¡ No todos los políticos son iguales. Nosotros somos distintos !
El movimiento social más importante del país en las últimas décadas nuevamente mostró un rostro dinámico, alegre, contundente. A pesar de los presagios de la mafia que todo lo controla, burlas de las plumas que cobran en gobernación y en las gubernaturas de los estados para desinformar y denostar el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, la ciudadanía acudió al llamado. AMLO, el Peje, Andrés, el compañero; tiene una convocatoria que hará imposible que la mafia y su candidato copetón tengan posibilidades de llegar a la presidencia del país.
Habrá que trabajar de manera organizada, no mentir, no traicionar. Hay estados, como Nuevo León, donde el movimiento está desarticulado, el Maestro Bátiz ha batallado para encontrarle la cuadratura al círculo y todos los grupos se niegan a juntarse a discutir como entrarle desde ya a esta convocatoria. Será fundamental cuidar el voto, pero como hacerle, si hay activistas que solamente piensan en un salario para distribuir Regeneración, el periódico del movimiento, y este se queda en bodegas, cuando debería estarse discutiendo su contenido en los hogares de los mexicanos. Cuando se cuestiona esta situación en Nuevo León, simplemente la indiferencia de esos cuadros del primer círculo, evitan el acercamiento de grupos de ciudadanos que creemos en la democracia sin adjetivos, en el mandar obedeciendo; en participar en una actividad, que aunque modesta, le de consistencia organizada al movimiento. Es necesaria la participación de todas y todos para transformar el país.
Tenemos tiempo, dice Andrés Manuel, si, pero aceptando en algunos estados que debemos superar los lastres de la cultura política y participar con generosidad en el movimiento que demostró contundentemente, que está más vivo que nunca.
René Zúñiga/ Somosuno Radio
” Nosotros siempre hemos sabido y seguiremos honrando nuestros compromisos, que nos mueven convicciones y principios, que estamos comprometidos a no mentir, a no robar y a no traicionar.
Hagamos saber a todos que sí se puede vivir con justicia, sin miedos ni temores, en una República nueva, que estamos construyendo entre todos.
Una República nueva, libre, democrática, soberana, igualitaria y fraterna.
Una República amorosa “
Andrés Manuel López Obrador
Asamblea en el Zócalo
Durante dos horas, 37 oradores expusieron sus propuestas
Volvió a llenar el Zócalo, pese a los pronósticos de diluvios
Durante dos horas, 37 oradores expusieron sus propuestas
Volvió a llenar el Zócalo, pese a los pronósticos de diluvios
Jaime Avilés
Sin dejarse intimidar por las tremebundas profecías del Gobierno del Distrito Federal, que auguraba las peores lluvias de todos los tiempos para el día de la fecha, decenas de miles de hombres y mujeres que desean llevar a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador –aunque faltan dos años para las elecciones– se lanzaron el sábado a los carreteras, desde los 31 estados de la República, y ayer, junto con nutridos contingentes de capitalinos, volvieron a llenar el Zócalo en respuesta a una convocatoria del máximo dirigente opositor del país.
Trinidad Ramírez, de Tomatlán, Jalisco, viajó 17 horas a bordo de un autobús que alquiló con sus compañeros de la brigada José Zamarripa de la Peña para participar en la asamblea de comités municipales del gobierno legítimo de México y fue uno de los 37 oradores que, de las 10 a las 12, tomaron la palabra para analizar la trágica coyuntura nacional y proponer una solución conjunta: ir como movimiento organizado, pueblo por pueblo, calle por calle, familia por familia, a los comicios del domingo primero de julio de 2012.
Zapopan Ramírez, abogada combativa de la localidad de Cinco Manantiales, Coahuila, recorrió mil 400 kilómetros, también en autobús de alquiler, desde aquella frontera con Texas, y cuando se colocó ante el micrófono, en representación de las y los obradoristas de su estado, para hablar tres minutos, sugirió que el lema de la campaña sea nuevamente por el bien de todos, primero los pobres.
Quien habló por los comités territoriales de Tabasco, cuyo nombre se extravió, venía del municipio de Macuspana y del pueblo de Tepetitán, donde López Obrador nació en noviembre de 1953, pero fue breve y rotundo cuando definió la postura de sus paisanos: Con Andrés Manuel todo, sin Andrés Manuel nada.
