'En el fondo, el papel que Murdoch ha jugado en Inglaterra, otros lo juegan
aquí. Allá es un escándalo y aquí debería serlo'
Lorenzo Meyer
El Tema. El título de esta columna no se refiere a la presencia que las
empresas del octogenario magnate australiano -la cadena de televisión Fox,
los estudios de cine del mismo nombre, televisión por cable, 175 periódicos
en todo el mundo, etcétera- puedan tener en nuestro país, sino a algo más
desagradable aún: a su espíritu; al uso de los medios masivos de
comunicación para beneficio personal y su visión muy conservadora del
mundo.
Desde hace ya mucho tiempo, en el ámbito de los medios de comunicación en
México domina una actitud y una forma de ver y dirigir ese negocio muy
semejante a la que por más de medio siglo ha animado a Rupert Murdoch, a su
heredero James y a sus colaboradores en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Murdoch ha creado un imperio que, para crecer y consolidarse, no sólo ha
hecho de la agresión y la intolerancia un arte sino que tampoco ha
desdeñado explotar el escándalo, alimentar la cultura del morbo, incurrir
en conductas poco éticas o de plano delictivas y en corromper instituciones
públicas.
Como se recordará, Murdoch -presidente de News Corporation, (empresa que en
2010 tuvo ingresos por 32,800 millones de dólares) y número 123 en la lista
mundial de multimillonarios de Forbes- y su hijo James, se vieron obligados
a comparecer hace poco ante un comité del Parlamento Británico para
responder por las acusaciones de acciones ilegales de sus empresas
periodísticas y que ya han llevado a la detención de diez personas acusadas
de intervenir ilegalmente los teléfonos de casi cuatro mil personas para
alimentar de noticias escandalosas a sus tabloides y de sobornar o influir
a policías para que éstos les pasaran información o no investigaran a fondo
las acusaciones de espionaje telefónico. Es más, el propio Primer Ministro
británico, David Cameron, ha sido cuestionado por haber contratado como
jefe de prensa a uno de los detenidos: Andy Coulson, personaje que
previamente había trabajado para Murdoch.
Datos. Fue otro diario británico, The Guardian, y no la Policía, quien
empezó a jalar la hebra que descubriría uno de los juegos ilegales del The
Sun, el periódico sensacionalista de Murdoch. Al final se sabría que, por
lo menos a lo largo de un decenio, se contrataron espías que interfirieron
teléfonos -de la realeza, de políticos o de víctimas de crímenes- y lo así
encontrado se convirtió en noticia exclusiva. Gracias al amarillismo, el
tabloide llegó a tirar hasta 5 millones de ejemplares, algo inimaginable en
México. Las denuncias de The Guardian no tuvieron eco hasta que fueron
tomadas por The New York Times; entonces ya nadie en Inglaterra pudo parar
un escándalo que llevó al cierre de The Sun y a que a los Murdoch se les
impidiera comprar la totalidad de las acciones de la cadena privada de
televisión por cable BskyB -cadena con 10 millones de clientes- y por la
que estaban dispuestos a pagar 8 mil millones de libras.
Argumentos Para Allá y Acá. Varios son los puntos a discutir que han salido
a la superficie tras el estallido del escándalo de Murdoch y sus empresas.
Desde México, lo más importante es que la autoridad se opuso a que el
magnate se hiciera con el control de BSkyB, empresa en la que Murdoch ya
tenía el 39% de las acciones. Y el argumento, válido en Gran Bretaña, pero
más aquí, es que la concentración de la propiedad de la televisión en unas
cuantas manos es contraria al interés general. Si eso se argumenta en un
país donde los competidores de Murdoch -la BBC, ITV, Canal 4 y Canal 5-
tienen alrededor del 75% de la audiencia, con mayor razón se podría usar
ese fundamento en un México donde una sola empresa privada -Televisa- tiene
entre el 70 y el 75% de la audiencia. Obviamente el razonamiento que llevó
a los políticos de Londres a aprovechar que los Murdoch estaban bajo ataque
para insistir en que el interés público requiere que la propiedad y los
enfoques de la televisión estén dispersos y sean plurales, es aún más
fuerte y claro en el caso mexicano.
