19 de septiembre de 2010

Rebelion. Las corporaciones son dueñas del Congreso de EE.UU.

Rebelion. Las corporaciones son dueÑas del Congreso de EE.UU.


Las corporaciones son dueñas del Congreso de EE.UU.

Shanus Cooke
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Al aproximarse rápidamente las elecciones de noviembre, la mayoría de los estadounidenses pensarán una cosa: “¿A quién le importa?” Esa apatía no se debe a la ignorancia, como dicen algunos. Más bien, la falta de interés de los trabajadores por el sistema de dos partidos implica inteligencia: millones de personas entienden que demócratas y republicanos no representarán sus intereses en el Congreso.
Esto provoca la pregunta: ¿A quién beneficia el sistema bipartidista? La respuesta fue dada recientemente por el medio dominante The New York Times, que ofreció a la nación una mirada de conocedor sobre cómo las corporaciones cabildean (compran) a los miembros del Congreso. El artículo explica cómo corporaciones gigantes –de Walmart a fabricantes de armas– planean el cambio de las prácticas de contratación de lobistas, pasando de ex congresistas demócratas a republicanos, en preparación para el aumento de los escaños de los republicanos en las próximas elecciones en noviembre:

“Lobistas, consultores políticos y reclutadores dicen todos que el precio actual para republicanos –particularmente miembros actuales y antiguos del personal de la Cámara– ha aumentado significativamente durante las últimas semanas, con salarios que comienzan a 300.000 dólares y llegan a hasta 1 millón para posiciones en el sector privado [lobistas corporativos]. (9 de septiembre de 2010)

Los congresistas que se han jubilado recientemente son lobistas perfectos: todavía tienen buenos amigos en el Congreso, y muchos de esos amigos les deben favores políticos; tienen conexiones con presidentes y reyes extranjeros; también tienen estatus de celebridad lo que ofrece buenas relaciones públicas a las corporaciones.

A menudo, esos congresistas han hecho favores a la corporación que ahora los contrata, lo que quiere decir que las corporaciones están recompensando a los congresistas por servicios rendidos mientras ocupaban sus cargos, ofreciéndoles puestos de lobistas de un millón de dólares (o sitios en el consejo de directores de la corporación) lo que requiere poco o ningún trabajo.

El mismo artículo del New York Times reveló que la paga para 13.000 lobistas [¡!] que actualmente sobornan al Congreso asciende en conjunto a 3.500 millones de dólares. También explicó como algunas firmas de cabildeo mantienen a mano a una cantidad igual de demócratas y republicanos, a fin de estar preparados para cualquier eventualidad en las elecciones.

Este fenómeno es más que un poco antidemocrático: cuando millones de personas votan por un candidato, los resultados son rápidamente manipulados y controlados incluso antes de que la elección tenga lugar.

Es interesante que el Wall Street Journal, dirigido por las corporaciones, haya escrito un artículo similar en 2008, cuando los demócratas habían comenzado a dominar la política en Washington:

“La industria del cabildeo de Washington, que asciende a 3.000 millones de dólares, ha comenzado a despojarse de personal [políticos] republicano, comprando rápidamente operadores [políticos] demócratas y firmas enteras, un cambio que comenzó incluso antes del recuento de las boletas del martes y de que el demócrata Barack Obama capturara la presidencia.” (5 de noviembre de 2008)

El artículo fue apropiadamente intitulado “Lobistas colocan al frente a demócratas ante el cambio de la dirección del viento”.



¡Es un Honor Estar con Obrador!

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