Por Yucatán intervino un habitante de Motul, que de entrada improvisó una bomba. Por Quintana Roo se pronunció una señora llamada Trini, que denunció la destrucción de las playas de Cancún y Cozumel. Los representantes de Sonora, Sinaloa, Veracruz y Zacatecas, así como los de Aguascalientes, las Baja Californias, Campeche, Durango y el estado de México, y todos los demás, se refirieron al número de ejemplares del periódico Regeneración que reparten casa por casa mensualmente. La publicación que dirige Jesús Ramírez Cuevas, a la fecha, según cálculos extraoficiales, ha tirado ya más de 35 millones de ejemplares.
Nuevamente el Zócalo lleno de la Ciudad de México arro
pando al Movimiento Social más importante de las últi-
mas décadas en el país.
En compañía de los secretarios del gobierno legítimo, de funcionarios –como Martí Batres y Armando Quintero– del gabinete de Marcelo Ebrard, de artistas como Elena Poniatowska y Jesusa Rodríguez, y de invitados como doña Rosario Ibarra, los representantes de los comités municipales permanecieron codo a codo, alineados a espaldas del futuro candidato a la Presidencia, a lo largo de un enorme templete lleno de lámparas de teatro, adornado por delante con docenas de arreglos florales y, por detrás, con un telón de fondo que lucía en franjas horizontales los colores de la bandera mexicana, de modo que entre el verde que evoca la esperanza y el rojo que ahora recuerda el baño de sangre que vive el país, escrita en letras negras sobre el blanco que celebra la pureza se leía, un tanto cuanto enigmática, la solitaria palabra vamos.
¿Qué significaba? El gentío se lo preguntó durante casi cuatro horas, hasta que poco antes de las dos de la tarde, en el clímax de su discurso, López Obrador dijo: ¿Están de acuerdo en que vayamos como movimiento a las elecciones de 2012? La muchedumbre, exhausta después de escuchar a 36 oradores, respondió muy quedito: Sí.
El tabasqueño repitió la pregunta: ¿Vamos? De nuevo, miles de voces contestaron por lo bajo: Sí. ¡No los oigo!, exclamó el casi candidato. ¿Vamos? Y por fin, la multitud echó la casa de los pulmones por la ventana de la garganta: ¡Síiii!, y estallaron los aplausos, las consignas rimadas y no lejos de la esquina entre Catedral y Palacio una pequeña banda campesina de la UPREZ se aventó una sentida diana diana con jarana, diana diana con chinchín…
Algunos minutos antes, esa banda había tocado las mismas notas con ímpetu de tambora, tuba, trombones y platillos, cuando López Obrador propuso que, para contrarrestar el clima de odio que impera en la República, la gente actúe con amor, pues el que siembra besos, besos cosecha. La frase desconcertó en principio, pero de inmediato, en cuanto la audiencia logró digerirla, suscitó aplausos y sonrisas, y tuvo un colofón genial a cargo del Tata Arvizu.
Ya había acabado la asamblea, ya se despedía López Obrador agitando la mano desde el escenario, cuando el veterano cómico, asiduo seguidor del tabasqueño desde los días del plantón de 2006, se apoderó del micrófono y, aludiendo al hecho de que el templete estaba colocado delante de Catedral, dijo: Compañeras y compañeros, yo propongo que hagamos lo mismo que los del negocio de aquí atrás: ¡vamos a darle un abrazo a los que están junto a nosotros!
Sólo en ese momento, muchos repararon en que por primera vez en cuatro años, la campanas de Catedral no habían sido tocadas con agresividad ni escándalo, para poner de manifiesto el rechazo del cardenal Norberto Rivera al movimiento de López Obrador.
Tampoco, a saber por qué, el mitin fue sobrevolado por los ruidosos helicópteros de la policía capitalina. En otras palabras, los fotógrafos de prensa no contaron con la ayuda de la fuerza aérea de Ebrard para dar testimonio gráfico de la magnitud de la concurrencia.
Pero si el alcalde había anunciado el viernes que no asistiría a la concentración porque en ella no tenía nada que hacer –insinuando que dedicaría su tiempo a cosas más importantes–, lo cierto es que estuvo presente de dos buenas y generosas maneras: regalando botellas de agua con el escudo y el lema de su administración Ciudad con Angel, y prestando el templete, que la víspera había cobijado a los miembros de un famoso grupo musical.
