Esperan con pánico en el Valle el 4 de abril
Rocío Gallegos
El Diario | 02-04-2010 | 23:49 | Estado
Praxedis G. Guerrero— Pese al éxodo masivo de familias que ha generado el temor de que mañana se cumpla la supuesta advertencia de una matanza y una quemazón de casas lanzada por un comando de encapuchados, el Valle de Juárez continúa sin vigilancia policiaca y sin que las autoridades locales den la cara.
Ante ese panorama, el pánico se ha apoderado de los habitantes, su huida continúa y crece el aspecto fantasmal de los pueblos de la región.
“Ya no nos quieren aquí”, dijo un hombre que ayer decidió cargar con su esposa y dos hijos, así como con unas cuantas pertenencias, en una pequeña camioneta, y partir de Colonia Esperanza.
Dejó todo con tal de resguardar a su familia y poner a salvo su vida, explicó conteniendo el llanto que le provoca dejar su tierra, donde apenas el miércoles sufrieron la quema de cuatro viviendas.
Al menos otras tres familias decidieron también huir ayer de esta zona disputada por grupos de narcotraficantes y que en medio de ese enfrentamiento han privado de la vida a comisarios ejidales, funcionarios municipales y colonos, en su mayoría personas inocentes.
Los habitantes que deciden permanecer aquí viven encerrados en sus casas y están “a la buena de Dios”.
Hace unos días, los habitantes de los poblados de Guadalupe y de Praxedis, ubicados a 60 y 81 kilómetros de la mancha urbana de Juárez, fueron supuestamente amenazados, a través de cartulinas colocadas en varios puntos, para que abandonaran sus hogares antes del 4 de abril; de lo contrario, les advertían, serán victimados y sus hogares incendiados.
Aunque esto provocó que las personas demandaran la presencia de militares y que el gobernador José Reyes Baeza saliera al paso anunciando que el Operativo Coordinado Chihuahua se extendería hasta aquí, los habitantes de esta región permanecía hasta ayer prácticamente en el abandono.
Nadie confirma o desmiente estas supuestas advertencias que han hecho de los poblados de la región luzcan ahora como pueblos fantasmas.
Muchos se han ido y los que aún permanecen aquí viven encerrados en su hogar y, dicen, se la pasan encomendándose a Dios para que no pase nada.
“La gente está en pánico, he visto hoy a varias personas desesperadas, llorando y en completo estado de pánico debido al rumor de que sicarios advirtieron que se debe salir del pueblo el domingo o gente inocente va a ser asesinada”, dijo un hombre que pidió mantener en resguardo su identidad por seguridad.
Las autoridades locales no son localizadas, los pobladores dicen que tienen días de no pararse por las oficinas y sienten que sus reclamos no han tenido el eco en otras instancias de gobierno.
Las comandancias de la Policía están casi sin actividad, incluso ayer se apreció sólo un fusil sobre el escritorio de la comandancia de esta comunidad que la noche del pasado sábado fue baleada por un comando de sicarios y que ahora luce abandonada.
“Los rumores (de que serán victimados y sus hogares incendiados) son cada vez más fuertes y no hay presencia policiaca que tranquilice un poco a la gente”, afirmó una mujer que ayer se atrevió a salir de su casa en Guadalupe para acudir a las celebraciones de Viernes Santo.
“Tenemos miedo, no me cabe en la cabeza por qué no tenemos vigilancia”, agregó.
Los únicos que recorren las calles polvorientas, sin pavimiento, son los comandos de encapuchados fuertemente armados, que se trasladan en grupos de dos o cuatro camionetas, dicen los pobladores. Aunque se mueven a toda hora, actúan principalmente de noche, aseguran.
“Nos dijeron que iban a venir federales y no vinieron”, agrega la mujer que vive sobre la carretera Juárez- Porvenir, por donde ve pasar muy seguido trocas que mudan a familias que huyen de esta zona.
“Se van porque ha habido muchos muertos y muchas quemazones”, mencionó.
En el abandono pese a la violencia
De acuerdo con versiones periodísticas, que refieren cifras oficiales, en esta región de la entidad han sido asesinadas casi 40 personas en lo que va del año y más de una veintena de viviendas han sido incendiadas.
Pese a estas circunstancias, prácticamente la presencia de las fuerzas federales es nula en estos lugares, según se percibió en un recorrido realizado ayer desde Loma Blanca del municipio de Juárez, hasta El Porvenir, de Praxedis.
Los militares se vieron sólo en dos retenes, uno instalado al salir de Zaragoza y otro, entre San Isidro y San Agustín, así como en pequeños destacamentos en El Porvenir, donde ayer permanecían tres elementos que –aseguran– han visto cómo en los últimos días este poblado poco a poco se ha quedado solo.
Nadie recorre las calles de estos poblados ubicados a lo largo de 80 kilómetros de la carretera Juárez-Porvenir, por lo que sus habitantes temen lo peor para mañana.
“Ese día en lugar de esconder huevos nos vamos a esconder nosotros”, dijo otra joven mujer en alusión al festejo del “Día de la Coneja” y a la amenaza de la que son objeto.
El sacerdote de la iglesia católica en Guadalupe, Eliseo Ramírez, señaló que hay tensión y confusión entre la gente, así como sentimiento de desencanto porque las autoridades prácticamente los han abandonado.
Por eso muchos se han ido, dijo el párroco que ayer recibió en su templo a poco más de 200 feligreses de este pueblo que tiene caso 9 mil habitantes, “porque pocos se arriesgan andar en la calle” aunque sea de día.
“Ya no estamos a gusto, pero no tenemos a dónde irnos”, comentó a su vez un adolescente, uno de los pocos pobladores que se atreve hablar con desconocidos, pues desconfían de todos.
Dijo que las personas casi no salen y para las 7 de la noche todos deben estar en casa.
“Vivimos una especie de toque de queda ciudadano porque tal parece que no le importamos a nadie”, dijo molesto.
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