A LA NOCHECITA
...con Jaime Avilés
=Fraude en Tabasco, revocación en Chiapas, todo contra el 20 de noviembre
Para la nueva derecha, la que dibuja mensajes de odio contra AMLO mientras a los seguidores de éste los torturan en los separos carcelarios de Villahermosa, en las elecciones de ayer en Tabasco lo importante no fue la compra masiva de votos, los arrestos arbitrarios (incluido el de una diputada bocona del PRD), las amenzas de muerte que llovieron sobre los representantes de casilla de Raúl Ojeda ni la realización de un fraude electoral en gran escala (otra vez), sino el éxito de esta nueva ofensiva contra el líder nacional de la resistencia civil pacífica, el presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador.
Todo adquiere la luz de la transparencia en las intenciones de la nueva derecha golpista que prepara tortuosamente su ascenso al poder. En Tabasco, la idea era aplastar al Peje, de cualquier forma, justificando los medios por el sacrosanto fin, y ahora los otros medios (los dizque informativos) celebran la supuesta paliza con exclamaciones histéricas.
"El PRI arrasa con AMLO en Tabasco" (Milenio), "López hundió al PRD" (unomásuno) "Arrasan con López en Tabasco" (Crónica), etcétera, fueron los previsibles encabezados de los pasquines neofranquistas la mañana de hoy y así serán a lo largo de toda la semana. La jugada es obvia.
Raúl Ojeda, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, que contendió por la gubernatura de Tabasco por tercera vez (en las dos anteriores también fue superado mediante sendos fraudes, uno de ellos ocasionó que se anulara la primera elección), anunció anoche que llevará el caso ante el tribanal electoral, donde, lo sabe de antemano, su causa no tiene ninguna esperanza.
Los magistranzas, disculpando la involuntaria rima, son hetairas que abren las piernas por consigna de Fox, y éste ya les ordenó que "revisaran" los resultados electorales de Chiapas, mandato que sus señorías acataron sin chistar, lo cual sólo significa que despojarán del cargo de gobernador electo al ex priísta Juan Sabines. La jugada, hay que insistir, es obvia.
Tras el escudo que le brinda el poderoso aparato represivo del Estado, la nueva derecha golpea con todo lo que tiene a las fuerzas del presidente López Obrador para quitarle apoyos (desanimando a sus partidarios) y desvirtuar su toma de posesión del próximo 20 de noviembre. El mensaje es no ganó en Tabasco, no ganó en Chiapas, no tiene legitimidad para argüir que obtuvo, y le robaron, la Presidencia de la República.
Pero los números del 2 de julio allí están: a pesar de la manipulación de cifras a cargo del IFE, a pesar de las mil y una variantes de fraude electoral aplicadas por el "gobierno" del semoviente Fox, López Obrador, él, le ganó a Felipe Calderón y a Roberto Madrazo en Tabasco y también en Chiapas; esos datos son irreversibles y se agregan a un espectro más amplio en el cual ganó igualmente en 16 estados más, entre ellos el de México y la capital del país que son los más poblados y deciden siempre las elecciones, pero si lo anterior fuera poco ganó asimismo en 3 de las 5 circunscripciones en que fue dividido el mapa... y sin embargo oficialmente "perdió" por 240 mil votos. ¡Ah, sí, cómo no!
Las elecciones de gobernador en Chiapas fueron tan repugnantes (pero no tan violentas) como las de ayer en Tabasco, y las ganó Sabines, o le atribuyeron la victoria pensando en que con eso lo voltearían de espaldas contra López Obrador. Y lo cierto es que Sabines recibió su título de ganador y dijo de inmediato que no participaría en la lucha contra Calderón. Ahora, tras la resolución del tribanal, parece que el guiño no le va a servir de mucho y lo van a descobijar.
Los magistransas desatenderán las quejas de Ojeda, revocarán a Sabines y agudizarán la crisis política del sureste. Eso es lo que persigue la nueva derecha: desestabilizarlo todo para desvirtuar la toma de posesión del 20 de noviembre. Si la jugada es tan obvia y, conste, la fortalecerán en los próximos días con nuevas provocaciones (para eso está Oaxaca), no tenemos por qué hacerles el juego. Quieren que nos desanimemos. Pobres. Todavía no nos conocen.