Estuvo presente, asimismo, cuando entre las ocho y las 10 de la mañana estrellitas de Televisa y amantes de los ejercicios de relajación tomaron clases de yoga impartidas por Dalilah Polanco, al término de los cuales Natalia Gil, organizadora del evento, le dio las gracias tanto a Marcelo Ebrard como a Federico Arreola. Pero, a pesar de las cartulinas que algunos asistentes al acto político exhibirían por el Zócalo más tarde, con mensajes contra Ebrard y Manuel Camacho, y denuncias por la represión que el GDF ejerció contra los pobres de la Magdalena Contreras para construir la supervía poniente en beneficio de los ricos de Santa Fe, la verdad es que la nueva propuesta de López Obrador –sembrar besos para cosechar besos– acabó endulzando el aire pegajoso y gris de las 2 y media de la tarde, y cuando la doctora Raquel Sosa se reveló como una espléndida cantante del Himno Nacional, que decenas de miles entonaron con el puño izquierdo en alto, ya nadie se acordaba del jefe de gobierno saliente.
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* Discurso de Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México, en la presentación del Proyecto Alternativo de Nación Amigas y amigos: Como en otras ocasiones, pero ahora con mayor entusiasmo porque estamos viviendo tiempos de importantes definiciones, nos volvemos a congregar aquí, en el zócalo, en la principal plaza pública del país. En esta asamblea, como ha quedado demostrado, participan ciudadanos de diversos sectores, clases sociales, culturas y de todo el territorio nacional. Hombres y mujeres, humanistas que con tesón y trabajo, han logrado construir una organización nacional para transformar a México. Hoy, también se ha dado a conocer el Proyecto Alternativo de Nación, elaborado por un grupo de especialistas e intelectuales de inobjetable honestidad y comprometidos con las mejores causas del pueblo y de la patria. Con orgullo podemos decir que ya tenemos una organización nacional y un proyecto para renovar la vida pública de México. En estos últimos cuatro años, entre todos hemos emprendido la lucha por la transformación del país, pero sobre todo hemos aprendido a conocer mejor la realidad nacional y hemos llegado a la conclusión de que los graves y grandes problemas del país, se han originado por el predominio de una minoría rapaz que se ha venido apoderando de todo, sin que le importe el sufrimiento del pueblo y el destino de la nación. Este grupo de 30 potentados es el responsable de la actual tragedia nacional y del estallido de odio, resentimiento, inseguridad y violencia que padecemos. Por su ambición desmedida, han provocado la ruina en las actividades productivas del campo y la ciudad, han obligado a los mexicanos a buscarse la vida en la economía informal, nos han convertido en el país que más mano de obra exporta al extranjero, han llevado a la pobreza y a la desesperación a millones de mexicanos, han cancelado el futuro de los jóvenes y a muchos los han empujado a tomar el camino de las conductas antisociales. Otra consecuencia de la política antipopular y excluyente que sólo beneficia a los de mero arriba, es el hecho de que en los últimos tiempos, alrededor de 50 mil familias de clases medias y altas, sobre todo de los estados del norte, se han visto en la necesidad de irse a vivir a Estados Unidos ante la inseguridad y la violencia que, lamentablemente, prevalece en casi todo el territorio nacional. Para revertir esta decadencia y dar nueva viabilidad a la nación, no hay más remedio que llevar a cabo una renovación tajante en todos los órdenes de la vida pública. Y como es obvio, y lo hemos entendido muy bien todos los que estamos aquí y muchos otros, el cambio que se necesita no será promovido por las élites del poder, sino tendrá que venir desde abajo y con la gente, porque en las actuales circunstancias sólo el pueblo puede salvar al pueblo, sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación. La única salida que existe es derrotar a la oligarquía en el terreno político y de manera pacífica, para establecer una auténtica democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo. En eso estamos empeñados millones de mexicanos. Esa es la razón de nuestro movimiento. Además, tenemos claro lo que se tiene que hacer para llevar a cabo la transformación del país. Una vez más, damos a conocer las decisiones que se tomarán y lo que haremos al triunfo de nuestro movimiento para lograr el renacimiento de México. En primer lugar, rescataremos a las