Con ayuda de los “ex”
Alejandro Gutiérrez
Las trasnacionales españolas de energía Gas Natural-Unión Fenosa y Endesa contrataron respectivamente a los expresidentes Felipe González y José María Aznar con un propósito explícito: aprovechar sus contactos e influencia política para expandir los negocios de esas empresas en América Latina, particularmente en México. De hecho, ya empezaron a hacerlo: el pasado jueves 20, Aznar se reunió en Los Pinos con Felipe Calderón y, en esa misma semana, la prensa española publicó que González creará una nueva sociedad de capital de riesgo que contaría con la colaboración de Carlos Slim, quien por cierto ya posee 15% de Gas Natural-México.
MADRID.- “Los expresidentes somos como jarrones chinos: objetos inútiles que nadie sabe dónde colocar en casa y en cualquier lado estorban.”
Desde que en 1996 dejó de ser jefe del gobierno español, Felipe González repite con frecuencia esa frase. La pronunció, por ejemplo, en octubre pasado en Barcelona, durante la presentación de su libro Mi idea de Europa.
Sin embargo, las poderosas trasnacionales españolas de energía consideran que los expresidentes sí son útiles: Gas Natural-Unión Fenosa contrató a González, mientras que Endesa hizo lo mismo con el conservador José María Aznar, quien gobernó a España de 1996 a 2004. Ambos grupos empresariales pretenden utilizar la influencia política de los exmandatarios para concretar sus planes de expansión en América Latina y, particularmente, en México.
El pasado 17 de diciembre, Gas Natural-Unión Fenosa, que preside Salvador Gabarró, dio a conocer el nombramiento de Felipe González como “consejero independiente” de la sociedad, con retribución anual de unos 126 mil euros.
“La incorporación de Felipe González permitirá a la sociedad energética contar con una persona de amplio reconocimiento y prestigio internacional, especialmente como estadista y experto conocedor de Latinoamérica, y también de los países de la Unión Europea y del arco Mediterráneo, en los que Gas Natural-Fenosa tiene una presencia significativa como operador energético”, dice un comunicado de la empresa.
La primera tarea de González será reconducir las negociaciones con Argelia, donde la gasera enfrenta un conflicto. La razón: el país norafricano aumentó unilateralmente el precio pactado del gas que le suministró entre 2007 y 2009. Para la compañía española, ello implicaría un desembolso de mil 500 millones de euros, aseguró el pasado 17 de enero el semanario El Siglo de Europa.
Por su parte, Endesa, que preside Borja Prado, anunció el 11 de enero el fichaje de Aznar como “asesor externo”, “cuya labor estará orientada al asesoramiento para la estrategia de expansión de la empresa en América Latina”. Por este trabajo, el político cobrará alrededor de 200 mil euros anuales, según informaron a la agencia Europa Press fuentes empresariales.
“Tráfico de influencias”
En entrevista telefónica con Proceso, Alberto Montero Soler, catedrático de Economía de la Universidad de Málaga, comenta acerca de esta política de “puertas giratorias”, en la que expresidentes y miembros del gobierno son fichados por las grandes trasnacionales españolas:
“No es para aprovechar sus conocimientos teóricos sobre el ramo, sino su red de contactos políticos y diplomáticos tejida durante el ejercicio de la administración pública, así como para facilitar la implantación de las compañías en países de América Latina. Es una cosa que se me hace éticamente reprobable.”
De acuerdo con la prensa española, al menos 37 ministros de los gobiernos de González y Aznar ahora trabajan para empresas privadas.
Dos ejemplos son ilustrativos:
Javier Solana, exsecretario de Educación y de Relaciones Exteriores en el gobierno de González, así como exalto representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, es actualmente consultor de Acciona, empresa española dedicada a los recursos hidráulicos, construcción de infraestructura, vivienda y energía renovable.
Rodrigo Rato, exvicepresidente económico de Aznar y exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), es ahora presidente de Caja Madrid.
El que los expresidentes compaginen su legítimo trabajo en el sector privado con las compensaciones económicas a las que tienen derecho de por vida por sus servicios al frente del país, provocó un encendido debate en España.
En este país, los exmandatarios tienen una pensión vitalicia de unos 80 mil euros anuales, además de una oficina de apoyo con dos funcionarios, vehículo oficial, chofer y escoltas. Aún más: cuando dejan el cargo reciben una indemnización equivalente a dos años del salario que percibían.
