14 de febrero de 2011

VOCES DEL PERIODISTA: Inminente, el asalto final

PUNTO CRÍTICO
Inminente, el asalto final

Los organismos financieros internacionales y su aliado, el gobierno de México, preparan el asalto final contra la soberanía nacional. Hasta el momento han logrado el control de sectores fundamentales como el bancario, el de las comunicaciones y transportes, el de la minería y el de las telecomunicaciones. Sus redes financieras y operativas han penetrado ya hasta lo más profundo de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad, aunque ambas empresas están, aún, bajo la tutela de la Constitución.

¿Qué les falta para obtener todo el botín? Modificar nuestra Carta Magna para entregar legalmente a PEMEX y la CFE a los monopolios extranjeros y sus prestanombres mexicanos, y hacerse del control total de los recursos naturales que todavía le quedan al país, como el agua, los bosques, la energía solar y la energía eólica.

Les falta, también, el control absoluto sobre el recurso humano -el más valioso de todos- mediante la aprobación de las llamadas reformas estructurales: la reforma laboral, la educativa, la de competencia, la fiscal y la energética.

La reforma laboral busca precarizar todavía más las condiciones de trabajo en México, dando a los patrones la libertad de contratar a sus trabajadores de manera temporal, conforme a las necesidades de la producción. Esto quiere decir que un empleado puede laborar tres horas el lunes por la mañana, una hora el martes por la tarde, no ser llamado el miércoles, cumplir cuatro horas de jornada durante la noche del jueves y cumplir un turno de 7 a 9 de la mañana, del viernes. Se trata, claro, de un ejemplo hipotético, que, sin embargo, da una clara idea del espíritu inhumano de esta ley.

El trabajador o empleado recibirá, posiblemente, una mayor remuneración por hora, pero, a la larga, ganará menos. ¿Por qué? Regresemos al ejemplo anterior para ilustrar: el lunes de esa semana hipotética ganará lo correspondiente a tres horas; el martes sólo recibirá la paga de una; el miércoles no obtendrá paga alguna; el jueves sumará cuatro horas más y, finalmente, el viernes otras dos. En total recibirá la paga correspondiente a 10 horas. A eso habrá que agregar que carecerá de prestaciones y, para colmo, los horarios dispares le impedirán hacer una vida ordenada, esto es, se le dificultará la convivencia familiar y le será muy difícil estudiar o trabajar en otra empresa, de manera simultánea, porque los horarios irregulares se lo van a impedir.

La reforma laboral propuesta por el gobierno federal reducirá a los trabajadores a la categoría de mercancía. Las empresas de outsourcing, en cambio, harán el gran negocio.

En cuanto a los objetivos de la reforma fiscal diremos, simplemente, que son tres:

a) Cobrar más impuestos a los contribuyentes cautivos.

b) Aumentar la capacidad de gasto del gobierno, sin que éste rinda cuentas.

c) Mantener los regímenes de excepción a las grandes corporaciones trasnacionales, sean mexicanas o extranjeras.

Citemos dos datos absolutamente verificables que ilustran perfectamente el espíritu recaudador y dilapidador de la pretendida reforma fiscal: los excedentes petroleros en el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) rebasaron los 500 mil millones de pesos. Con Felipe Calderón, nada más el año pasado, esos recursos sumaron los 150 mil millones de pesos. ¿Qué se ha hecho con todos esos recursos? ¿Por qué se incrementan mensualmente los precios de las gasolinas a pesar del ingreso de enormes cantidades de recursos no presupuestados?

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http://www.vocesdelperiodista.com.mx/index.php/component/content/article/1384.html?ed=45


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