Me traigo una parte del articulo principal de milenio semanal,muy ad hoc para estos dias de protesta nacional:
Black Power
Los atletas estadunidenses que participaron en los Juegos Olímpicos se hicieron llamar Los Panteras Negras y causaron gran conmoción cuando dos de ellos, Tommy Smith y John Carlos, ganaron oro y bronce en la prueba de 200 metros planos.
Durante la premiación, al comenzar las notas del himno nacional de su país, los velocistas agacharon la cabeza rehusándose a ver su bandera que ondeaba en el asta. Pero eso no fue todo: los atletas iban descalzos con sólo unas medias negras hasta las rodillas, y como coronación a esto alzaron sus puños enfundados en unos guantes negros. Un día después, ambos deportistas fueron expulsados de las Olimpiadas y se les pidió abandonar la Villa Olímpica
Pero en 1968, la acción de Los Panteras fue captada de inmediato. Los jóvenes mexicanos, los dolientes de la matanza del 2 de Octubre, los que entendían el tema de los derechos humanos, descifraron rápidamente el mensaje y juntos levantaron el puño, solidario, en el estadio.
Además de esa señal, las ventanas de la Villa Olímpica también formaron parte importante de la petición. Los deportistas estadunidenses pintaron dos sábanas y las asomaron. La primera que colgaron en los ventanales decía: Let Us March. Un día después, apareció la siguiente frase: Down With Brundage.
El señor Jorge Alejandro González explicó que cuando fueron desalojados de los deportistas de la Villa Olímpica, después de manifestarse en el podio y en las ventanas de los cuartos, la única manta que llegó a la lavandería fue la que ahora tiene en su poder.
“Las personas encargadas de la seguridad en las habitaciones de la Villa los tenían encerrados, después los desalojaron y al parecer la otra manta la confiscaron o los mismos atletas la destruyeron, eso nunca se supo”.
Querían Boicot
Tiempo después, Tommy Smith aceptó que sí hubo algunas reuniones previas para planear la forma de boicotear los Juegos Olímpicos. En 1967, el grupo de atletas negros programaba no asistir a la justa como medio de presión.
Según él, la penúltima reunión fue en Denver, Colorado, y se realizó allá porque hubo un campamento para que los atletas se aclimataran a la altitud de la Ciudad de México.
Allá se decidió la idea de levantar el guante negro para ser escuchados. Pero fue en México, la noche previa a la competencia de los 200 metros, cuando se decidió.
Concluida estaba entonces la forma de protesta y todos los atletas negros estuvieron invitados a levantar el puño al pisar el podio.
Han pasado 38 años de lo sucedido y el señor Jorge Alejandro González aún recuerda con melancolía y tristeza lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de 1968; sin embargo, se siente orgulloso y feliz por la que considera su manta: “Será el ejemplo de una lucha persistente por la igualdad.
”Espero que los jóvenes valoren su significado, confío que sí, por todo lo que hay detrás de la manta. Ahora sí me siento emocionado, pues estoy haciendo algo por la humanidad, y qué bueno que lo hago, porque ya muerto, quién sabe qué habría sido de ella”, dijo pare despedirse el señor González.
Marisol Pérez
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