Compromiso y Dignidad: Señal de alarma en Michoacán-- Polimnia Romana

Compromiso y Dignidad: Señal de alarma en Michoacán-- Polimnia Romana

Señal de alarma en Michoacán-- Polimnia Romana
El acertado columnista de La Jornada, Pedro Miguel, refirió ayer en su columna que lo que ocurre en Michoacán debería ser aterrador hasta para la misma oligarquía que ostenta el poder, pues no se trata sólo de balazos y muertos, de la zozobra ciudadana por las violaciones a las garantías individuales y de los atropellos de la fuerza pública, tampoco de la ruptura del estado de derecho por el poderío que exhiben los gatilleros, sino, más bien, por la existencia de un fenómeno que nadie quería que ocurriera: la base social a favor de las organizaciones delictivas.

La explicación de este fenómeno es la insistencia, por más de 27 años, de la aplicación de una política excluyente que dejó a millones de mexicanos al margen de la educación y el trabajo bien remunerado. No tener cubiertas las necesidades básicas de sobrevivencia orillaron a mucha gente a encontrar el sustento de cualquier forma: huyendo a la frontera, sumándose al trabajo informal o a las filas de la delincuencia.

En Oaxaca hay muchas indígenas presas por tráfico de drogas. Nunca supieron lo que cargaban en sus morrales, sólo aceptaron la paga, poca por cierto, por entregar paquetes. Otros, los más, delinquen por necesidad pero también con un resentimiento social. Buscan obtener de manera fácil, como los delincuentes de cuello blanco, todo aquello que los medios de comunicación nos venden para alcanzar el ÉXITO.

Después de tantos años de trabajar y luchar al lado de Andrés Manuel López Obrador, no puedo sentir más que satisfacción por el avance del Movimiento que encabeza, porque la esperanza de un cambio real ha evitado que la desesperación orille a más gente a sumarse al mundo de la delincuencia. Por todo el territorio crece el convencimiento de la lucha PACÍFICA. En los mítines y reuniones de los pueblos más pobres y olvidados hay gente noble que sigue apoyando a su Presidente Legítimo y sigue sus pasos.

Esa gente no entiende de políticas económicas ni de pleitos partidarios pero vive en carne propia los efectos del neoliberalismo. Asocia a los elegantes copetones con la desgracia del país y de los pobres. Sabe que los que se rodean de policías y soldados no son de fiar, como dicen ellos. La gente que participa en el Movimiento no tomará el camino de la delincuencia ni de la violencia.

Eso es algo que tanto el gobierno federal como los dueños del dinero deberían agradecer, en vez de descalificar. Sólo con una visión pacifista y de justicia social vamos a salir de la decadencia y de la violencia que institucionalizaron los traidores a la patria, esos que defendieron y defienden los privilegios de unos cuantos mientras la pobreza aumenta de manera descomunal en el país.