=Fraude en Tabasco, revocación en Chiapas, todo contra el 20 de noviembre
Para la nueva derecha, la que dibuja mensajes de odio contra AMLO mientras a los seguidores de éste los torturan en los separos carcelarios de Villahermosa, en las elecciones de ayer en Tabasco lo importante no fue la compra masiva de votos, los arrestos arbitrarios (incluido el de una diputada bocona del PRD), las amenzas de muerte que llovieron sobre los representantes de casilla de Raúl Ojeda ni la realización de un fraude electoral en gran escala (otra vez), sino el éxito de esta nueva ofensiva contra el líder nacional de la resistencia civil pacífica, el presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador.
Todo adquiere la luz de la transparencia en las intenciones de la nueva derecha golpista que prepara tortuosamente su ascenso al poder. En Tabasco, la idea era aplastar al Peje, de cualquier forma, justificando los medios por el sacrosanto fin, y ahora los otros medios (los dizque informativos) celebran la supuesta paliza con exclamaciones histéricas.
"El PRI arrasa con AMLO en Tabasco" (Milenio), "López hundió al PRD" (unomásuno) "Arrasan con López en Tabasco" (Crónica), etcétera, fueron los previsibles encabezados de los pasquines neofranquistas la mañana de hoy y así serán a lo largo de toda la semana. La jugada es obvia.
Raúl Ojeda, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, que contendió por la gubernatura de Tabasco por tercera vez (en las dos anteriores también fue superado mediante sendos fraudes, uno de ellos ocasionó que se anulara la primera elección), anunció anoche que llevará el caso ante el tribanal electoral, donde, lo sabe de antemano, su causa no tiene ninguna esperanza.
Los magistranzas, disculpando la involuntaria rima, son hetairas que abren las piernas por consigna de Fox, y éste ya les ordenó que "revisaran" los resultados electorales de Chiapas, mandato que sus señorías acataron sin chistar, lo cual sólo significa que despojarán del cargo de gobernador electo al ex priísta Juan Sabines. La jugada, hay que insistir, es obvia.
Tras el escudo que le brinda el poderoso aparato represivo del Estado, la nueva derecha golpea con todo lo que tiene a las fuerzas del presidente López Obrador para quitarle apoyos (desanimando a sus partidarios) y desvirtuar su toma de posesión del próximo 20 de noviembre. El mensaje es no ganó en Tabasco, no ganó en Chiapas, no tiene legitimidad para argüir que obtuvo, y le robaron, la Presidencia de la República.
Pero los números del 2 de julio allí están: a pesar de la manipulación de cifras a cargo del IFE, a pesar de las mil y una variantes de fraude electoral aplicadas por el "gobierno" del semoviente Fox, López Obrador, él, le ganó a Felipe Calderón y a Roberto Madrazo en Tabasco y también en Chiapas; esos datos son irreversibles y se agregan a un espectro más amplio en el cual ganó igualmente en 16 estados más, entre ellos el de México y la capital del país que son los más poblados y deciden siempre las elecciones, pero si lo anterior fuera poco ganó asimismo en 3 de las 5 circunscripciones en que fue dividido el mapa... y sin embargo oficialmente "perdió" por 240 mil votos. ¡Ah, sí, cómo no!
Las elecciones de gobernador en Chiapas fueron tan repugnantes (pero no tan violentas) como las de ayer en Tabasco, y las ganó Sabines, o le atribuyeron la victoria pensando en que con eso lo voltearían de espaldas contra López Obrador. Y lo cierto es que Sabines recibió su título de ganador y dijo de inmediato que no participaría en la lucha contra Calderón. Ahora, tras la resolución del tribanal, parece que el guiño no le va a servir de mucho y lo van a descobijar.
Los magistransas desatenderán las quejas de Ojeda, revocarán a Sabines y agudizarán la crisis política del sureste. Eso es lo que persigue la nueva derecha: desestabilizarlo todo para desvirtuar la toma de posesión del 20 de noviembre. Si la jugada es tan obvia y, conste, la fortalecerán en los próximos días con nuevas provocaciones (para eso está Oaxaca), no tenemos por qué hacerles el juego. Quieren que nos desanimemos. Pobres. Todavía no nos conocen.
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