NOTA COMPLETA TABASCO HOY
Julián Sarracino mejor conocido como "Kamala" y otro inspector de apellido Cayetano, son los cabecillas de la mafia que desde hace muchos años ha operado en la Dirección de Transportes y que el ex subsecretario José del Carmen Domínguez Nárez reconoció como corruptos pero a los que, en los seis meses que duró en esa dependencia, solapó pues no fueron cesados de la dependencia en la que actualmente trabajan.
Su modus vivendi es extorsionar a los concesionarios irregulares, quienes tienen operando combis o minibases extras, sin ninguna autorización, sin seguro del viajero, con chóferes sin tarjetón y placas particulares. Si no "se mochan" con 350 por unidad o hasta mil pesos, según las irregularidades, son retenidas las unidades y guardadas en el corralón hasta por 15 días, lo que en algunos casos ha generado conatos de bronca y finalmente son los concesionarios quienes terminan por doblar las manos dándoles dinero.
Mucho antes del 19 de agosto que Domínguez Narez reconociera la corrupción de sus inspectores, los concesionarios del transporte foráneo y rural en los municipios como Macuspana, Balancán, Emiliano Zapata y Tenosique ya habían denunciado la extorsión ante la subsecretaría, luego, el 24 de agosto, en una manifestación --con 150 unidades desde la Plaza de Toros hasta la misma dependencia-- exigieron un cese a lo que llamaban operativos cruzados, es decir, el que hacían los inspectores de la Dirección de Transportes y el de los 14 inspectores que Domínguez Narez había sustraído de esa dirección para hacer otras inspecciones a su manera.
Su modus vivendi es extorsionar a los concesionarios irregulares, quienes tienen operando combis o minibases extras, sin ninguna autorización, sin seguro del viajero, con chóferes sin tarjetón y placas particulares. Si no "se mochan" con 350 por unidad o hasta mil pesos, según las irregularidades, son retenidas las unidades y guardadas en el corralón hasta por 15 días, lo que en algunos casos ha generado conatos de bronca y finalmente son los concesionarios quienes terminan por doblar las manos dándoles dinero.
Mucho antes del 19 de agosto que Domínguez Narez reconociera la corrupción de sus inspectores, los concesionarios del transporte foráneo y rural en los municipios como Macuspana, Balancán, Emiliano Zapata y Tenosique ya habían denunciado la extorsión ante la subsecretaría, luego, el 24 de agosto, en una manifestación --con 150 unidades desde la Plaza de Toros hasta la misma dependencia-- exigieron un cese a lo que llamaban operativos cruzados, es decir, el que hacían los inspectores de la Dirección de Transportes y el de los 14 inspectores que Domínguez Narez había sustraído de esa dirección para hacer otras inspecciones a su manera.
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