TEXTO DE RAUL VERA: El cristiano no vende su voto

El cristiano no vende su voto

Ser verdadero cristiano es cumplir con “la responsabilidad política” y dar testimonio al “no vender el voto” para elegir al ciudadano “que verdaderamente haga lo que tenga que hacer, que tenga un comportamiento honesto, que garantice justicia, que garantice que los policías no se coluden con los narcotraficantes”.

Así lo dijo Fray Raúl Vera López, Obispo de la Diócesis de Saltillo hoy domingo 13 de septiembre al iniciar la Eucaristía celebrada en la parroquia Santísimo Cristo del Ojo de Agua ubicada en la capital coahuilense.

A casi un mes de las elecciones para alcaldes, el obispo Vera conminó a los ciudadanos a ser parte de esta historia civil y política y denunciar las anomalías a las que se enfrentan en estos tiempos.

“Deben denunciar las cosas que vean, griten, es un deber ciudadano decir cuando las cosas no se están haciendo bien, eso es ser verdaderos cristianos”, declaró.

Además aclaró: “Podrán decir que el obispo no se debe preocupar por lo político, de ninguna manera voy a estar callado, tengo que decir porque es responsabilidad de cada ser humano hacerlo”.

Invitó a los fieles a “pedir perdón en esta Eucaristía porque no hemos sido del todo responsables, hemos dejado que avance la corrupción en nuestras calles al no denunciar”.

Fray Raúl Vera celebró la Misa de aurora e hizo referencia a la advocación de Jesucristo, Santísimo Cristo del Ojo de Agua, de donde también proviene el nombre de la ciudad de Saltillo.

Al referirse a Jesucristo resaltó la muerte en la cruz “para glorificar al Padre y para mostrarnos que Él es el único camino para llegar a Dios”.

“El fue un ejemplo para nosotros, para enseñarnos quién es el hombre; el hombre se revela al hombre en la persona de Jesucristo, dicen los obispos en el Concilio Vaticano II, Él Dios hecho carne y el único modelo de vida”, explicó el obispo.

De esta manera Jesucristo se hace presente en el mundo, concretamente en “el amor servicial a los hermanos para que el mundo no se divida”, comentó don Raúl.

Por eso, abundó, es importante “que no haya odios, que no haya abusos del semejante con su semejante, el ser humano contra el ser humano”.

Hizo ver a los fieles que, aunque concluía el novenario por la fiesta, la vida no se queda ahí, sino que continúa en el mundo donde se desempeñan, en la relación que tienen con los demás, con otras confesiones cristianas, con el mundo ateo, con el mundo del trabajo.

“En esos espacios tienen que demostrar con su vida su preocupación para que exista la justicia, el respeto a la dignidad de la persona a los niños y niñas, a las mujeres, a los ancianos, a los enfermos”, expresó.

Agregó: “Jesús los envía para ser misioneros también con su palabra y con su ejemplo”.