JOSE LUIS CALVA:METAS DE CRECIMIENTO Y DOS VIDEOS MAS

La realidad economica y sus soluciones,Lastima,no estan en el plan de gobierno de FECAL 1,

Metas de crecimiento
15 de Octubre del 2006
Actualizado: 12:37:52 AM hora de Cd. Juárez

José Luis Calva
Distrito Federal—“Una tasa de crecimiento del PIB de 4 ó 5 por ciento es buena para la economía estadounidense, pero no necesariamente es buena para México, que tiene mucha pobreza”. “El país necesita crear puestos de trabajo productivos, con buenos salarios y para ello debe crecer como China o la India”. Estas afirmaciones, que pueden ser suscritas por la mayoría de mis colegas en las principales universidades de México, son de Isabel Guerrero, directora del Banco Mundial para México, al inaugurar el Foro Nacional de Gobernabilidad Democrática en México (El Financiero, 28/IX/06). Desde luego, podrían también ser suscritas por los más destacados economistas del desarrollo en el planeta.

Sin duda, para enfrentar nuestros graves problemas de pobreza y pérdida de cohesión social, México necesita ingresar a un ciclo largo de crecimiento económico acelerado y sostenido, por lo menos a una tasa similar a la observada bajo el modelo económico precedente al neoliberal, cuando el PIB mexicano se incrementó a una tasa media de 6.1 por ciento durante el periodo 1934-1982, de manera que --no obstante el acelerado crecimiento demográfico--, el PIB per cápita creció 348 por ciento, a una tasa media de 3.2 por ciento anual. (En contraste, durante el periodo 1983-2005 --de experimentación neoliberal--, el PIB mexicano sólo se incrementó a una tasa media de 2.4 por ciento anual, lo que significó un crecimiento acumulado de apenas 15.4 por ciento en el PIB per cápita, a una tasa media de 0.6 por ciento anual).

Del otro lado del planeta, los países en desarrollo de Asia --que han aplicado estrategias económicas de mercado dirigido, herejes al consenso de Washington-- han registrado un crecimiento de 7.1 por ciento anual durante el último cuarto de siglo (1981-2005), destacando especialmente China, que ha crecido a una tasa media de 9.5 por ciento anual y recientemente la India, cuya economía está creciendo a una tasa media de 7.5 por ciento anual.

Ampliar nuestras metas de crecimiento económico, no sólo es imperativo para generar los empleos formales demandados por las nuevas generaciones y para ir absorbiendo a los excluidos por el modelo neoliberal, sino también para reconstruir la esperanza de un futuro mejor para todos los mexicanos.

La clave consiste en atreverse a cambiar, desechando la estrategia económica basada en el decálogo de “reformas estructurales” y “disciplinas macroeconómicas” del consenso de Washington. De otro modo, la historia de nuestro pasado reciente será el espejo de nuestro futuro. No hay que olvidar que causas iguales producen efectos iguales: la estrategia neoliberal ha traído consigo --debido a su fundamentalismo macroeconómico, centrado en la inflación y no en la economía real-- los repetidos ciclos de freno y arranque, que han originado un volátil y exiguo crecimiento del PIB, de la inversión productiva y del empleo; ha profundizado la desarticulación interna y la desigualdad tecnológica y de productividad entre los distintos sectores y ramas de la economía, con un escaso crecimiento del empleo formal y un creciente desempleo encubierto en el sector informal (de baja tecnología y productividad); y ha provocado, en consecuencia, el ensanchamiento de las desigualdades en la distribución del ingreso y el incremento de la pobreza.

Para escapar del extravío neoliberal y lograr metas más ambiciosas de crecimiento, es necesario desplegar una nueva estrategia de desarrollo sostenido e incluyente, que comprenda por lo menos los siguientes cursos de acción. Primero, políticas macroeconómicas contracíclicas para minimizar la volatilidad en el crecimiento económico, que no sólo genera una grave subutilización promedio de la capacidad productiva instalada, afectando la productividad agregada y las utilidades empresariales, sino que reduce las tasas medias de crecimiento del producto, la inversión y el empleo. Segundo, políticas de fomento económico general y sectorial que amplíen y mejoren la infraestructura, impulsen el desarrollo de las ramas productivas estratégicas y estimulen los encadenamientos productivos, con énfasis en la generación de mayor valor agregado y más empleos. Tercero, políticas educativas, de desarrollo científico-técnico, capacitación laboral e inducción de la innovación, que contribuyan a la elevación general de la productividad y favorezcan, en particular, la creación y desarrollo de “industrias del conocimiento”.

Cuarto, políticas sociales de cobertura universal (además de un sistema eficiente de educación pública, sistemas eficaces de salud, seguridad social, alimentación, vivienda digna, etcétera), combinadas con una estrategia claramente orientada a mejorar gradualmente la distribución del ingreso, a fin de lograr un México más equitativo e incluyente, con un robusto mercado interno.

Quinto, programas específicamente orientados a la atención de los grupos sociales más vulnerables y marginados, a fin de romper los círculos viciosos de pobreza a través del acceso seguro a los satisfactores básicos (de alimentación, agua potable, salud, vivienda, educación, etcétera), así como a través de programas microeconómicos y microrregionales que impulsen la productividad, la innovación y los encadenamientos productivos locales.

Se trata de aprovechar plenamente nuestras potencialidades de crecimiento económico, asegurando a cada mexicano la opción certera de una existencia digna.

Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

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