CHING... EN EL PAN
22/01/2010 - 00:01
Por: Francisco Rodríguez
DURANTE LOS ÚLTIMOS tres años usted ha leído aquí que Andrés Manuel López Obrador ha sido el principal opositor a la fallida Administración de Felipe Calderón. La situación, empero, ha cambiado.
Enemigo de sí mismo, el ocupante de Los Pinos traiciona todo lo que haya que traicionar. A sí mismo. A lo que don Luis, su padre, le inculcara. A los postulados de su partido, el PAN, al que sólo usó para asaltar el poder. A aquellos con quienes llega a establecer acuerdos mínimos de gobernabilidad…
Justo ahí está el meollo de la crisis panista, involuntariamente inducida por el michoacano.
“Dicen que es pragmatismo, pero a mí se me hace que son chingaderas”, me ha dicho apenas un viejo militante del blanquiazul quien, como muchos otros, ha criticado que ya en dos ocasiones Calderón les haya impuesto un dirigente partidista formal, Germán Martínez, primero, y ahora César Nava, con resultados que dejan mucho por desear. Lo que es fallido, produce resultados fallidos.
Involuntariamente, también, quienes de dientes para afuera dicen estar alineados con Calderón, muestran la precariedad del mismo. Ahí está, como ejemplo reciente, el burócrata Julio Castellanos quien ha pedido la curul al sinaloense Manuel Clouthier, porque la necesita “para apoyar al Presidente (sic)”.
¿Tan débil lo ve el segundo de a bordo de Josefina Vázquez Mota –lo fue en el manejo de los muchos dineros de la SEP, lo es ahora en la coordinación de la bancada diputadil panista--, que requiere de un espacio legislativo para dar soporte a quien, a las malas o “haiga sido como haiga sido” trepó a La Silla?
El pragmatismo o “las chingaderas” han convertido a priístas en candidatos del PAN a gubernaturas. El duranguense, por ejemplo, quien de la noche a la mañana cambió la piel tricolor por una blanquiazul en la que se le nota incómodo. O, en el caso de Veracruz, donde apenas Calderón y, sobremanera, su cónyuge Margarita Zavala han relegado al panismo de siempre por otro que es impostado.
El de Miguel Ángel Yunes es todo un caso. Rabioso antipanista, cuando dirigió al comité estatal del PRI –al que llevó a la más estrepitosa derrota en los comicios municipales de 1997--, hoy es impuesto por el dedazo de la esposa de Calderón.
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