Asesinan a 2 federales en yonke; detienen y torturan a propietario
Luz del Carmen Sosa
El Diario | 28-08-2010 | 00:11 | Local
Elementos de la Policía Federal (PF) agredieron y arrestaron al propietario de un yonke y a uno de sus empleados, minutos después de que sicarios mataron a dos agentes federales que aparentemente llegaron por piezas automotrices a ese negocio.
Representantes de los medios de comunicación observaron cómo elementos de esa corporación sometieron con lujo de violencia a las dos personas que, según testigos, sobrevivieron al ataque pero no participaron en él, por lo que consideraron injusto el trato al que fueron sometidos por los agentes y todavía más, el que los detuvieran.
En un momento determinado y sin motivo aparente, uno de los uniformados golpeó con la culata de su fusil la cabeza del comerciante, quien comenzó a sangrar profusamente a la altura de la frente.
Incluso personas que se encontraban en ese lugar le dieron servilletas para que se limpiara la sangre que le cubría el rostro.
Inexplicablemente, ambas personas fueron subidas a una patrulla para llevarlas a un lugar indeterminado. Hasta el cierre de esta edición la PF no había emitido información oficial sobre el paradero del propietario del yonke y de su empleado.
“A ver si no los presentan luego como sicarios”, comentaron algunos de los espectadores que observaron la agresión de los policías hacia los afectados.
En éste, el último ataque de la delincuencia organizada contra agentes federales, fueron privados de la vida Aldo Holguín Crespo y Aurelio Iván Musiño Reyes, de 27 y 29 años de edad respectivamente, informó la Subprocuraduría de Justicia en la zona norte (SJZN).
El protocolo de comunicación de la SJZN establece que el doble asesinato fue cometido este viernes a las 10:33 horas en el patio de la propiedad con la razón social “Yonke 68 Zaragoza”, ubicado sobre la carretera Juárez-Porvenir.
Surgen dudas
El último ataque contra elementos de la Policía Federal coincidió con la denuncia que ayer mismo realizaron comerciantes en el ramo a El Diario, en la que afirmaron que son obligados a vender autopartes robadas en sus negocios por el mismo grupo de personas que los están extorsionando con el cobro de las ‘cuotas’.
“Ellos roban los autos, los desmantelan y quieren que nosotros vendamos las partes para entregarles, además del dinero de la ‘cuota’, la feria de la venta de las piezas de sus autos”, explicaron los quejosos.
Las dudas en torno a qué motivó la presencia de los agentes en el negocio, surgió debido que estos tripulaban un Nissan Altima 25S sin placas de circulación, modelo 2008, vehículo que no corresponde con el nivel de vida que permiten los ingresos de un agente federal.
En el lugar de los hechos, personas cercanas al comerciante detenido explicaron que éste arrendó hace 3 meses la licencia de operación del negocio y semanas atrás estaba vendiendo un auto Mustang que exhibía en el exterior del local.
“Llegó un grupo de federales con un auto Eclipse y dos mil pesos y le dijeron que se lo cambiaban por el Mustang. Él les dijo que no y ellos le respondieron que si no aceptaba el trato de todos modos se iban a llevar el carro y se iba a quedar sin nada, que le convenía mejor el trato que le estaban ofreciendo”, dijo el entrevistado.
Agregó que ante la amenaza, Alberto, como identificó al detenido, no tuvo otra opción que permitir que lo despojaran de su automóvil.
En este caso y a pesar de ser una posible evidencia del crimen, la autoridad estatal no aseguró el vehículo que tripulaban los federales, el cual quedó en posesión de los agentes que se hicieron cargo de “las investigaciones”.
Los excesos
Tras tomar conocimiento de los hechos violentos, los agentes de la Policía Federal alteraron la escena del crimen al manipular las posibles evidencias, además de que al percatarse de que los muertos eran compañeros suyos, ordenaron a los agentes municipales a que se retiraran de ese lugar.
El vehículo Altima en el que llegaron los agentes estaba con las puertas y el cofre abierto. Los oficiales lo abrieron varias veces y a patadas cerraron las puertas.
Luego se introdujeron a las oficinas del negocio donde estaban el propietario y el empleado del lugar.
Nerviosos por lo ocurrido, el dueño del yonke explicó que unos hombres armados llegaron y dispararon, que uno de los oficiales intentó escapar y corrió entre los autos pero fue alcanzado por las balas; luego los agresores huyeron.
Tanto el propietario del negocio como su trabajador estaban cooperando con los agentes, pero uno de los oficiales los despojó de sus radios y teléfonos celulares.
A Alberto le empezaron a realizar llamadas y el agente tomó su radio y lo contestó, luego le hacía gritar al comerciante la respuesta a la persona que le llamaba.
Los obligaron a estar de pie y a poner las manos en el capacete de un auto.
A pesar la presencia de numerosos testigos, el agente empezó a maltratar al dueño del negocio. Sin un motivo justificable el policía tomó su arma de cargo y la estrelló en la frente del comerciante que no pudo esquivar el fuerte golpe.
Luego, el oficial cuyo rostro cubrió con un pasamontaña dio la orden de que subieran a ambos hombres a una patrulla.
Alberto sangraba profusamente y a pesar de sus intentos por detener la sangre no podía evitarlo y testigos le dieron varias servilletas para que se limpiara.
Posteriormente los federales entraron a la oficina del negocio y se apoderaron de un radio, así como una antena y dinero en efectivo, de acuerdo con testigos.
Cuestionado respecto a la detención de las dos personas, el vocero de la PF dijo que no contaba con la ficha informativa del evento, pero en las próximas horas los dos hombres serían consignados ante la autoridad competente, aunque no supo explicar por qué delito fueron asegurados.
http://www.diario.com.mx/nota.php?notaid=eb4cf0d572fdb9a9db7d2d1ea6b66857
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