Los 10.000 niños que robó Franco
por Vicente Romero el 31 Mar 2010 | URL Permanente
El secuestro de medio millar de hijos de presas políticas, cometido durante la dictadura del general Videla, ha sido objeto de numerosos reportajes y libros. Se puede asegurar que el mundo entero está informado de aquel crimen de lesa humanidad, por el cual todavía están siendo juzgados algunos centuriones argentinos. Sin embargo resulta mucho menos conocido que lo mismo ocurrió en España, durante los primeros años de la posguerra. La diferencia es que aquí el delito fue ‘argumentado’ ideológicamente, que lo ‘legalizó’ una normativa oficial, y que hubo una cifra de víctimas mucho mayor. Pero, aunque algunos historiadores hablen de unos 10.000 niños desaparecidos, el silencio y la impunidad se han mantenido más de sesenta años.
Durante una larga sobremesa en casa de Baltasar Garzón, conversando sobre los imprescriptibles crímenes que reflejó en su frustrado auto contra el franquismo, Eduardo Galeano mostraba su asombro al oírnos hablar de ‘miles de niños arrebatados a sus madres en las cárceles’. Porque en el Cono Sur siempre se cita como modelo de barbarie de sus dictaduras el decreto nazi de noche y niebla, pero la metodología de los militares argentinos y uruguayos tiene un antecedente mucho más próximo en la posguerra española.
Garzón citó algunos datos expuestos por el historiador Ricard Vinyes: a comienzos de los años cuarenta, cuando en España había 280.000 presos políticos, los hijos de las prisioneras no eran inscritos en los libros de registro. No quedaban huellas de su origen y, además, una ley permitía cambiar los apellidos de las criaturas de personas desafectas al Régimen. Recordamos que Vinyes había explicado que ‘cuando una presa política estaba embarazada se aguardaba a que pariera y, al cabo de 48 horas, se la fusilaba; entonces, su niño era enviado a los hospicios de Auxilio Social o a centros religiosos donde se perdía definitivamente su rastro.’
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