1 de febrero de 2010

Guadarrama, ese marxista | Desde Abajo

Guadarrama, ese marxista | Desde Abajo


Guadarrama, ese marxista

1 Febrero 2010


. Si Valentín Campa, aquel histórico ferrocarrilero que transitó como líder desde el Partido Comunista Mexicano al PRD, se enterara que José Guadarrama Márquez es por segunda ocasión el candidato del partido que fundó al gobierno de Hidalgo, seguro vencería su tumba como lo hizo con los muros de Lecumberri para incorporarse a la protesta contra tal designación. Esta candidatura insulta la sangre y memoria de cientos de hidalguenses que han luchado con verdad en las filas de este partido a través de sus épocas, y sobre la cual, la única frase marxista que lo define fue dicha por Groucho: “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”.
Por Luis Alberto Rodríguez / Desde Abajo
Si Valentín Campa, aquel histórico ferrocarrilero que transitó como líder desde el Partido Comunista Mexicano al PRD, se enterara que José Guadarrama Márquez es por segunda ocasión el candidato del partido que fundó al gobierno de Hidalgo, seguro vencería su tumba como lo hizo con los muros de Lecumberri para incorporarse a la protesta contra tal designación. Esta candidatura insulta la sangre y memoria de cientos de hidalguenses que han luchado con verdad en las filas de este partido a través de sus épocas, y sobre la cual, la única frase marxista que lo define fue dicha por Groucho: “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”.
De tal modo, las cualidades grouchomarxistas de Guadarrama Márquez definen su hilo discursivo de aquel que únicamente aspira a bloquear a Xóchitl Gálvez (otra protoprogresista) y negociar su vida política: ”¿A quién va usted a creer?, ¿a mí, o a sus propios ojos?”, insistiría en preguntar el flamante senador a quienes podrían escucharlo bajo los templetes de la próxima elección, que tendrían como eslogan de su campaña otra célebre del sátiro Marx: “Partiendo de la nada alcance las más altas cimas de la miseria”.
Esta megalianza opositora -que de por sí se opone a sí misma-, (“Citadme diciendo que me han citado mal”) es la peor de las vergüenzas históricas y el mejor de los negocios de la izquierda y la derecha modernas que por debajo podrán destrozarse, pero en la cima nunca se harán daño. Sin embargo, nada de qué espantarse como nada nuevo hay bajo el sol. Xóchitl Gálvez, Guadarrama Márquez o Francisco Xavier Berganza son aquello que en el marxismo cómico y delirante se justifica como política, una actividad lúdica e interpretativa. La política aliancista es pues, como la política en su definición más purista (de puro, habano o cigarro bajo los bigotes de Groucho Marx) “el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados”.


¡Es un Honor Estar con Obrador!

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