instituciones y las pondremos al servicio del pueblo y de la nación. El Estado mexicano dejará de ser un simple comité al servicio de una minoría y habrá una nueva legalidad. Actualmente, la justicia, como lo denunció Francisco I. Madero en la época porfirista, “en vez de impartir su protección al débil, sólo sirve para legalizar los despojos que comete el fuerte”. No hay realmente un Estado de Derecho, es un estado de chueco. Los ministros de la Corte están al servicio de la mafia del poder; casi todos ellos le deben su cargo a Salinas, a Fox, a Felipe Calderón o a Manlio Fabio Beltrones. Esto tan sólo explica su proceder en casos como el del incendio de la guardería ABC de Hermosillo, donde perdieron la vida 49 bebés, y se otorgó impunidad a los responsables; o en la resolución en contra de los trabajadores electricistas; o en la decisión de disminuir las pensiones de los jubilados; o en el hecho de hacerse de la vista gorda en las violaciones constitucionales para permitir la privatización de la industria eléctrica y del petróleo. Tal pareciera que estos jueces de consigna, siempre están prestos a escuchar en qué sentido quieren las resoluciones los potentados, para nada más encargarse de construir la justificación jurídica. Por eso, para que se imparta justicia en beneficio del pueblo, promoveremos una reforma constitucional para elegir democráticamente a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Así era en la época de la República Restaurada, así lo establecía la Constitución liberal de 1857, para que las cosas marchen en el país, para que realmente haya legalidad, se tiene que lograr la independencia absoluta del Poder Judicial. Tenemos que convertir a la Suprema Corte en el faro de la ley. También se democratizarán los medios de comunicación. Habrá competencia y se garantizará el derecho a la información. Es inaceptable que la televisión, la radio y la mayoría de los periódicos se concentren en unas cuantas manos y en vez de informar con amplitud, veracidad y profesionalismo, se utilicen como instrumentos para controlar y manipular al pueblo, y para proteger privilegios y hacer negocios al amparo del poder público. Es una desfachatez que Televisa y Telefónica, empresa española de telecomunicaciones dirigida por Francisco Gil, quien fuera secretario de Hacienda de Fox, se estén quedando con la fibra óptica de la industria eléctrica nacional. Es decir, que hayan obtenido la concesión, por 20 años, de 21 mil kilómetros de fibra óptica, a cambio de 850 millones de pesos, cuando esta infraestructura se construyó con presupuesto público y costó 30 mil millones de pesos. También por influyentismo se les está entregando el espectro electromagnético para nuevos canales de radio y televisión. Siguen concentrando en unas cuantas manos todos los medios de comunicación. Se recuperarán las riquezas y los bienes públicos que han sido concesionados ilegalmente, a través de acuerdos, reglamentos o leyes secundarias que, en ningún caso, pueden estar por encima del principio constitucional que señala el dominio directo de la nación sobre los recursos naturales del país. Este procedimiento, al llegar al Gobierno, lo vamos a aplicar en los casos de la minería, la industria eléctrica y el petróleo. Acabaremos con la corrupción imperante. Habrá un gobierno honesto y austero. Se reducirán a la mitad los sueldos de los altos funcionarios públicos y se terminarán el derroche y los privilegios de la alta burocracia. En materia económica todos los esfuerzos se orientarán a impulsar la actividad productiva y la creación de empleos. Se rescatará al campo del abandono; se producirán en México los alimentos para dejar de importar lo que consumimos. Se construirán –como aquí se dijo— tres grandes refinerías. Se cumplirá el objetivo de no vender un sólo barril de petróleo crudo al extranjero para procesar aquí la materia prima y elaborar gasolinas y los productos petroquímicos. El sector energético será palanca del desarrollo nacional para crear empleos e industrializar al país, reduciendo el precio de las gasolinas, el diesel, el gas y la luz. Se apoyará a las pequeñas y medianas empresas, industriales y comerciales, se apoyará a esas pequeñas y medianas empresas porque son las que más mano de obra generan. Se protegerán los recursos naturales; no se permitirán los monopolios; se promoverá una reforma fiscal progresiva, orientada no a aumentar impuestos ni a crear impuestos nuevos, sino a terminar con los privilegios fiscales de que gozan los