29 de agosto de 2011

Ramón Alberto Garza No tenemos derecho a llorar…

No tenemos derecho a llorar…:


La conmoción social provocada por la tragedia del Casino Royale en Monterrey nos obliga como regiomontanos a mirarnos en el espejo.



Por Ramón Alberto Garza

A confrontarnos con los demonios a quienes con nuestro silencio cómplice les expedimos un pasaporte en blanco para que se adueñaran de lo que solía ser un oasis empresarial, cultural y social, ejemplo de valores en América Latina.

Porque antes que reprender con toda justicia a las autoridades que por incompetencia o complicidad autorizaron la proliferación de los casinos y no los vigilaron, tendríamos que condenarnos a nosotros mismos.

A todos los regiomontanos que tomamos por asalto las decenas de casinos, los cientos de mesas de bingo, las miles de máquinas tragamonedas, con la esperanza de ganar en una sentada, con unos cuantos pesos, lo que solíamos recibir en un mes o en un año con el sudor de nuestra frente.

Solo a partir de ese momento podremos tener cara para recriminar a los gobiernos federal, estatal y municipal o al poder judicial, el que hayan expedido y vendido por un plato de lentejas los permisos para que la mayoría de esos casinos se convirtieran en “la banca negra” del crimen organizado.

Será entonces cuando valdrá la pena echarle en cara a los políticos de todos los partidos, lo mismo candidatos a alcaldes que a aspirantes a gobernadores, a jueces o a magistrados, el haber aceptado el padrinazgo de ese dinero sucio para aceitar sus costosas campañas o sus insultantes estilos de vida . Terminaron secuestrados.

Y si no es así, demuéstrenlo. Aunque sea tarde, la tragedia del Casino Royale obligaría a que hoy Monterrey y su metrópoli amanecieran con todos los casinos clausurados y expropiados.

Para que no vuelvan a abrir sus puertas que invitan a la violencia y a la muerte. Para convertirlos en escuelas, en clínicas, en dispensarios, en centros sociales.

El primer paso lo debemos dar los ciudadanos decidiendo no volver a poner un pie en una sala de juego.

Lo demás se dará por consecuencia.

No lloremos hoy como víctimas lo que no fuimos capaces de frenar como ciudadanos.

¿O cuántas vidas más necesitamos apostar?

La cobertura y análisis de la tragedia en la edición 242 de Reporte Indigo Monterrey.

Misterios Públicos
http://misteriospublicos.blogspot.com


¡AMLO 2012!

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