Contaba con mi olfato, con mucha fantasía y también con un gran sentido crítico para equilibrarla. Julius Fucik
Durante décadas el periodismo en nuestro país, con escasas excepciones, ha sido la apología de poder; se criticaba sí, pero a los que criticaban a la clase política y empresarial, a los prohombres de la patria. Las denuncias que pasaban por el filtro de la autocensura, o de la censura de la Secretaría de Gobernación tenían siempre que ver con el más bajo de los funcionarios, o con el funcionario medio caído en desgracia frente a los hombres del poder.
No es ahora que como sociedad y ante la falta de medios que saquen las voces escondidas, las incomodas, recurramos a otro tipo de periodismo. Desde diversas vértices, en este país hemos tenido ese otro tipo de periodismo, el ciudadano. ¿Qué sabríamos de las luchas campesinas y obreras de los 50 o 60 en México sin la revista política? ¿Qué sabríamos de la represión al movimiento estudiantil del 68, al movimiento armado y a numerosas causas sociales sin la revista Por Qué?, ¿Cómo nos explicaríamos la década de los 80 sin Proceso o la etapa original del periódico Uno Más Uno? ¿A quién habría mandado sus comunicados el comandante Marcos la madrugada del primero de enero de 1994 si no existieran Proceso, La Jornada y El Financiero de los 90? ¿Quién habría publicado lo sucedido en Oaxaca en 2006, sin las líneas de NOTICIAS?
Todos ellos hicieron un periodismo diferente, lograron impactar la historia, se enfrentaron al poder de las televisoras y aunque parezca muy pretencioso: ganaron.
Sabemos que este tipo de periodismo incómodo ha sido detestado por la gente del poder y también por los que han hecho del periodismo un negocio más, una rama más de la producción capitalista; recordemos los ataques, las descalificaciones que han padecido periodistas como, Lydia Cacho, Carmen Aristegui, Sanjuana Martínez; en Oaxaca, Pedro Matías, Rebeca Luna, Ixtli Martínez, Octavio Vélez y otros muchos que han preferido callarse cada una de las amenazas de muerte, hostigamiento, miedos, porque el periodista no es la noticia; esto ha generado una veintena de periodistas asesinados, solo por hablar, escribir, aquello que a los poderosos les 'incomoda'.
No en vano el periódico NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca, por convertirse en un medio incómodo el 17 de junio de 2005 sufrió el acoso y persecución del gobierno del estado de Oaxaca, encabezado por Ulises Ruiz; el enojo del gobierno oaxaqueño hacia este medio de comunicación, simple por dar espacio a la crítica en contra de su administración, e innegable el enojo se agudizó durante el conflicto de 2006.
A la mayoría de los 'medios alternos' se les califica como militantes de luchas sociales y es entonces que las voces de los más críticos señalan: Demasiado comprometido, dicen unos; demasiado parcial, dicen los otros; lo cierto es que les gustaría un periodismo 'neutral', que diera la misma voz al uno por ciento de los que detentan el poder, que al 99 por ciento que lo sufren, siempre y cuando, claro, estos últimos tuvieran algo que decir, por supuesto. Estarían muy a gusto con una división de los espacios informativos en los que unos explican o justifican las masacres, robos y agresiones contra la sociedad, y los otros ponen su cuerpo lacerado para una foto o una imagen de primera plana.
No se pretende la sustitución de los unos por los otros, pero tampoco que aceptemos que este periodismo, siempre novedoso, que surge desde las entrañas de la ciudadanía, del ser ciudadano, del recuperar la voz de la sociedad, tenga que ser satanizado o menospreciado.
Desde que como ciudadana inicié este derecho de ejercer mi derecho al Artículo 19, me han advertido, con toda claridad, que no tengo derecho a hacerlo, no soy periodista, si no 'seudoperiodista', o policía o espía de alguna organización gubernamental, sólo por el tipo de información y seguimiento que le he dado a diversos temas, todos enfocados a la denuncia de la violación a los derechos humanos. Otras advertencias son que si sigo haciendo este tipo de periodismo ciudadano, me asesinaran.
No mostrándome víctima sino compartiendo lo delicado del tema, me han criticado porque en lugar de ser neutral frente a los diversos movimientos sociales que abordo, doy voz a los que tradicionalmente no se les da, sino muchas veces sólo con la fotografía de sus cadáveres masacrados, de su pobreza o desesperación; han menospreciado el trabajo que realizo porque no hay un membrete de una gran empresa editorial o televisora adornando la mayoría de mis envíos; y no es que Fridaguerrera o Verónica Villalvazo haya llegado a revolucionar el trabajo periodístico que existe en Oaxaca. No, simplemente se trata de comunicar lo que desde esta construcción social de la realidad, que los poderosos no quieren aceptar que existe, hemos hecho; no se ha tratado de generar guerra, más bien de generar empatía; no se trata de competencia, se trata de visualizar un poco más dichos temas, teniendo a favor el tiempo, aunque careciendo de otras muchas cosas como recibir un salario, o el no tener acceso a cubrir más notas por la falta de comunicación con otros compañeros de los medios.
Pues bien, junto con muchos que hacemos lo mismo seguiremos compartiendo la suerte de los que no tienen voz, asumiendo que es la consecuencia de ser sólo el conducto de los no escuchados, sin pretender nada más.
YO TE NOMBRO LIBERTAD, CREANDO CONCIENCIA
solo tengo mis ojos y mi mente como herramienta para trabajar.
VERÓNICA VILLALVAZO(FRIDAGUERRERA)
¡AMLO 2012!
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