potentados del país. Por ejemplo, se terminará con el llamado régimen de consolidación fiscal que en la práctica exenta a las grandes corporaciones. Como aquí se dijo también, se cobrarán impuestos por las operaciones en la Bolsa y por la extracción de minerales. Aquí aprovecho para dar a conocer que, recientemente, los dos hombres más ricos de Estados Unidos, Bill Gates y Warren Buffet, están convocando a sus homólogos a destinar el 50 por ciento de sus fortunas a la filantropía. Inclusive, Buffet, que posee 45 mil millones de dólares, ha declarado que donará el 99 por ciento de su riqueza para acciones de caridad porque, según sus propias palabras, él y su familia podrían vivir con felicidad el resto de sus vidas, con el uno por ciento de lo que posee. Así mismo, un grupo de 51 millonarios y multimillonarios alemanes acaba de dar a conocer que aportará 10 por ciento de sus fortunas, como impuesto a la riqueza, para que el gobierno de ese país cuente con más recursos y pueda atender las demandas sociales de los alemanes. Nosotros no les pediremos a los multimillonarios de México que donen parte de sus fortunas, sino simple y llanamente que paguen impuestos en la misma proporción que lo hacen sus pares en otros países, con lo cual se obtendrían alrededor de 300 mil millones de pesos. Este monto, junto con un ahorro de 200 mil millones de pesos por la aplicación de una política de austeridad republicana, nos permitiría tener recursos suficientes para reactivar la economía, generar empleos y garantizar el bienestar del pueblo. Un objetivo fundamental del nuevo gobierno democrático, será establecer el Estado de bienestar; es decir, habrá pensión universal para todos los adultos mayores del país y para personas con discapacidad. Se otorgará atención médica y medicamentos gratuitos a toda la población, se va a garantizar lo que establece la Constitución, pero que hasta ahora es letra muerta, vamos a garantizar el derecho del pueblo a la salud. Ningún joven será rechazado en escuelas preparatorias ni en universidades públicas; habrá becas para estudiantes de escasos recursos económicos; y se llevará a cabo un importante programa de mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda. Abro un paréntesis para aclarar, una vez más, que no estamos en contra de la iniciativa privada ni de los verdaderos empresarios. En el nuevo gobierno democrático se garantizarán las libertades y cada quien podrá dedicarse a la actividad que más le satisfaga y convenga. Pero, es obvio, todos tendremos que ceñirnos a la nueva legalidad y a reglas claras; se podrá hacer negocios pero no habrá influyentismo, corrupción ni impunidad; el presupuesto será realmente público; se le dará preferencia a los pobres; se cuidarán los recursos naturales; la riqueza de la nación y los frutos del trabajo de los mexicanos se distribuirán con justicia; pagarán más impuestos los que más tienen. Y nunca más se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión y la miseria de muchos. Amigas y amigos: Pero quizá lo más importante de todo sea proponernos transformar a México, buscando alcanzar un ideal moral. Estamos convencidos que no basta con mejorar las condiciones de vida y de trabajo de nuestro pueblo; es indispensable crear una nueva corriente de pensamiento para fortalecer valores culturales, morales y espirituales. La crisis actual no sólo se gestó por la falta de empleos y de oportunidades, sino también porque se ha convertido a la codicia en virtud, se ha elevado a rango supremo el dinero y se ha inducido la creencia de que se puede triunfar a toda costa sin escrúpulos morales de ninguna índole. Por eso, a partir de la reserva moral y cultural que existe en las familias y en las comunidades del México profundo y apoyados en la inmensa bondad que hay en nuestro pueblo, debemos emprender la tarea de exaltar y promover valores en lo individual y lo colectivo. Es urgente revertir el desequilibrio que existe entre el individualismo dominante y los valores orientados a hacer el bien en pos de los demás. El propósito es contribuir en la formación de mujeres y hombres buenos y felices, bajo la premisa de que ser bueno es el único modo de ser dichoso. Insistir en que la felicidad no se logra acumulando riquezas, títulos o fama, sino estando bien con nuestra conciencia, con nosotros mismos y con el prójimo. La descomposición social y los males que nos aquejan no sólo deben atenderse con desarrollo y bienestar, y mucho menos aplicando medidas coercitivas, sino fortaleciendo