2030: Preguntas de hoy
Por: Eduardo Ibarra Aguirre
Todavía no concluyen los sueños guajiros de Vicente Fox Quesada, quien dentro de 50 días dejará de ser el inquilino principal de Los Pinos.
Tras desempeñarse como extraordinario candidato presidencial y mejor embaucador de electores, les anunció el 29 de noviembre de 2000, aún como presidente electo, la creación del proyecto Iniciativa México visión 2025. El plan estuvo listo a mediados de 2001.
Se dijo entonces que el proyecto era un programa de infraestructura nacional en el que participaban empresarios, analistas, especialistas en desarrollo, y consideraba infraestructura energética, comunicaciones y transportes, agua, desarrollo territorial y servicios urbanos, como bien lo registró El Universal (10-X-06) y lo recuerda Julio Pomar en su columna Palenque.
Mientras México arribaba al 2025, sus habitantes tendrían en 15 minutos de gestión foxista la añorada y urgente paz en Los Altos de Chiapas, 7 por ciento de crecimiento anual de la economía, un millón de empleos fijos anuales, vocho, changarro y la enchilada completa, prometida más tarde por Jorge Castañeda Gutman a los millones de indocumentados mexicanos en Estados Unidos. Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, el Revolucionario Institucional sería sacado “a patadas” de Los Pinos.
Casi seis años después, sin la dependencia del Prozac ni la monumental ignorancia y frivolidad que significan a Fox, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa presentó Proyecto México 2030, con el propósito de establecer acuerdos y compromisos con todos los actores políticos, agentes económicos, clases y grupos sociales para que nuestro país conquiste en tan sólo 24 años las siguientes hazañas sin precedente: formar parte de las cinco economías más importantes de la aldea global; que el ingreso por persona sea de 30 mil dólares, como en los países más avanzados; y que desaparezca la pobreza extrema que agobia y desespera, hasta bordear los linderos del estallido social, a 21 millones de compatriotas.
La planeación a corto, mediano y largo plazos es asunto muy serio y materia de especialistas que brillaron por su ausencia en el salón Olmeca 3 del World Trade Center. En su lugar, acudieron deportistas, cantantes, bailarines y contorsionistas de Televisa y Televisión Azteca. Además de 50 elementos de la Policía Federal Preventiva y la inseparable y numerosa escolta del Estado Mayor Presidencial, que impidieron la entrada a varios invitados. Entre ellos no se encontraba Josefina Vázquez Mota, quien paulatinamente va siendo relegada del primer círculo del hombre que anuncia poseer dos maestrías, la principal de las cuales no ha podido documentar.
De la seriedad con que el michoacano se toma la compleja e inaplazable tarea de la planeación nacional, da cuenta la designación de Carlos Medina Plascencia como coordinador del proyecto junto al académico Juan Molinar Horcasitas, quien destacó en la campaña presidencial como eficiente golpeador de los adversarios de Calderón. El otrora gobernador de Guanajuato por la gracia de la concertacesión armada por Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos contra la voluntad de Fox Quesada, prometió el 5 de marzo de 2005: “Me retiro definitivamente de la política”, tras acumular cinco derrotas eleccionarias consecutivas en Acción Nacional.
Los sueños guajiros del grupo gobernante y de los intereses plutocráticos que representa para reproducirse en el poder los próximos cinco lustros, deberían contemplar en primer lugar:
¿Cómo va a tomar posesión Calderón Hinojosa -con todas las de la ley- de la Presidencia de la República?
¿Cómo gobernará sin el permanente y ofensivo despliegue del Estado Mayor Presidencial, la PFP y los cuerpos policiacos de las entidades federativas que visita y que violentan a la luz del día las garantías individuales?
¿Cómo logrará entrar y salir a los actos por las puertas principales y no por las traseras?
¿Cómo dejará de arribar intempestivamente en helicóptero?
¿Con cuáles políticas y programas piensa Felipe Calderón sortear durante los primeros meses de su gobierno la tempestad de un tercio de la ciudadanía que lo considera producto del fraude electoral?
Lo primero es lo primero, diría Perogrullo.
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=035428
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