NOTA ORIGINAL TABASCO HOY
INDUSTRIALMENTE hablando, la elección del pasado domingo 15 evidenció dos realidades: unos -la del PRI- que sabe perfectamente como se gana una elección, aunque los acusen de mapaches.
Enfrente, el PRD sabe como llenar las plazas pero no ha aprendido a contrarrestar a los mapaches. Los primeros dicen que llenar plazas vale madres y lo importante es ganar a como de lugar. Uno como ciudadano en medio de tales puerquezas, no puede inmiscuírse frívolamente en este tipo de cinismos. Lo único que se es que -jurídicamente impugnada la elección por el PRD- el ganador es Andrés R. Granier.
Tiene sus "asegunes". En tres meses de campaña de éste, nunca se supo realmente cuál era su proyecto de gobierno. De lo poco que puedo entresacar (de lo declarado a los medios de comunicación), sería que el "Chelo" habla de reconciliación. Obviamente, se refiere a acabar con la grosera brecha que existe entre dos Tabascos partidos en dos por el madracismo.
Es una tarea ingrata y difícil que hubiera hecho más fácilmente el actual gobernador Manuel Andrade, por su juventud y nulos compromisos con grupos de interés, pero no la hizo. Si hemos de ser prácticos, difícilmente sabremos por qué no quiso hacerlo. Es cierto, tuvo Andrade Díaz una más o menos tersa relación con el perredismo y en los hechos hasta convivió con ellos.
Pero en el fondo, Andrade siempre despreció a esta fuerza. Algunos presidentes municipales del PRD intentaron jugar este hipócrita ajedrez y eso les costó que los candidatos de su partido fueran mal vistos por el electorado que nunca aceptó tal gatopardismo. Finalmente, tal maniobra hizo que de once alcaldías en su poder el PRI recuperara cinco o seis.
Caso concreto el de Cunduacán, con el químico César Burelo, y no es el único. Pero mejor regreso a los planes presuntamente reconciliatorios del "químico" Granier. ¿Cree usted que teniendo en su equipo a Humberto Mayans, o a la comandanta, o a Juan Molina, o a Freddy Chablé va a reconciliarse con alguien? No. Su reconciliación -que considero imposible- tendría que empezar con su propio amigo de la infancia, Raúl Ojeda Zubieta.
Pero el "Chelo", vía mapaches y presupuesto del gobierno estatal, le metió el domingo una afrenta que supera cualquier ofensa personal, incluyendo las escupidas y "tiritos" que se daban de chavos. Tendría también que empezar por reconciliar al mismo César Raúl con Humberto, porque éste es -a fin de cuentas- el diablito que no deja de estarlos chingando.
Lo demás, los tabasqueños con su muy espontánea manera para resolver sus broncas, lo harán sin que intervenga nadie más. El tabasqueño está dividido porque sus hombres de política (los propios aludidos y un poquito más) están divididos. Manuel Andrade -con su priismo a ultranza- hizo un gobierno donde fuera del PRI todo es Nacajuca. El otro, Roberto Madrazo, solo ve a Tabasco como caja de caudales. Y junto a él caminan aliados de toda laya y cualquier tipo de sinvergüenzas.
Si Granier está pensando que ganó la gubernatura porque es muy querido por la gente, se va a llevar una sorpresa cuando trate de armar su equipo y entienda que hasta su gente de confianza va a quedar fuera de la repartición. No, el "Chelo" va a saber lo que es la mazacúa cuando ya la tenga adentro con los equipos que hicieron el trabajo sucio para que él fuera gobernador. Aguante un poco -lector lectora- para que vea la real pelea por un hueso, una prebenda, una concesión. ¿Por qué el club de contratistas es el mismo desde hace treinta años? ¿De dónde puede presumir Granier que los jóvenes serán parte de su gobierno, si en las fotografías donde le levantan la mano de triunfador los más "chiquillos" son la comandanta Gina, Juan Molina y Freddy Chablé? ¿Con qué cuadros nuevos puede presumir Granier que va a gobernar?...