la idea de hacer el bien sin distinción de razas o clases sociales. Para fomentar estos valores se debe echar mano de todos los medios posibles. Introducir en la enseñanza la educación moral, propagar virtudes y destacar ejemplos positivos en los medios de comunicación. Fortalecer los valores comunitarios y la solidaridad que hay, por tradición, en la familia mexicana. No olvidemos que se trata de la principal institución de seguridad social del país. En consecuencia, debe evitarse la desintegración familiar, el maltrato entre sus miembros y promover la comunicación, la libertad y el respeto a la diversidad. Alentar la amistad fraterna entre padres e hijos. Tener presente que el niño reconoce a la madre por la sonrisa, y besos recogerá quien siembra besos. ¿No sé, qué les parece? Yo sé que este tema es muy polémico, pero sinceramente creo que si no se pone en el centro de la discusión y del debate, no iremos al fondo del problema. Lo material es importante pero no basta, hace falta fortalecer los valores morales. Sólo así podremos hacer frente a la mancha negra de individualismo, codicia y odio que se viene extendiendo cada vez más y que nos ha llevado a la degradación progresiva como sociedad y como nación. Amigas y amigos: Estoy seguro de que una vez que se someta a consulta, como se va a llevar a cabo a partir de hoy, el proyecto alternativo de nación y se recojan las opiniones de todos, tendremos un programa muy acabado y preciso para transformar la vida pública del país. Como he expresado en otras ocasiones, el momento más adecuado, más favorable para llevar a cabo de manera pacífica los cambios que postulamos, se presentará alrededor de las elecciones presidenciales del 2012. Pero debe quedar claro que si participamos en esta contienda, no lo hacemos para buscar el poder por el poder ni para llegar a cargos públicos por ambición personal; sino fundamentalmente para sacar al país del atraso y para que no nos quiten, ni a nosotros ni a los que vienen detrás de nosotros, a las nuevas generaciones, el derecho a la esperanza y a vivir en una sociedad mejor. Por eso, desde esta plaza pública declaramos que nuestro movimiento sí participará en las elecciones del 2012. Hace unos días, ante la intención de la derecha de implantar el bipartidismo en nuestro país, el que sólo haya dos agrupamientos, idea que siempre han tenido los potentados para seguir engañando con la alternancia entre el PRI y el PAN que, al final de cuentas, representan lo mismo, señalé que muchos mexicanos estamos decididos a luchar por un verdadero cambio y expresé mi disposición a contender en las elecciones presidenciales del 2012, para volverle a ganar a la mafia del poder. ¿Están de acuerdo? ¿Vamos? ¿Están de acuerdo? ¿Vamos? Sólo les recuerdo –aquí se ha hablado de eso— que la única manera de enfrentar con éxito el desafío que significa derrotar a la oligarquía con todo su dinero y sus medios de comunicación, radica en que logremos, en este tiempo que nos falta, consolidar nuestra organización. Esto que vimos en el Zócalo, eso que hemos construido desde abajo, con la gente, con el esfuerzo de muchas mujeres y muchos hombres, conscientes y libres, tenemos que consolidar y fortalecer esta organización y seguir orientando y concientizando para lograr el despertar del pueblo y la insurgencia cívica que hará posible la transformación pacífica del país. Por eso, debemos convocar a todos los afectados y agraviados por la política neoliberal, que es la inmensa mayoría del pueblo de México, a que juntos acabemos, de una vez y para siempre, con esa absurda e inhumana pesadilla. Invitemos a participar, desde ahora, a indígenas, campesinos, maestros, estudiantes, obreros, comerciantes, trabajadores informales, empresarios, migrantes, profesionistas, intelectuales, a hombres y a mujeres de buena voluntad, en la transformación del país. Tomemos ya la iniciativa, sin esperar ningún otro llamado, para seguir formando comités, empecemos formando comités con los integrantes de nuestras familias. Podemos tener comités en nuestras familias, tener comités con amigos, con compañeros de trabajos, así como crear comités –como se ha venido haciendo—en rancherías, en ejidos, en pueblos. En el caso de las ciudades, en barrios, en colonias, en unidades habitacionales. Tenemos que hacer ese trabajo, tenemos que organizarnos bien para enfrentar de nuevo a la mafia del poder. Recuerden ustedes la lección que nos dejó, entre otras, la elección del 2006. Nos robaron la Presidencia