12 de junio de 2010

Las Crónicas de Spectator: Pildorazos de ultraderecha

Las Cr�nicas de Spectator: Pildorazos de ultraderecha

Pildorazos de ultraderecha
No conformes con tener a todos los habitantes del Estado de Jalisco bajo su yugo, los neofascistas cabecillas de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara a través de su títere incondicional, el ultraconservador favorito de Jalisco, Emilio González Márquez, decidieron emprender una “cruzada” en contra de la píldora anticonceptiva, específicamente, en contra del derecho de todas las mujeres que han sido violadas sexualmente a impedir el riesgo de poder quedar embarazadas mediante la ingestión de una píldora anticonceptiva tomada a las pocas horas de haberse llevado a cabo la violación. El argumento esgrimido por el Yunquista Gobernador de Jalisco a petición expresa de los verdaderos amos a quienes sirve (los cuales no son y nunca han sido los habitantes de Jalisco), apoyado por extremistas ultrafanáticos de derecha como el dirigente nacional perpetuo de la organización Provida, alega que la píldora anticonceptiva es ni más ni menos “un aborto químico”, considerándola lo mismo que asesinar o secuestrar, negando a la vez hipócritamente que sus argumentos puedan estar basados en motivaciones religiosas siendo que se trata del mismo argumento esgrimido originalmente por el Papa Paulo VI en su Encíclica Humanae Vitae. Con el debido respeto a Paulo VI y a su “infalibilidad papal”, el equiparar a la píldora anticonceptiva con un aborto demuestra una ignorancia catastrófica en cuestiones de biología y medicina, por la sencilla razón de que NO es lo mismo impedir que se lleve a cabo una concepción que interrumpir una concepción una vez que esta se ha realizado. Esta es precisamente la razón por la cual la píldora anticonceptiva no funciona si se toma varios días, semanas, o meses después de que una mujer ha quedado embarazada tras una violación. Si la píldora anticonceptiva realmente fuera abortiva, no perdería su efectividad dos o tres días después de haberse llevado a cabo una violación sexual. La píldora anticonceptiva, descubierta hace poco más de medio siglo por Gregory Pincus y el Doctor John Rock (irónicamente, un católico devoto que iba regularmente a misa), nunca tuvo la capacidad para interrumpir un embarazo. Esto no significa que no exista una píldora abortiva, la hay, y fue descubierta en Francia, conocida como la RU-482. Pero de la píldora de la que estamos hablando, la “píldora del día siguiente”, ésta aunque sólo interfiera con la concepción, de cualquier manera sigue siendo “abortiva” por el “decreto papal” de un líder religioso que privó a su grey de uno de los métodos más promisorios y más efectivos para la planificación familiar descubiertos por el hombre justo en una época en la que la viabilidad del planeta está en peligro por la incontenible explosión demográfica una de cuyas manifestaciones más dramáticas son las terribles hambrunas en el continente africano en las cuales mueren decenas de millares de niños cuyos padres son incapaces de proporcionarles alimentación alguna y los cuales dependen de la caridad mundial para no terminar todos ellos muertos de hambre. (En lo que a México respecta, el efecto más visible de la incontenible explosión demográfica alentada irresponsablemente por el liderazgo de la Iglesia Católica consiste en la expulsión de millones de indocumentados hacia los Estados Unidos que se tienen que jugar la vida yéndose a trabajar a dicho país sin autorización legal para ello a fin de no terminar muriéndose de hambre en México junto con las familias numerosas que han estado procreando sin ejercer paternidad responsable alguna). En contraste con México, perpetuo expulsor de “mojados” hambrientos y desesperados hacia los Estados Unidos que se van a trabajar a los campos agrícolas sin tener nada que ofrecer más que su mano de obra esclava a los agricultores norteamericanos que son los únicos realmente beneficiados y contentos por tener como vecino a un país con una irresponsable política gubernamental de planificación familiar, en China en donde la Iglesia Católica no le dicta al gobierno socialista los criterios que se deben seguir para la planificación familiar ni le permite a sus habitantes tener todos los hijos que les dé la gana tener y que anteriormente adolecía de los mismos problemas que México, la implementación de la política de “un matrimonio un niño” en 1979 les ha permitido a los chinos tener una mejora espectacular en sus niveles de vida y les ha permitido atender mucho mejor a su población infantil, una alternativa mil veces mejor a las terribles hambrunas que se ven en Africa y las cuales tienen que estar siendo paliadas mediante la caridad mundial que a fin de cuentas nunca ha sido una solución permanente al problema de la inanición de los africanos.





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