¿Qué hacer con esa socialdemocracia, la seudoizquierda, que como Zapatero, habla de los trabajadores y los traiciona?
Pedro Echeverría V.
1. En medio de la euforia desatada por los triunfos deportivos –escribe el analista Marcos Roitman- media España está aún en limbo o disfruta de las vacaciones estivales. En este contexto de relajo y en la mejor tradición franquista, (en tiempos de la tiranía fascista era costumbre aprobar leyes impopulares durante los meses del estío) el Parlamento, con el visto bueno del Partido Socialista Obrero Español, la abstención del grupo mixto, el Partido Nacionalista Vasco y Convergencia y Unión ha dado el pistoletazo de salida a la reforma laboral. El resto de grupos parlamentarios, incluyendo el conservador Partido Popular, votaron en contra. Este último llevado por una visión electoral y no por discrepancia en su articulado. Mientras los trabajadores vacacionan y duermen su siesta, el gobierno y el parlamento aprueban leyes contra ellos para que cuando despierten ya estén fríos los ánimos y no salgan a la calle.
2. Esa reforma laboral que se impone en España en estos días para exprimir más sudor y sangre a los trabajadores, es la misma que se ha buscado aplicar en Panamá hace unas semanas y la que en México aún no se ha aprobado por los legisladores, pero que se ha venido aplicando desde antes que falleciera el líder gobiernista de la CTM Fidel Velázquez en 1997. Es la ley laboral que elimina la contratación colectiva, los derechos conquistados por los trabajadores en sus luchas, que implanta el pago por horas y permite el despido fácil de los trabajadores con la mínima indemnización. En síntesis es una ley laboral redactada por los más poderosos empresarios para garantizar mayores ganancias y para esclavizar más el trabajo de los obreros, campesinos y empleados. En México se aplica desde hace casi 15 años concretándose a salarios de hambre, desempleo extremado, desplome de las prestaciones, muerte de sindicalismo y las huelgas.
3. España, aunque hoy sólo cuenta con 45 millones de habitantes, frente a México con 112 millones, parece mantener mayor presencia en el mundo por la explotación colonial que impuso en América Latina durante tres siglos. Sigue muy presente en México por la enorme aportación cultural del exilio español que huyó de la dictadura fascista del general Franco que duró en España casi 40 años. Por eso en México seguimos con mucha atención los sucesos que se registran en ese país que a la muerte de Franco en 1975 creímos que sufriría un importante periodo de transición hacia la democracia; sin embargo después de hacer un balance de los gobiernos de Suárez, González, Aznar y Zapatero, en alianza con el reinado del monarca Juan Carlos, puede encontrarse que “la transición” no ha sido tal y que la llamada alternancia en el gobierno sólo ha hecho más poderosas a las fuerzas del viejo franquismo, con el crecimiento de la xenofobia.
4. Por eso no es nada extraño que el PP franquista y el PSOE sedicente socialdemócrata no sean distintos en su trato a los trabajadores españoles y a migrantes de otros países, particularmente africanos. La ley laboral que se busca imponer no es otra cosa que parte importante de la política neoliberal privatizadora que se aplica en todo el mundo para aumentar la productividad en beneficio de los empresarios, así como para maniatar más a los trabajadores. ¿Podrá haber alguna duda de que esos partidos socialdemócratas electoreros sólo sirven para consolidar al sistema capitalista? Próximamente vendrá en España el gobierno ultraderechista de Rajoy, del PP, para reconfirmar la llamada alternancia que la gran burguesía profranquista, de la mano del monarca, se instaló en España desde 1975. ¿Cómo España, la cuna de la gran revolución y la guerra civil en los treinta, el país de los luchadores libertarios, puede permitir el regreso del franquismo?
5. De los partidos y políticos derechistas, que de manera abierta y sin tapujos defienden a los empresarios explotadores (como dijo cínicamente el presidente mexicano Fox: “mi gobierno es de empresarios y para empresarios”), el pueblo no puede esperar nada de ellos sino que debe confrontarlos y combatirlos con toda decisión. Pero a esos partidos y personajes políticos que en un tiempo fueron de izquierda, luego arrastrados socialdemócratas y más tarde sus claros enemigos de los trabajadores, pienso que hay que denunciarlos y exhibirlos de manera permanente. En vez de contribuir para el derrumbe –aunque sea lento del capitalismo- se dedican a fortalecerlo haciendo más viable la explotación. Lo que hace el PSOE de Rodríguez Zapatero, lo hizo cuando Felipe González, así como también lo hicieron los socialdemócratas Mitterrand en Francia, Palme en Suecia o Brand en Alemania. ¿Exacto al PRD mexicano?
6. Cuando las burguesías son muy poderosas y les favorece una alta coyuntura escogen para gobernar a sus mejores cuadros políticos de la ultraderecha, pero cuando comienza a aparecer la crisis política y económica que afectan sus negocios, es decir, sus ganancias, inmediatamente piensan en la socialdemocracia para salvar sus intereses. La socialdemocracia usa siempre un lenguaje parecido al de la izquierda buscando el apoyo de los trabajadores “para salvar al país de la crisis”, cuando en la realidad lo que hacen es salvar a los grandes capitalistas con el sacrificio de los trabajadores que ven reducir su poder de compra. Y en esa política caen redondamente los electores que buscan al “menos malo” cuando en realidad son los mismos agentes de los más ricos. Por eso la socialdemocracia ha vivido siglo y medio con un discurso engañoso. ¿Cómo permitir que esa clase de políticos –que engrasan la máquina de explotación- sigan burlándose?
7. Lo que ha sucedido en España es que a pesar de la muerte de Franco en 1975 el franquismo continuó vivo representado por la derecha más recalcitrante y por la monarquía del reycito Juan Carlos y su costosísima corte. La alternancia entre el PSOE y el PP en España, así como la del partido Republicano y Demócrata en los EEUU, representan la alternancia entre un sector y otro de los grandes magnates del capital que hacen más pobre a la población. Si bien España es un país dominado casi totalmente por la derecha, la izquierda radical y el histórico movimiento anarquista no están muertos. Sobre todo aquellas regiones independistas del País Vasco y Cataluña que con diversos proyectos buscan transformar a la Península en una región al servicio de los trabajadores. Así que es importante no hacerse ilusiones ni dejarse engañar por los discursos de la derecha y la socialdemocracia que sólo persiguen agrandar la explotación capitalista.
¡Es un Honor Estar con Obrador!
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