22 de mayo de 2009

(Francisco A. Servin de Alba*)

! Ya basta !


(Francisco A. Servin de Alba*)


Una vez más, dejamos que nos engañaran.
Nuevamente, creímos en quien no tiene credibilidad. Permitimos que
siguiera el experimento comenzado hace cuatro décadas: destruir a
México. Por lo cual, no tenemos derecho a quejarnos, pues dimos el aval
a nuestros eternos enemigos. Solo que esta vez, aprender la lección,
nos costará mas allá del crecimiento.



El desastre que viene no es casual; ni tampoco
es debido a una crisis importada; mucho menos es la consecuencia de un
castigo divino, como no tardaran en imprimir veleidosamente por ahí.


Es momento que reflexionemos, seriamente, para
poder detectar el verdadero problema a resolver. Si nos empeñamos en
seguir como hasta hoy, no esperemos un resultado distinto.


El problema y la solución, esta en nosotros. Los ciudadanos conscientes que de verdad amamos al país.


Mientras no tomemos nuestra responsabilidad, a
fondo, seguiremos viendo como la bola de estambre se hace más delgada.
No esperemos adoptar decisiones urgentes, porque los caminos son
estrechos; mejor asumamos determinaciones importantes. Son las que
pueden dar el viraje necesario.



No es sencillo, pero tampoco es tan complicado
como pudiese parecer. Se necesita: deseo, para salir de la esclavitud
en la que hemos permanecido todos estos años; tiempo mejor invertido,
para dejar de gastar inútilmente nuestras vidas y de paso dejar de
colaborar con aquellos depredadores que nos han orillado a lo actual.



Con esas dos “herramientas”, bien podemos comenzar la transformación de las conciencias.


No se trata de solo buenos deseos, ni de
sueños guajiros. Sino de modificar conductas, cambiar costumbres y
reformar nuestra manera de pensar. En una palabra, reestructurarnos.


La condición de victimas que hemos reproducido
por varias generaciones, además de ser indigna, nos ha dejado una
imagen que no corresponde a un pueblo como el nuestro. Es fundamental
desecharla. No permitamos limosnas, salidas de nuestro bolsillo, que
tienen un precio muy alto a la larga. Esa ha sido la estrategia del
sistema: te ayudo a cambio de que no jodas. Al romper este circulo
vicioso, emergerá la autoridad moral que hipotecamos con nuestra
actitud implícita.



Respetemos la ley. Una de las nuevas
costumbres necesarias. Pues, la impunidad, es el lazo más fuerte que
tenemos con el opresor. Nos convertimos en cómplices, no por omisión,
sino más bien por evasión. Ya que somos parte directa de las
estadísticas, al no cumplir con nuestra obligación primaria: acatar las
normas necesarias de la convivencia en sociedad. Existe una frase, que
hace funciones de mantra en buena parte de la población mexicana, “el
que no transa no avanza”, que legitima el proceder, no de esa fracción
de la ciudadanía, mas bien, de aquellos a quienes en venganza les
inventamos chistes de salón; terapia que permite embaucar a nuestra
frustración, y seguir traicionando el mas elemental razonamiento.



Si queremos aumentar nuestras posibilidades de
éxito en la empresa que se propone, debemos de escuchar y leer
distintas opiniones: informarnos más. Las buenas ideas, no están en una
sola cabeza. Además de enriquecer nuestro lenguaje, nuestro criterio
tendrá mayores y en muchos casos, mejores elementos de juicio. El no
darse tiempo para ello, redunda en tomar decisiones equivocadas. No hay
que olvidar que, ignorante, es un sinónimo de desinformado. Y que el
temor, es producto de lo mismo.



Los verdaderos cambios tienen en las crisis,
sus mejores impulsos. Ya que estamos en medio, de quizás la peor de
todas, aprovechemos. Hagamos el intento; con la certidumbre, de que las
consecuencias serán muy distintas. Estaremos operando un cambio real,
desde donde se originan las crónicas verdaderas. Comencemos a dictar,
pues.



Salvador, Bahía, 21 de Mayo de 2009

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