NOTA ORIGINAL PÚBLICO MILENIO
Guerrero, Oaxaca y Chiapas comparten mucho: su rebeldía social, su hermandad geográfica, su primer lugar en pobreza nacional, su numerosa población indígena y campesina. En los últimos 40 años entre los estallidos sociales más prolongados y masivos se encuentran los ocurridos en esa franja que se asoma al océano Pacífico. En ese lapso, los grupos que gobernaron al país no resolvieron de fondo los graves problemas de los tres estados; al contrario, los enormes rezagos sociales, los cacicazgos políticos y la injusticia social, continuaron o se agudizaron.
Las cifras oficiales reconocen el atraso de los tres estados. En su informe del año 2000, el último que muestra los niveles de marginación en el país, el Consejo Nacional de Población, dependiente de la Secretaría de Gobernación, señaló que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz e Hidalgo son las entidades con índices de marginación “muy altos”, donde vivía 20 por ciento de la población y que, en ese entonces, representaba 19.6 millones de personas.
“La intensidad de las privaciones en esas cinco entidades es elevada y la padecen proporciones significativas de la población. Tan sólo en Chiapas, el estado con mayor marginación en el año 2000, 23 por ciento de su población de 15 o más años de edad es analfabeta y 50 por ciento no terminó la primaria; casi uno de cada cinco habitantes ocupa viviendas sin drenaje ni sanitario exclusivo; 12 de cada cien reside en viviendas sin energía eléctrica; uno de cada cuatro sin agua entubada; cuatro de cada diez con piso de tierra; y casi dos de cada tres ocupa viviendas en condiciones de hacinamiento. Asimismo, 76 por ciento de la población ocupada gana hasta dos salarios mínimos y 61 por ciento vive en localidades con menos de cinco mil habitantes, donde la dispersión y el aislamiento vulnera las condiciones de vida de quienes viven, sobre todo, en las localidades de menor tamaño”, indicó el Conapo. “Una situación tan crítica como la del estado de Chiapas la comparten Guerrero y Oaxaca, las otras dos entidades federativas con mayor marginación en el país. En Oaxaca, 64 por ciento de la población habita en localidades con menos de cinco mil habitantes, lo que significan 2.2 millones de personas “que padecen privaciones asociadas a la dispersión y el aislamiento de los asentamientos humanos”, apuntó.
Poco ha cambiado la extrema pobreza en esos estados. Un dato más actual que refleja la grave marginación en Chiapas, Oaxaca y Guerrero lo informó el mes pasado el INEGI, al precisar que estas entidades registran los mayores porcentajes de analfabetismo en el país al oscilar entre 19.3 y 21.3 por ciento, entre los habitantes de 15 y más años. Por cada persona analfabeta en el Distrito Federal, hay ocho personas en la misma condición en Chiapas, indica.
En esos estados, uno de cada diez niños y niñas de entre 8 y 14 años de edad es analfabeta, reveló el INEGI. ¿Qué oportunidades (palabra que propagandiza el principal programa social foxista) pueden tener? ¿Cuál es su presente y su futuro?
La rabia, el hartazgo, el descontento social, cunden ahora y son más notables en Oaxaca. En este marco se comprende por qué el magisterio oaxaqueño y cientos de organizaciones populares están en abierta rebeldía.
Guerrero, Oaxaca y Chiapas comparten mucho: su rebeldía social, su hermandad geográfica, su primer lugar en pobreza nacional, su numerosa población indígena y campesina. En los últimos 40 años entre los estallidos sociales más prolongados y masivos se encuentran los ocurridos en esa franja que se asoma al océano Pacífico. En ese lapso, los grupos que gobernaron al país no resolvieron de fondo los graves problemas de los tres estados; al contrario, los enormes rezagos sociales, los cacicazgos políticos y la injusticia social, continuaron o se agudizaron.
Las cifras oficiales reconocen el atraso de los tres estados. En su informe del año 2000, el último que muestra los niveles de marginación en el país, el Consejo Nacional de Población, dependiente de la Secretaría de Gobernación, señaló que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz e Hidalgo son las entidades con índices de marginación “muy altos”, donde vivía 20 por ciento de la población y que, en ese entonces, representaba 19.6 millones de personas.
“La intensidad de las privaciones en esas cinco entidades es elevada y la padecen proporciones significativas de la población. Tan sólo en Chiapas, el estado con mayor marginación en el año 2000, 23 por ciento de su población de 15 o más años de edad es analfabeta y 50 por ciento no terminó la primaria; casi uno de cada cinco habitantes ocupa viviendas sin drenaje ni sanitario exclusivo; 12 de cada cien reside en viviendas sin energía eléctrica; uno de cada cuatro sin agua entubada; cuatro de cada diez con piso de tierra; y casi dos de cada tres ocupa viviendas en condiciones de hacinamiento. Asimismo, 76 por ciento de la población ocupada gana hasta dos salarios mínimos y 61 por ciento vive en localidades con menos de cinco mil habitantes, donde la dispersión y el aislamiento vulnera las condiciones de vida de quienes viven, sobre todo, en las localidades de menor tamaño”, indicó el Conapo. “Una situación tan crítica como la del estado de Chiapas la comparten Guerrero y Oaxaca, las otras dos entidades federativas con mayor marginación en el país. En Oaxaca, 64 por ciento de la población habita en localidades con menos de cinco mil habitantes, lo que significan 2.2 millones de personas “que padecen privaciones asociadas a la dispersión y el aislamiento de los asentamientos humanos”, apuntó.
Poco ha cambiado la extrema pobreza en esos estados. Un dato más actual que refleja la grave marginación en Chiapas, Oaxaca y Guerrero lo informó el mes pasado el INEGI, al precisar que estas entidades registran los mayores porcentajes de analfabetismo en el país al oscilar entre 19.3 y 21.3 por ciento, entre los habitantes de 15 y más años. Por cada persona analfabeta en el Distrito Federal, hay ocho personas en la misma condición en Chiapas, indica.
En esos estados, uno de cada diez niños y niñas de entre 8 y 14 años de edad es analfabeta, reveló el INEGI. ¿Qué oportunidades (palabra que propagandiza el principal programa social foxista) pueden tener? ¿Cuál es su presente y su futuro?
La rabia, el hartazgo, el descontento social, cunden ahora y son más notables en Oaxaca. En este marco se comprende por qué el magisterio oaxaqueño y cientos de organizaciones populares están en abierta rebeldía.
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