5 de diciembre de 2009

ARTURO ALCALDE JUSTINIANI: ¿Y los salarios mínimos?

La Jornada: ¿Y los salarios mínimos?:
"¿Y los salarios mínimos?
Arturo Alcalde Justiniani
E

stamos por presenciar la comedia anual sobre la definición de los salarios mínimos. Se repetirán los mismos movimientos en los denominados 'sectores productivos'; por un lado, un sindicalismo falso que ignora las necesidades de los trabajadores que dice representar, y por el otro abogados empresariales que participan con la consigna de dar lo menos posible repitiendo los estribillos de cada año: 'necesitamos preservar la planta productiva', 'no nos desboquemos', 'seamos responsables'. Llegarán y partirán como siempre con la sonrisa en la boca, el modelo de los automóviles de unos y otros dará cuenta de su condición económica. La representación obrera propondrá 10 por ciento para negociar; al final, sostendrá que han decidido sacrificarse por el país y en el mejor de los casos firmarán bajo protesta. La parte patronal propondrá algo similar al 3 por ciento, y en el último acto, conforme a la imposición de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el aumento será fijado entre 4 y 5 por ciento. Concluida la tarea, todos juntos 'muy sacrificados' se irán a la posada en turno.

En años recientes, el gobierno ha sostenido que la fijación de los salarios mínimos debe ajustarse a la inflación esperada para el siguiente año. Atendiendo a la información aportada por el Banco de México la semana pasada, la misma asciende a 5.25 por ciento para 2010; luego entonces, el aumento no deberá ser menor a este porcentaje. Aun suponiendo que los datos de la banca mayor fueran certeros, todo indica que el gobierno federal, utilizando argumentos distintos, defenderá un incremento menor. Basta observar los datos que ha manejado en algunos medios, entre ellos el Congreso de la Unión, donde sostuvo que la inflación esperada para el próximo año sería ligeramente superior a 3 por ciento. El tema salarial es de gigantesca importancia, porque de él depende en buena parte la calidad de vida de la población; no se trata de 1 o 2 por ciento en disputa, sino de una definición básica del gobierno federal en materia económica.

Desde hace casi 30 años se ha venido sacrificando el salario en función de promover la inversión; el año pasado, por ejemplo, se reconoció una inflación de 6.53 por ciento y se otorgó a los salarios mínimos un incremento de 4.6 por ciento promedio. En consecuencia, quedó pendiente un adeudo de alrededor de 2 por ciento, que equivale ni más ni menos a una pérdida de 40 por ciento del aumento otorgado. Estos diferenciales acumulados nos llevan a una trágica realidad: hoy el salario mínimo es de 54.80 pesos diarios en la zona geográfica central. Una ama de casa obligada a administrar este precario presupuesto con lista en mano argumentaría que en semanas recientes el huevo subió de 10 a 19 pesos, el aceite de 13 a 23, el frijol de 15 a 23 y el azúcar de 12 a 19 pesos. Para ella, los datos del Banco de México salen sobrando. Ésta es la realidad cotidiana."

¡Es un Honor Estar con Obrador!

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