12 de septiembre de 2009

ACUSAN A SOLDADOS DE ASESINAR PASAJEROS DE UN AUTO EN JUAREZ. TESTIMONIO

No sé por qué empezaron a disparar | Diario.com.mx: Edición Cd. Juárez: "‘No sé por qué empezaron a disparar’
11 Septiembre 2009


‘No sé por qué empezaron a disparar’
Raúl Lodoza/El Diario

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Actualizado: 11:46 PM hora de Cd. Juárez
Staff
El Diario

“No me explico por qué los militares comenzaron a dispararnos”, dijo Brenda Cárdenas, la mujer que sobrevivió a un supuesto ataque de soldados en el fraccionamiento Del Real la madrugada de ayer.
Ella conducía el automóvil en el que viajaban las víctimas, el cual quedó en el cruce de las calles Popocatépetl e Ixcóatl después de la agresión.
En su interior los cuerpos de su hermana Guadalupe, de 23 años, y de Jefté Alejandro Vázquez Ortiz, de 24, permanecieron desangrándose hasta que murieron.
Otra mujer, a quien sólo identificaron como Rocío, resultó con heridas en sedal en varias partes del cuerpo, producto de los rozones provocados por las esquirlas de las balas que pegaron en la carrocería."

Otra mujer, a quien sólo identificaron como Rocío, resultó con heridas en sedal en varias partes del cuerpo, producto de los rozones provocados por las esquirlas de las balas que pegaron en la carrocería.
Ayer, cuando acudió al Servicio Médico Forense (Semefo) para identificar el cuerpo de su hermana Lupita, contó con la voz entrecortada que cuando ocurrieron los hechos los cuatro habían salido de su casa para recoger a otros amigos que viven cerca.
Dijo que cuando dieron la vuelta en la calle Popocatépetl, a unos metros de su vivienda, escucharon una detonación de un arma de fuego y vieron a “muchos militares” en la calle.
“Nos dio miedo, preferí regresarme, luego ya nada más observé una luz que me encandiló. Nos estaban siguiendo (los militares) y empezaron a disparar, ellos (sus acompañantes) sólo me decían que le pisara”, explicó entre sollozos.
Su intención, explicó, era ir por sus conocidos porque el viernes por la mañana saldrían de la ciudad para disfrutar de un fin de semana en una playa de Sonora.
“Cuando ya estaba más cerca de mi casa, me bajé corriendo del carro, tenía mucho miedo”, contó. “Nunca hubiera dejado a mi hermana, pero tenía mucho miedo”.
El vehículo quedó a pocos metros de su hogar, tratando de escapar de las balas entró en la vivienda, pero los “soldados” la siguieron.
“No dejaban de gritar: ‘Si no salen se los va a llevar la chingada’, también que nos iban a matar, ‘vamos a quemar esta casa’, decían”, contó Brenda.
Agregó que “los militares y los federales” que se encontraban al exterior de su casa insistían en que a ese lugar habían entrado dos personas armadas.
“Mi mamá se asomó y les dijo que ya íbamos a salir, pero que adentro estábamos puras mujeres”, narró.
Cuando la mujer salió de su domicilio se dirigió al auto, donde encontró a su hermana aún con vida.
“Se me murió entre las manos, cuando llegó la ambulancia ya no pudieron hacer nada por ella”, aseguró.
La madre de la víctima, quien prefirió no dar a conocer su nombre, dijo que están temerosos de que tomen represalias en su contra, por lo que hasta el momento de la entrevista desconocía si interpondrá una denuncia ante las autoridades.
“Por eso nunca se hace nada, porque tenemos miedo. Ella era estudiante, el otro muchacho era responsable y trabajador”, mencionó llorando, sentada en la sala de su casa, abrazada a una de sus familiares.
“Se me fue mi niña, se fue mi muchachita, ¿por qué?, ¿qué voy a hacer sin mí niña?”, se lamentó a grito abierto y derramando lágrimas.
Lupita tenía 23 años de edad, era estudiante de la carrera de Psicología en el Centro Universitario.
El novio de la joven asesinada, quien pidió que se reservara su nombre por miedo a represalias, comentó que para huir del clima de violencia por el que atraviesa la ciudad Lupita había decido irónicamente cambiar sus estudios de Criminología por los de la conducta humana.
“El tetramestre pasado me dijo que la situación en Juárez estaba muy fea, que mejor se iba a cambiar a Psicología”, recordó.
Aseguró que desde hace algún tiempo no salían a pasear por las noches porque los atemorizaban los actos violentos que se han registrado en algunos bares.
“También evitábamos ir a bailar, nos daba miedo que algo malo nos pasara”, comentó el hombre.
Hasta la tarde de ayer ninguna autoridad se había acercado a realizar alguna entrevista en torno a los hechos, se quejaron los amigos y familiares de la asesinada.
Además, aseguraron, los peritos de la Subprocuraduría de Justicia en la zona norte no encontraron un solo casquillo de los que dispararon en contra de las víctimas, porque antes de que llegaran “los soldados los levantaron todos”.

¡Es un Honor Estar con Obrador!

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