o tres(GT200)” mismos que no los hemos utilizado como lo ha hecho la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para la detección de drogas, sino de cadáveres.
Pues explicó que el aparato funciona para detectar moléculas de cuerpos o estupefacientes, dependiendo de la tarjeta con la que se le programe.
“Para el tema que nosotros lo llegamos a requerir no tuvimos tanta problemática, pero creo que el problema ha sido para el tema de la droga, para los retenes pero no lo hemos ocupado para ello”, dijo Castillo Cervantes.
El procurador del estado de México indicó que próximamente podrían dar vista sobre el GT200 a la Contraloría para que realice undictamen técnico el cual arroje que efectivamente los artefactos no son confiables.
“Será un tema con el proveedor para que se haga la devolución respectiva, no tenemos tanto problema por el número porque nuestro presupuesto es reducido pero si hay instancias como la Sedena en donde el número de aparatos que llegaron a comprar son de 200 o 300”, señaló el abogado del estado de México.
A pesar del ruído que ha habido en la última semana, veo que Castillo cervantes sigue sosteniendo que los GT200 funcionan, que el problema es con la detección de drogas no la de cadáveres. Esto me recuerda que en algún lado leí que cuando se mencionó que en Tailandia había fallado en la detección de explosivos, alguien dijo que no había problema, que aquí se le usaba para buscar drogas y en estos casos sí servían.
¿Es que acaso quieren que se haga una prueba para cada una de las decenas de tarjetas con las que viene acompañada esta caja engañabobos?
En cuanto a eso de que va a mandar a la Contraloría sus juguetes para que vean si funcionan o no, me trae a la memoria a cierto asesor deMarcelo Ebrard que me recomendo acudir a la Contraloría del D.F. cuando quise advertirle sobre este fraude.
Por otra parte, lo más interesante de la nota, para mí, ha sido confirmar mis sospechas de que los GT200 que usaba la PGJEM eran propios y no los que tiene la Agencia de Seguridad Estatal del Estado de México, por ejemplo. Ahora sé, gracias a Castillo Cervantes que sondos o tres, lo cual significa que —si le asignamos el precio unitario que se pagó en el D.F.— se han de haber gastado entre $879,580.00 y $1,319,370.00. No parece mucho, hasta que uno recuerda qué fue lo que se compró con ese dinero.
Dos o tres GT200 más para el Estado de México. Mmh... habrá que actualizar la lista de la ignominia.
A.T.
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*Recuerde, si quiere impresionar a sus amigos compre la auténtica Placebo-Balance.
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