El juez Garzón es víctima de su propia medicinaCarlos AznárezRebeliónEl juez Baltasar Garzón empieza a recibir parte de la medicina que siempre él ha propiciado. Ahora, los tribunales continuistas del franquismo (como la Audiencia Nacional que tanto “brillo” le ha dado al superjuez) le sugieren que no meta su narizota en la impunidad que han dejado los crímenes del franquismo. La advertencia es clara: que no investigue a los inspiradores de quienes actualmente arropan a Garzón para que castigue sin piedad a los luchadores vascos.Asustado porque puede dejar de ser una joya preciada de la corona, el juez pide auxilio a “demócratas” de su entorno y a la progresía mundial, y como el planeta está lleno de desmemoriados y “mal informados” (eso sí que no se lo cree nadie), ya ha recolectado una buena lista de adherentes. Entre ellos algunos respetables intelectuales como el gran poeta argentino, Juan Gelman, autor de un reciente artículo solidario con el juez, titulado “No se entiende”.“Garzón es mala hierba”, dijo en su momento un hombre que lo conoció de cerca, el juez Navarro, lamentablemente fallecido.En ese sentido hay mucho para historiar. Un hombre que administra “injusticia” a pedido de quien lo contrata. Y es por eso, que se ha convertido con el tiempo en el buque insignia de la arremetida represiva contra el independentismo vasco y otros tantos luchadores que hayan osado desafiar al establishment español.Garzón convalida la tortura, que habitualmente aplican las fuerzas policiales españolas a los jóvenes vascos que caen en sus manos. Garzón mira a un costado, sonríe cínicamente, bosteza y hasta se irrita si alguien le endilga este mal comportamiento, cuando en los juicios en su querida Audiencia Nacional, chicas y chicos, casi adolescentes, denuncian las barbaridades que le han hecho los guardias civiles o policías del Reino, picana en mano, aplicando el “submarino”, practicando violaciones por doquier, utilizando alucinogenos suministrados por el Mossad sionista y otros tormentos por el estilo. Métodos estos, que buscan quebrar voluntades, machacar cuerpos, aterrorizar, e intentar convertir a los detenidos en delatores de sus propios compañeros.No olvidar tampoco que Garzón es el hombre que no dudó en apoyar al presidente colombiano Uribe en su idea de acabar con la insurgencia por métodos “múltiples”, con todo el alcance que encierra esa palabra.
17 de febrero de 2010
FRANQUISMO AUN VIVO EN ESPAÑA, GARZON SUFRE POR METER NARICES EN ASESINATOS DEL CAUDILLO
Rebelion. El juez Garzón es víctima de su propia medicina
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