A Dos años de haber sido creado el Operativo Conjunto Chihuahua para detener la ola de violencia que impera en el estado hoy se reconoce su fracaso.
A casi dos años de que el Gobierno de Chihuahua solicitara la intervención de la Federación para detener la ola de violencia en la entidad, los resultados que ambas administraciones presentan están lejos del objetivo, anunciado en su momento por el presidente Felipe Calderón y por el entonces secretario de Gobernación, Camilo Mouriño.
Y es que el llamado Operativo Conjunto Chihuahua, sustentado en la presencia del Ejército y en la colaboración de los gobiernos estatal y municipales para disuadir a grupos criminales, no se ha evitado el impresionante incremento de ejecuciones y ha mostrado deficiencias en la coordinación de las fuerzas de seguridad.
Según estadísticas periodísticas, la entidad gobernada por José Reyes Baeza registró 130 ejecuciones en 2006 y 148 al año siguiente, pero la cifra se disparó a mil 652 en 2008 y rebasó las 2 mil muertes violentas el año pasado, a pesar de la presencia de 8 mil 500 efectivos militares en la entidad.
Y, en los primeros 13 días del presente año, van 120 ejecuciones.
Hoy, autoridades de los tres órdenes de Gobierno se reunirán para evaluar la situación y tomar decisiones de reforzamiento de operativos.
Al parecer hoy, precisamente que el mundo mira hacia Haití, es el momento idóneo para que los fracasos de la administración de Calderón pasen desapercibidos ante la opinión pública. Sin embargo el fracaso era evidente aunque no haya sidno necesario que los medios lo puntualizaran. Los abusos que los militares cometían contra la población civil hacían del Operativo Conjunto una farsa para suprimir a los sectores sociales que denunciaban la incapacidad del gobierno federal para resolver el problema de la violencia.
¿Vamos Ganando?
¡Es un Honor Estar con Obrador!
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