En un comunicado del martes 11, Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario de Izquierda Unida (IU), señaló que González y Aznar “tuvieron mucho que ver en el rosario de privatizaciones que enajenaron el patrimonio público, a veces en condiciones muy oscuras. Tras ese pasado, su incursión ahora en el sector privado energético la considero éticamente reprobable”.
El legislador aludió así a la privatización de Endesa, que tuvo lugar durante el primer gobierno de Aznar (1996-2000). A su vez, González impulsó en su mandato (1982-1996) algunas privatizaciones y el reordenamiento del sector energético, uno de cuyos resultados fue la constitución de la multinacional Repsol, hoy accionista de Gas Natural.
También criticó a las trasnacionales porque “fichan a esos políticos por su nombre y por sus agendas de contactos, se supone que bien surtidas, y parece bastante claro que se busca tener acceso a la posibilidad de supuestos tratos de favor para el futuro”.
Por su parte, el diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Pedro Aspiazu, acusó a ambos expresidentes de ejercer un “vergonzoso tráfico de influencias” debido a que son figuras políticas “significativas”. Les pidió reflexionar sobre “su vergonzoso fichaje, más aún en la coyuntura de crisis económica y de paro en que estamos”.
“O ejercen de expresidentes o ejercen de cabilderos, pero no se puede ejercer de las dos cosas a un tiempo”, apuntó el martes 25 Aitor Esteban, diputado del PNV, durante una discusión en el Congreso de los Diputados.
Los diputados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y del Partido Popular (PP), cuyo antagonismo es histórico, votaron en bloque la noche de ese martes 25 para desechar una iniciativa de los partidos minoritarios de izquierda consistente en endurecer las condiciones de contratación de exgobernantes y miembros del servicio público por parte de empresas privadas.
Las cachuchas de Aznar
El jueves 20 –nueve días después de su nombramiento como consejero de Endesa–, Aznar se reunió en Los Pinos con el presidente Felipe Calderón. “Intercambiaron impresiones sobre los principales temas y desafíos globales”, apuntó un comunicado de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think thank del PP, que preside Aznar.
En su visita a México, en la que manifestó su respaldo a la lucha de Calderón contra el narcotráfico, Aznar presentó –primero al mandatario mexicano y luego a “académicos, empresarios y miembros de think thanks mexicano”– el Global Adaptation Institute (GAI), una iniciativa privada sin afán de lucro, de cuyo consejo asesor es presidente.
El objetivo de esta organización es: “Mejorar el conocimiento sobre el cambio climático y perfeccionar las políticas públicas que sirvan a los países en desarrollo a hacer frente a sus consecuencias”, aseguró el comunicado de la FAES.
El GAI recibió 10 millones de euros por parte de la firma de capital de riesgo NPG Energy Capital, la cual “gestiona inversiones por 9 mil millones de dólares en decenas de empresas especializadas en petróleo, gas y electricidad”, según difundió el pasado 18 de octubre el periódico Público.
En octubre de 2008, Aznar consideraba al cambio climático como una teoría “científicamente cuestionable”. Ahora que impulsa el GAI se dice convencido de las bondades de las energías renovables y del cuidado de la naturaleza. Sin embargo, evitó hacer comentarios sobre las denuncias que existen contra Endesa debido a presuntos abusos cometidos contra campesinos del Istmo de Tehuantepec, donde la empresa instaló un corredor eólico.
En mayo de 2010, el portal Periodismo Humano informó que campesinos de 13 poblados de la región denunciaron penalmente a Endesa y otras compañías eléctricas españolas por despojo y otros delitos.
El conflicto se remonta a 2006 cuando los directivos de la empresa recibieron de los denunciantes las escrituras originales de sus tierras, con el propósito de formalizar los contratos de renta por éstas. Sin embargo, hasta 2009 los campesinos sólo habían recibido tres pagos de mil 300 pesos y los directivos se negaban a devolverles sus documentos.
Endesa tiene en México cuatro plantas en operación: Micase con una potencia instalada de 10.7 megawats (MW); Fermicaise, 4.2 MW; Italaise, 5.2 MW y Grasaie, con 5.25 MW, según el sitio en internet de la empresa. En el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, dispone de un campo eólico con capacidad instalada de 500 MW.
El 13 de marzo de 2008, Endesa presentó su plan estratégico. Anunció que buscaría “nuevas oportunidades en México”, país donde competirá con las compañías españolas Iberdrola y Unión Fenosa.
Entonces preveía inversiones por 6 mil 500 millones de euros en América Latina; aparte de México, contemplaba ensanchar su presencia en Chile, Brasil, Colombia, Perú y Argentina.