¿Por qué la famosa Policía de Scotland Yard no actuó contra News Corp. a
pesar de tener desde 2005 en su poder once mil fichas donde estaban
registradas las escuchas ilegales hechas a 3,870 personas por personas
ligadas a la empresa? Pues en parte, por la buena y nada apropiada relación
establecida entre los jefes policíacos y la gente de Murdoch y en parte por
el temor de los jefes de la Policía a que The Sun desatara una campaña en
su contra. Esa misma mezcla de favores y temor dominaba también entre los
políticos ingleses. En Gran Bretaña la televisión no es un factor decisivo
en las campañas electorales porque, afortunadamente para ellos, su acceso
está restringido, pero entonces las páginas de la prensa son el gran campo
de la contienda, y ahí The Sun abiertamente se pronunció por los candidatos
que salieron ganadores en 1979 -Tatcher-, en 1997 -Blair- y en 2010
-Cameron. Fue por esa misma razón que este último decidió contratar a
Coulson, el antiguo editor de la edición dominical de The Sun, como jefe de
prensa no obstante que se le había advertido de manera indirecta sobre las
sospechas que ya pesaban sobre ese personaje. Y la cosa no termina ahí, en
su momento una Comisión de Reclamaciones sobre la Prensa no se atrevió a
investigar a The Sun y el grueso de la prensa británica dejó sólo en su
lucha contra el gigante a The Guardian, que sólo pudo respirar tranquilo
cuando la prensa norteamericana acudió en su ayuda (ver las declaraciones
de Alan Rusbridger, de The Guardian en El País, 24 de julio).
En México el fondo del problema inglés también se presenta, pero agravado.
Aquí no es la prensa sino la televisión, la que juega el papel político que
los periódicos de Murdoch juegan en Gran Bretaña y Fox News en Estados
Unidos. Por ello, en vísperas de la elección presidencial del 2006, en
marzo, el duopolio televisivo mexicano pudo hacer que el conjunto de
fuerzas políticas representadas en la Cámara de Diputados federal aprobaran
sin discutir y en siete minutos la llamada 'Ley Televisa' (LFRTV)
-desregulación del espectro digital en favor de las dos empresas
dominantes-, misma que inmediatamente después el Senado aceptó sin
cambiarle nada y que la Presidencia publicó sin considerar vetarla como
suponía la opinión de la SCT. Sería la Suprema Corte (SC) la que finalmente
encontrara inaceptable la ley, pero este es el momento en que la clase
política mexicana sigue sin atreverse a reformarla pese a ser contraria al
interés público.
En las elecciones que tendrán lugar en 2012 en nuestro país, la televisión
ya tiene a su candidato. Es verdad que no siempre a quien la televisión
apoya gana -de lo contrario no se entendería lo sucedido en 1988, cuando
más del 90% del tiempo en pantalla de la televisión mexicana lo tuvo Carlos
Salinas y, pese a ello, quizá perdió la elección-, pero no hay duda que
tiene una enorme ventaja sobre sus rivales. Especialmente, si como es hoy
el caso, la decisión y acción de favorecer al inevitable candidato del PRI
-Enrique Peña Nieto- se tomó hace ya mucho tiempo.
La Calidad. A la de Murdoch se le llama 'prensa basura' porque está
dirigida a cultivar y satisfacer no lo mejor de la cultura cívica sino lo
peor. Se trata de regodearse y explotar al máximo los aspectos más sórdidos
de la sociedad. En México, y desde hace buen tiempo, también hay ese tipo
de prensa, pero es marginal, entre otras razones por falta de lectores.
Aquí lo equivalente a The Sun es el predominio de programas en la
televisión que favorecen la conformidad, la aceptación del status quo, el
mantenimiento del denominador común cultural en el rango más bajo posible
para sostener una visión del mundo que no despierte inconformidades. Como
según las estadísticas de Gobernación más del 60% de la población usa a la
televisión como su fuente principal de información política, pues es ahí
donde se forja la imagen dominante de lo que es México y el mundo para los
mexicanos.
Para Concluir. Si en una de las democracias políticas con más arraigo, como
es Gran Bretaña, la concentración de la propiedad de medios de comunicación
en manos de personajes con muy poco respeto por lo que se supone que es la
ética del periodismo y el interés público, acaba de mostrar su notable
capacidad para corromper instituciones tan fuertes como el Parlamento,
Scotland Yard y poner en situación de riesgo incluso a la oficina del
Primer Ministro, entonces en México, una democracia sin raíces, un fenómeno
no igual, pero semejante e incluso más grave que el británico, debe verse
como una lección política y obligarnos, a dirigentes y a la sociedad, a
sacar conclusiones y actuar en consecuencia.
Fuera de los demás argumentos, hay uno que me parece tonto. Decir que la presna basura es marginal en México por falta de lectores es una falacia. Las revistas y periódicos con más tiraje son aquellos que representan la prensa basura: La Presna, El gráfico, El metro, TvNotas, etc.
ResponderBorrarUna cosa es cargar los dados contra "el duopolio" y otra es acomodar la realidad par apoyar los argumentos.