porque en efecto es una mafia que no quiere ningún cambio en beneficio del pueblo, aunque terminen de destruir al país, desgraciarnos a todos, pero también nos robaron la Presidencia porque se valieron de que no teníamos organización. Por eso, desde hace cerca de cuatro años, estamos construyendo esta organización, que necesitamos, en los dos años que faltan, consolidar para hacer que la gente participe para lograr el despertar de los ciudadanos. Ahora que entraba al Zócalo y que venía saludando, muchos –y me llamó la atención—me decían que teníamos que cuidar los votos, que teníamos que orientar nuestros esfuerzos a que no se volviera a cometer un fraude electoral, que no nos vuelvan a roban la Presidencia de la República. ¿Cómo podemos lograr que se respete la voluntad del pueblo? La única forma es que nos organicemos desde abajo, con la gente. Que en donde se va a instalar una casilla, ahí tengamos uno o dos comités, que el pueblo esté organizado, que se convoque a la gente a votar, pero que también tengamos capacidad para defender los votos. Tenemos que aprovechar los dos años que nos faltan. No tenemos dinero y es obvio que no vamos a contar con el apoyo de los medios de comunicación. Por eso tenemos que aprovechar el tiempo. El tiempo es fundamental. De acuerdo a la ley electoral, de manera mañosa, la campaña presidencial es de tres meses. ¿Para qué reformaron la ley de esa manera? Para que tenga ventaja siempre el candidato de los medios de comunicación y de manera particular el candidato de la televisión. Por eso, nosotros tenemos dos ventajas, que tenemos que potenciar: tiempo para organizarnos bien, no perder el tiempo y organizarnos. Y, lo segundo, que es lo mero principal, que ellos no tienen, pueden tener mucho dinero, pueden tener todos los medios de comunicación, con voceros oficiales y oficiosos a su servicio, pero no tienen de su lado al pueblo, sobre todo no tienen el apoyo y el respaldo de mujeres y de hombres conscientes, como ustedes. Ellos tienen que hacer campaña con los medios, introduciendo al mercado a cualquier candidato, como si se tratara de introducir un producto chatarra, como un detergente. Así es como ellos hacen política, con la mercadotecnia, con campañas mediáticas y, desde luego, mucho dinero. Lo acabamos de ver ahora, en las elecciones. Lo que hizo el PRI y lo que hizo el PAN, lo mismo, traficaron con la pobreza de la gente, compraron votos, entregaron despensas y materiales de construcción. Ese es el truco que tienen bien ensayado. Pero nosotros tenemos algo muy valioso, un tesoro, que es la convicción de millones de mexicanos, de mujeres y de hombres conscientes, que actúan con voluntad. Entonces, si nos organizamos y con la participación de mujeres y de hombres conscientes, como ustedes, se va a hacer la campaña desde abajo y no se va a hacer campaña nada más desde los medios de comunicación. La campaña se va a hacer desde abajo y lo más importante: La campaña la va a hacer el pueblo, la van a hacer ustedes. Yo voy a ir a muchos lugares, voy a seguir recorriendo el país, pero aquí tenemos desde ahora, porque ya no tenemos mucho tiempo que perder, que ponernos de acuerdo, que la campaña para transformar a México la tenemos que hacer entre todos. ¿Están de acuerdo en eso? No esperemos más, vamos a trabajar en la organización, vamos a aprovechar el tiempo y vamos a convencer a más gente. Corramos la voz, digamos con firmeza que somos distintos a los políticos de siempre. Ustedes notan como ahora que hay tristeza, que hay desánimo, hay muchos que piensan que no hay salidas, se está cayendo en la frustración y también esto lo están aprovechando los potentados para decir que todos los políticos son iguales. Ustedes pueden decir, con firmeza y decisión, sin temor a equivocarse, de que no todos los políticos son iguales. Nosotros somos distintos. Nosotros siempre hemos sabido y seguiremos honrando nuestros compromisos, que nos mueven convicciones y principios, que estamos comprometidos a no mentir, a no robar y a no traicionar. Hagamos saber a todos que sí se puede vivir con justicia, sin miedos ni temores, en una República nueva, que estamos construyendo entre todos. Una República nueva, libre, democrática, soberana, igualitaria y fraterna. Una República amorosa. ¡Viva la nueva República! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! Gráficas: Prensa Gobierno Legítimo Selección de gráficas, pie de foto y nota inicial: René Zúñiga |
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