29 de junio de 2010

RESUENAN LAS CAMPANAS EN TEMACA

RESUENAN LAS CAMPANAS DE TEMACA



Temacapulín es el espacio mágico y territorial donde se yergue la resistencia legítima de un pueblo contra la pesadilla neoliberal de la presa el Zapotillo, es la metáfora de la vida defendiéndose contra las garras de la devastación y el lugar donde los herederos de Tenamaxtli se unen con individuos provenientes de los cuatro rincones del planeta, para enfrentar la absurda necedad de las autoridades por acabar con catorce siglos de historia. En Temacapulín hoy en día se escribe parte de la historia moderna y sus moradores, con la fe en el corazón y la verdad en las palabras, se niegan a dejarse intimidar por el cruel autoritarismo de aquellos que tienen por encargo el cuidado y manejo del agua en México.

Los rostros de la gente de estas tierras llevan en su expresión la angustia de tener que enfrentar, en una lucha desigual, a todo el peso del gobierno estatal y federal y en sus ojos se mira el sino del sueño tranquilo robado por la ambición de los poderosos, pero en sus actos y sus pasos demuestran la valentía, la congruencia y la dignidad de una comunidad que sabe que la razón los asiste y que el territorio que los vio nacer no debe, bajo ninguna circunstancia, ser inundado.

Los vados del río Verde, donde Temaca está ubicado, son la frontera natural entre Mesoamérica y Aridoamérica, por ahí pasaron los aztecas en su peregrinación hacia Tenochtitlán; también este legendario pueblo fue parte de la guerra del Mixtón, primera rebelión indígena tras la conquista y ahora, sus habitantes encabezan una de las luchas más significativas en defensa del territorio, que se están dando por todo el hemisferio contra este tipo de megaproyectos, los cuales pisotean los derechos humanos y generan una afectación socio-ambiental incalculable.

El proyecto de la Presa EL Zapotillo es absurdo desde casi cualquier punto de vista, excepto del de los pocos que se beneficiarán económicamente de la construcción del embalse y la privatización del vital líquido. En primer lugar, este proyecto implica el trasvase de agua del río Verde hacia la cuenca de León, Guanajuato, lo que la UNESCO y expertos en todo el mundo, han señalado al respecto, es que las afectaciones ambientales provocadas por proyectos con estas características tienen consecuencias irreversibles y que sólo deben hacerse haciendo un estudio exhaustivo de sus implicaciones, tomando medidas de mitigación del impacto y solo, si no existen otras alternativas.

En segundo lugar, las autoridades impulsoras de la obra nunca informaron adecuadamente, ni consultaron a las comunidades que pretenden desplazar, siendo que los lineamientos internacionales de derechos humanos, firmados y ratificados por México, señalan esto como una condición obligatoria para los estados, antes de impulsar proyectos de desarrollo que impliquen desalojos forzosos. En tercer término, tenemos las diversas irregularidades normativas como son la falta de un Manifiesto de Impacto Ambiental y el cambio de uso de suelo, esta última facultad exclusiva de los municipios, para la cortina a 105 metros de altura y la inexistencia de los permisos correspondientes del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Por último cabe mencionar dos aspectos más, por un lado, que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco emitió a principios del año la recomendación 35/09, dando cuenta de los diversos actos cometidos por los gobiernos de Jalisco y la federación en este caso y aunque dicha recomendación fue rechazada por el gobernador y las Comisiones Estatal y Nacional del Agua, deja en evidencia el necio intento de imponer este proyecto violando sistemáticamente los derechos de los pobladores. Por otro lado, diversos académicos de la Universidad de Guadalajara y otras instituciones han señalado reiteradamente que existen alternativas para este proyecto que no implican la inundación de ningún núcleo de población, pero la autoridad argumenta que es más económico hacer la obra en este sitio. Pero no toman en cuenta el costo social que implica para las comunidades perder su patrimonio y lugar de origen y el costo para todos los mexicanos que implicaría la pérdida del patrimonio cultural material e inmaterial de estas poblaciones, que es incalculable por ser un área con tanta riqueza en ese sentido.

Resuenan las campanas de Temaca y por todo el planeta se escuchan voces solidarias; entre los repiques se dejan oír nuevos cantos que alimentan la esperanza y argumentos contundentes que incrementan la indignación ante tanta cerrazón, amenazas y hostigamiento, de las que son objeto los pobladores que se niegan a perder su tierra, raíz e identidad. Resuenan las campanas de Temaca, con su herencia y sus tradiciones, con sus proyectos de vida y sus formas innovadoras de resistencia pacífica; se miran por los cielos los fuegos artificiales que anuncian los 250 años de la basílica de los Remedios y los pasos que da la comunidad organizada hacia la victoria de la vida por sobre los proyectos de muerte que traen los heraldos del gobierno.

“Temaca Vive”, se escucha por la plaza y aunque la paz y tranquilidad hayan sido hurtadas de este pueblo, se sabe claramente quienes han sido los ladrones y que los niños, mujeres y hombres de esta región no permitirán que les quiten el sueño de un futuro construido con los cimientos de sus ancestros, el trabajo de sus hijos ausentes y la fortaleza de una comunidad unida, que marcha escribiendo su parte en las páginas de la historia de la ecología popular.



Marco von Borstel

Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario A.C.

Junio 2010

¡Es un Honor Estar con Obrador!

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