INDUSTRIALMENTE hablando, la elección del pasado domingo 15 evidenció dos realidades: unos -la del PRI- que sabe perfectamente como se gana una elección, aunque los acusen de mapaches.
Enfrente, el PRD sabe como llenar las plazas pero no ha aprendido a contrarrestar a los mapaches. Los primeros dicen que llenar plazas vale madres y lo importante es ganar a como de lugar. Uno como ciudadano en medio de tales puerquezas, no puede inmiscuírse frívolamente en este tipo de cinismos. Lo único que se es que -jurídicamente impugnada la elección por el PRD- el ganador es Andrés R. Granier.
Tiene sus "asegunes". En tres meses de campaña de éste, nunca se supo realmente cuál era su proyecto de gobierno. De lo poco que puedo entresacar (de lo declarado a los medios de comunicación), sería que el "Chelo" habla de reconciliación. Obviamente, se refiere a acabar con la grosera brecha que existe entre dos Tabascos partidos en dos por el madracismo.
Es una tarea ingrata y difícil que hubiera hecho más fácilmente el actual gobernador Manuel Andrade, por su juventud y nulos compromisos con grupos de interés, pero no la hizo. Si hemos de ser prácticos, difícilmente sabremos por qué no quiso hacerlo. Es cierto, tuvo Andrade Díaz una más o menos tersa relación con el perredismo y en los hechos hasta convivió con ellos.
Pero en el fondo, Andrade siempre despreció a esta fuerza. Algunos presidentes municipales del PRD intentaron jugar este hipócrita ajedrez y eso les costó que los candidatos de su partido fueran mal vistos por el electorado que nunca aceptó tal gatopardismo. Finalmente, tal maniobra hizo que de once alcaldías en su poder el PRI recuperara cinco o seis.
Caso concreto el de Cunduacán, con el químico César Burelo, y no es el único. Pero mejor regreso a los planes presuntamente reconciliatorios del "químico" Granier. ¿Cree usted que teniendo en su equipo a Humberto Mayans, o a la comandanta, o a Juan Molina, o a Freddy Chablé va a reconciliarse con alguien? No. Su reconciliación -que considero imposible- tendría que empezar con su propio amigo de la infancia, Raúl Ojeda Zubieta.
Pero el "Chelo", vía mapaches y presupuesto del gobierno estatal, le metió el domingo una afrenta que supera cualquier ofensa personal, incluyendo las escupidas y "tiritos" que se daban de chavos. Tendría también que empezar por reconciliar al mismo César Raúl con Humberto, porque éste es -a fin de cuentas- el diablito que no deja de estarlos chingando.
Lo demás, los tabasqueños con su muy espontánea manera para resolver sus broncas, lo harán sin que intervenga nadie más. El tabasqueño está dividido porque sus hombres de política (los propios aludidos y un poquito más) están divididos. Manuel Andrade -con su priismo a ultranza- hizo un gobierno donde fuera del PRI todo es Nacajuca. El otro, Roberto Madrazo, solo ve a Tabasco como caja de caudales. Y junto a él caminan aliados de toda laya y cualquier tipo de sinvergüenzas.
Si Granier está pensando que ganó la gubernatura porque es muy querido por la gente, se va a llevar una sorpresa cuando trate de armar su equipo y entienda que hasta su gente de confianza va a quedar fuera de la repartición. No, el "Chelo" va a saber lo que es la mazacúa cuando ya la tenga adentro con los equipos que hicieron el trabajo sucio para que él fuera gobernador. Aguante un poco -lector lectora- para que vea la real pelea por un hueso, una prebenda, una concesión. ¿Por qué el club de contratistas es el mismo desde hace treinta años? ¿De dónde puede presumir Granier que los jóvenes serán parte de su gobierno, si en las fotografías donde le levantan la mano de triunfador los más "chiquillos" son la comandanta Gina, Juan Molina y Freddy Chablé? ¿Con qué cuadros nuevos puede presumir Granier que va a gobernar?...
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