Asimismo, la española implantó para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) el proyecto piloto PLC (Power Line Communications), que proporciona los servicios de transmisión de datos sobre la red de media y baja tensión en las oficinas de la paraestatal en Monterrey, según el acuerdo firmado y dado a conocer el 23 de marzo de 2003.
La agenda de Aznar en México incluyó un encuentro con Gustavo Madero, presidente del Partido Acción Nacional y otros líderes de ese partido, como el senador Jorge Ocejo, presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (OCDA). En ése se acordó avanzar en la formación de cuadros del PP y del PAN, la formulación de propuestas políticas y la “conformación de una agenda para las libertades en América”.
González, operador
Desde hace varios meses, Felipe González prepara la constitución de una sociedad de capital de riesgo en la que contará con la “colaboración segura de algunas grandes fortunas”, entre éstas la de Carlos Slim, “de quien es amigo cercano y asesor para asuntos políticos internacionales”, informó el lunes 17 y el martes 18 el diario digital El Confidencial.
De acuerdo con esta publicación, Slim ya “comprometió una importante aportación inicial para que el proyecto atraiga el interés de otros futuros inversionistas”, entre ellos José Manuel Pemán, exejecutivo del banco Chase Manhattan en Europa.
En su calidad de “asesor del propietario de Telmex”, González intercedió en 2008 para que Slim llegara a un acuerdo con el grupo Prisa (compañía que edita el diario El País) para que el magnate comprara acciones y lo rescatara de sus deudas. Sin embargo, el acuerdo no se concretó (Proceso No 1664).
La noticia sobre la sociedad de capital de riesgo que impulsa González se publicó tres semanas después de que el expresidente se incorporó a Gas Natural-Unión Fenosa, grupo que es asociado con Slim en algunos negocios. Por ejemplo, el 26 de mayo de 2008, la entidad financiera La Caixa anunció la compra de 20% del grupo financiero Inbursa, de Slim, por un monto de 2 mil 400 millones de dólares. El objetivo: realizar un plan de expansión en banca minorista que empezaría en México y posteriormente se extendería a Estados Unidos y a América Latina. De hecho, el holding de empresas Criteria-La Caixa Corp., controla 33% del grupo Gas Natural.
Cuatro meses después, el 22 de septiembre de 2008, la sociedad de inversión de Slim, Sinca-Inbursa, compró a la gasera española 15% de Gas Natural-México por 72 millones de dólares. Con esta operación, Slim se convirtió en segundo inversor de Gas Natural-México, después de la española Gas Natural, que mantiene 71.75% de acciones, y antes de Iberdrola, que posee 13.25%.
El presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró, aseguró que con esta operación su compañía realiza “una apuesta estratégica por el mercado mexicano, que cuenta con un importante potencial de crecimiento”.
Por su parte, Rafael Villaseca, consejero delegado del grupo Gas Natural, aseguró que la entrada de “un socio estratégico como Inbursa en el capital de Gas Natural México”, además de acelerar el crecimiento del grupo en el país, “supone un gran paso en el cumplimiento del Plan Estratégico 2008-2012”.
Ese plan estima que la mitad del mercado de gas de Latinoamérica, que alcanzará los 10.7 millones de clientes en 2012, se encuentra en México.
Gas Natural posee en México cinco plantas de ciclo combinado en Tamaulipas y Saltillo, Coahuila, que lo convirtió en el segundo operador privado en generación de electricidad, con capacidad de 2 mil 233 MW y es el principal distribuidor de gas en el país, de acuerdo con un documento informativo de la trasnacional, fechado en junio de 2009.
El 20 de julio de 2008, Gas Natural compró a la constructora ACS, que preside Florentino Pérez, su parte accionaria en la eléctrica Unión Fenosa, por 16 mil 750 millones de euros. Con esta fusión, las posesiones de Unión Fenosa en México pasaron a manos de Gas Natural.
Desde 2002, Unión Fenosa era la principal generadora privada de electricidad en México, donde contaba con inversiones por mil millones de dólares, para pasar de mil MW a 4 mil MW de energía producidos. Además tenía participaciones en el sector aeroportuario (Proceso 1352).
En los hechos “se abre una nueva fase en las agendas políticas y diplomáticas de Felipe González y José María Aznar para ensanchar la presencia de esas empresas de energía españolas en América Latina, incluido, por supuesto, México”, concluye el catedrático Montero Soler.
¡AMLO 2012!
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