22 de septiembre de 2006

POLITICUENTOS:CRIMENES SIN CASTIGO

ESCRIBE MARIO GALVEZ:

Crímenes sin castigo

comarca1234@gmail.com


El escándalo que envuelve a la alta jerarquía católica mexicana por el encubrimiento del padre Nicolás Aguilar Rivera, a quien se le atribuyen más de 90 violaciones de infantes en México y Estados Unidos y quien pese a ello seguía oficiando misa hasta hace unos días en Tehuacan, Puebla, ha dejado en evidencia el rotundo fracaso de las instituciones de procuración de justicia mexicanas pues ni una sola de las presunta violaciones perpetradas por el sacerdote fue investigada y mucho menos castigada.

Por ello puede afirmarse que los responsables de la conducta ilícita del sacerdote fueron los jueces y agentes del Ministerio Público que en vez de investigar los delitos y castigar al responsable desestimaron las denuncias de las víctimas, e incluso cuando los padres de los niños abusados llegaron a presentar denuncia penal se esforzaron por convencerlos de la inutilidad de las querellas.

Queda entonces demostrado que la impunidad genera más abusos y más delincuencia.
A partir de la denuncia presentada en la Corte Federal de Los Angeles, California, el cardenal Rivera será citado a rendir testimonio y a ofrecer pruebas de descargo en su contra, pero de negarse podría ser declarado en rebeldía y ser hasta solicitada su extradición al vecino país.

Mientras que en Estados Unidos suman miles las víctimas que han denunciado abusos sexuales perpetrados por sacerdotes católicos, en algunos casos hasta con más de 50 años de haberse cometido, en México no hay una sola denuncia penal ‘viva’ o bajo investigación y no hay un solo sacerdote tras las rejas por ese tipo de delitos e incluso casi por cualquier otro, el homicidio incluido.

Por eso uno de los abogados del joven Joaquín Aguilar, presunta víctima de violación por parte del sacerdote Nicolás Aguilar, expresó antes de salir del país que México es sin duda un paraíso para los pederastas, pero en particular para los sacerdotes pederastas, pues ninguno ha sido castigado. Miles pueden haber sido las víctimas de los padres violadores, desde el padre Marcel Maciel Degollado, fundador de Los Legionarios de Cristo, hasta el de cura de Tehuacán, quien hasta hace unos días vivía muy quitado de la pena vendiendo discos de música religiosa, se dedicaba a oficiar misa pero ya había vuelto a tener varias denuncias nuevas por abuso sexual a menores.

Y mientras en EU las víctimas han sido indemnizadas por miles de millones de dólares, al punto que la Diócesis de Boston se declaró en quiebra, aquí las víctimas han tenido que rumiar su dolor en soledad y sin recibir ni un centavo por parte de la Iglesia por el inmenso dolor y sufrimiento perpetrado por los curas delincuentes. A lo que le apuestan los sacerdotes abusadores es a que sus víctimas terminen por vivir en secreto con su dolor y que el temor al qué dirán y a la vergüenza pública sean siempre mayores que su coraje y la indignación.

Pero el hecho de que el joven Joaquín Aguilar haya dado la cara y denunciado la red de complicidades al interior de la Iglesia Católica para proteger a los sacerdotes pederastas, es un inmenso paso hacia delante en la atención de este gravísimo problema de justicia y sobre todo hacia la liberación interior de las víctimas.

Aquí en La Laguna se tienen antecedentes de sacerdotes abusadores, pero como en el resto del país en ningún caso los sospechosos han sido llevados a la justicia pues, a fin de cuentas, cuál justicia hay en este país.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos