21 de junio de 2009

PROCESO.COM.MX - La anulación, populismo mediático | JENARO VILLAMIL

PROCESO.COM.MX - Impreso 1703 | Política | La anulación, populismo mediático | JENARO VILLAMIL:

"La anulación, populismo mediático
JENARO VILLAMIL
La promoción de las empresas televisivas a la anulación del voto “es una visión muy reaccionaria y equivocada”, con características de un tipo de “populismo mediático” que pretende enfrentar a la partidocracia y retornar a una visión oligárquica del sistema político mexicano, advierte el antropólogo Roger Bartra, autor de La fractura mexicana, ensayo-libro sobre la transición democrática, que ha comenzado a circular en días recientes.
“Hay cierto tipo de populismo en la promoción de la anulación del voto. Son los casos del desprecio a la clase política y la exaltación del pueblo por encima de los mecanismos representativos”, subraya Bartra, autor entre otras obras de Anatomía del mexicano y Las redes imaginarias del poder político.
Entrevistado vía telefónica en Londres, Bartra admite que el populismo no es exclusivo de la izquierda conservadora o nacionalista ni de ciertos grupos de la derecha, sino también de los medios de comunicación, en especial del duopolio televisivo.
–¿Usted observa un riesgo de populismo mediático?
–Supongo que está presente en la reacción en contra de la llamada “partidocracia” y que, sobre todo, el duopolio televisivo pretende asumir la representación de la sociedad civil frente a la sociedad política.
–¿Es el caso de la promoción a favor de la anulación del voto o se da en otros casos?
–La animadversión del duopolio contra los partidos ha quedado clara. Desde hace años, de manera cruda, en TV Azteca han asumido un papel de vigilantismo contra el “mundo corrupto y malvado de los políticos”. En Televisa son un poco más elaborados, pero mantienen la misma posición.
“Es una visión muy reaccionaria y equivocada. Quieren engañar a la gente, pretendiendo que ellos no hacen política. La campaña por la anulación del voto es altamente política.
“Cuando (las televisoras) denuncian a la partidocracia, en realidad están en contra de la democracia. Están pensando en una especie de retorno al antiguo régimen, donde los partidos eran mínimos, incluso el PRI, y todo funcionaba verticalmente.”
Bartra recuerda que la oposición de las empresas televisivas hacia los partidos políticos se agudizó a raíz de la reforma electoral de 2007, que prohibió la compra de tiempo-aire en las campañas electorales. En su libro apunta que “el agresivo embate de los monopolios de la televisión y de grupos empresariales contra lo que llaman la ‘partidocracia’ es una señal muy peligrosa que envía una derecha social alérgica a la democracia”.
–¿Es una visión oligárquica?
–Completamente.
–¿Qué tan fuertes están los partidos frente a esta situación?
–Aunque estén erosionados, de todas maneras representan al grueso de los electores, a la mayoría de la nación. Mal que bien representan a la sociedad mexicana. Decir lo contrario es algo absurdo y soberbio.
“El sistema de partidos ahora es bastante más fuerte y espero que, gracias a las tensiones críticas que existen en su interior, el sistema de partidos sea capaz de reformarse para transitar a un modelo democrático.
“No se trata de luchar contra la partidocracia, sino de que el sistema de partidos asegure la gobernabilidad y la civilidad. Eso ha sido tremendamente difícil en México. Es un proceso muy lento, pero algunos quisieran anularlo.”

Tradiciones políticas

Autor de Fango sobre la democracia, ensayo en el que critica frontalmente el liderazgo y el populismo del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, Roger Bartra dice que existe una tradición conservadora tanto en la izquierda como en la derecha mexicana.
Para Bartra, las corrientes liberales ahora están representadas por Jesús Ortega, en el caso del PRD, y por dos nuevos funcionarios del gabinete de Felipe Calderón: Juan Molinar Horcasitas, secretario de Comunicaciones y Transportes, y Alonso Lujambio, titular de Educación Pública.
“Es evidente que hay una pugna muy fuerte al interior del PRD por las razones populistas. Creo que la fractura en el PRD es muy profunda. No sé si termine en la separación de ambas partes”, observa.
–¿Cree usted que triunfe la corriente encabezada por Jesús Ortega?
–Las elecciones internas que determinaron su liderazgo fueron escabrosas, sospechosas y muy sucias. El PRD va a salir sumamente debilitado en este 2009. Ahora, en el caso de Iztapalapa, se viene a agregar el hecho de que, además de divididas, estas dos corrientes aparecen como dispersas. El que va a perder es el PRD. Se va a la tercera fuerza electoral y no recuperará su prestigio. Es una verdadera desgracia lo que se ve venir.
–¿Cómo es la fractura en el caso del PAN?
–No parece haber una división que separe tan claramente a los liberales y conservadores. El lado liberal y modernizante ha avanzado; es evidente con la llegada de Juan Molinar y Alonso Lujambio al gabinete. Esa es el ala moderna. El lado conservador del PAN es muy fuerte y muy resistente.
–¿Quién representa el ala conservadora panista actualmente?
–Dentro del gobierno de Calderón, por ejemplo, está el secretario de Salud, José Ángel Córdova, pero está muy acotado. La fuerza principal de los conservadores está en el aparato del partido, como es el caso de Manuel Espino y sus seguidores.
–¿Cómo cataloga usted a Germán Martínez, el dirigente nacional del PAN?
–Está más del lado liberal moderno, aunque sus declaraciones son confusas.
–Usted plantea en La fractura mexicana que el fenómeno del populismo no es ideológico, sino el resultado de la cultura política. ¿Cómo se supera este fenómeno?
–Es un proceso muy lento. Las raíces culturales del populismo son muy profundas en México, como es el caso del peronismo en Argentina, donde está profundamente enraizado.
“Los fenómenos de cultura política son de larga duración. Las cristalizaciones culturales suelen ser muy duraderas. La erosión del populismo nacionalista autoritario, al estilo del PRI, comenzó a hacer crisis con el movimiento del 68, pero el populismo no fue derrotado, sino el autoritarismo.”
–¿Fox fue un populista de derecha?
–Hay ciertos elementos. En el inicio de su gobierno fueron más importantes elementos de la cultura empresarial, ranchera, pero en su caso lo principal fue que él tenía dos caras: una conservadora, muy reaccionaria, y otra cara liberal, modernizante. Esa contradicción interna explica las contradicciones y torpezas durante su gobierno. El PAN aún no ha resuelto esas contradicciones. La tradición católica, conservadora, es una tradición cultural muy fuerte, no sólo en el PAN, sino en todo el país.

“Síndrome de Jezabel”

Cuando se pregunta a Roger Bartra qué efecto ha tenido la militarización de la lucha contra el narcotráfico en las tensiones al interior de la izquierda y de la derecha mexicanas, recuerda que el gobierno de Calderón inició con problemas de legitimidad “y descubrió algo que los políticos saben desde hace tiempo: una guerra contra un enemigo genera poderosos efectos de cohesión política”.
El entrevistado llama a este fenómeno el “síndrome de Jezabel”, mujer –dice Bartra, citando el libro del Apocalipsis– “que se dice profetiza, que enseña y extravía a mis siervos hasta hacerlos fornicar y comer carne sacrificada a los ídolos”.
En términos políticos, explica, el síndrome “se caracteriza por la creación, la provocación, la estimulación y la represión constante de áreas sociales marginales, compuestas por las manifestaciones del enervamiento extremo de las clases dominadas y de algunas fracciones de la clase dominante”.
“El resultado es la invención de un temible enemigo, una Jezabel bíblica que simboliza a una inmensa cohorte de seres extraños, criminales, revolucionarios y locos que conspiran contra el orden establecido”, apunta Bartra. Reitera que “en problemas de precariedad de la legitimidad, se genera el síndrome”.
–¿Qué efectos ha generado en el sistema político?
–Creo que la guerra contra el narcotráfico ha generado una importante cohesión en torno al gobierno.
–¿No le ha dado mayor fuerza al polo conservador de la derecha?
–Creo que sí. Si se acude a ese tipo de mecanismos sin generar ideas, se estimula el conservadurismo y se criminaliza. Eso frena la modernización de la derecha."



¡Es un Honor Estar con Obrador!

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