Se ensucia la campaña local
| 16-06-2010 | 00:46 | Local
El candidato del Partido Acción Nacional, César Jáuregui Moreno, le apostó anoche a la difamación en el debate celebrado entre los aspirantes a la presidencia municipal, al acusar de narcotraficante al abanderado del PRI, Héctor Murguía Lardizábal.
Jáuregui, sin embargo, no ofreció más pruebas para sus inculpaciones que información vieja y verdades a medias que no aportaron algo nuevo a un asunto que ya ha sido ampliamente ventilado en los medios y, sobre todo, investigado por El Diario.
Como fuentes para sus imputaciones, el aspirante blanquiazul presentó la breve mención que de Murguía Lardizábal hizo la revista Proceso del domingo pasado, dentro de una lista de supuestos legisladores “sospechosos” de tener nexos con el crimen organizado.
Sin embargo, la escueta información que Proceso manejó tiene como fuente a El Diario sin que la revista abundara en la copiosa investigación que este medio ha publicado sobre el asunto, con el propósito de que los lectores pudieran sacar sus propias conclusiones.
Asimismo, Jáuregui Moreno enarboló anoche una copia del supuesto documento de la DEA en el que se menciona que esta agencia investigaba a Murguía por sospechas de estar ligado con un cártel del narcotráfico.
Ese documento fue filtrado por primera ocasión en marzo del año pasado por el periódico Excélsior sin investigar a fondo su autenticidad, y retomado por diversos personajes y organizaciones para posteriores señalamientos en contra de Murguía Lardizábal.
Al darse a conocer ese texto, El Diario buscó una entrevista con el vocero de la DEA en Washington, Garrison Courtney, quien declaró que tal documento “no es legítimo”, en nota publicada en su edición del 21 de marzo del año pasado.
Empero, Jáuregui en ningún momento citó toda esta información manejada por este medio, por lo que mostró que dejó fuera lo que no le convenía para seguir adelante con su acusación, causando un mal sabor de boca al final del debate.
Su postura provocó incluso que Murguía Lardizábal le espetara que sus imputaciones las tendrá que probar judicialmente, lo cual ciertamente Jáuregui deberá sustentar o atenerse a las consecuencias.
Por lo que se refiere al aspirante priísta, su argumentación ante los señalamientos de su adversario político se vio débil y en el transcurso del evento se dedicó a defender, con mala dicción, lo que hizo en su anterior trienio, sin replicar de manera fehaciente el porqué es indispensable, por ejemplo, una obra como el Camino Real.
Los dos candidatos principales se perdieron en las acusaciones, y tanto Murguía como Jáuregui carecieron de la contundencia indispensable para convencer a los juarenses de que podrán ayudarlos a salir del atolladero en el que se encuentran.
Tal vez lo más sensato del encuentro fue el cierre del candidato del PRD, Víctor Reyes Gloria, quien manifestó que en vez de agredirse mutuamente, los aspirantes del PRI y del PAN tendrían que haberle pedido perdón a Juárez por lo que han hecho o dejado de hacer los representantes de sus partidos en las oportunidades que han tenido de gobernar a esta aporreada ciudad
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