19 de septiembre de 2006

NO TE VEO NI TE ESCUCHO FASCIFICO DE MIERDA

Desconocer a quienes nos desconocen

Ricardo Andrade Jardí

No deja de ser curioso ver y escuchar el profundo desprecio que comunicadores, juristas, politólogos, analistas financieros, políticos, periodistas, escritores, clérigos, empresarios, "líderes morales", intelectuales orgánicos (a modo) y un largo pero largísimo etcétera, sienten por la ciudadanía en general.

Las aburridas y reduccionistas mesas de análisis, entrevistas y demás monerías del show farsico-cómico-musical de la telecracia, que bien podría llamarse: "la otra forma de hacer la democracia" de los noticieros matutinos y de los programas nocturnos de "debate", con el más puro estilo del soviético realismo con el que el dúopolio televisivo nos presenta el México fantástico de la ilegalidad institucional hoy en riesgo por, el catalogado por la publicidad gringa de la derecha mexicana, como "un peligro para México" por culpa de sus renegadosindiosnacosbachespayasopobrezacarreadosdemierda, nos hacen saber que del 2 de julio hasta la fecha todo se reduce a las insanas y tropicales aspiraciones del caudillo cacique que se ha negado a entender que ya todo terminó.

No dejamos de escuchar el repetido discurso del capital dilapidado por AMLO al no reconocer su derrota, la que no reconocen por otro lado más de 15 millones de ciudadanos sin contar a los cientos de miles de votantes extraviados o desaparecidos en los pantanos del conteo del IFE como lamentable signo de los tiempos que se avecinan en el usurpador gobierno y por el TEPJF sin más justificación que la de sus excesivos sueldos y las presumibles reuniones del superior magistrado con el inferior Ejecutivo que hoy nos desgobierna, a Dios gracias: ya no por mucho tiempo.

Pero lo curioso de este razonamiento de lugares comunes autorizados para su transmisión por los ejecutivos del dúopolio televisivo, miembros distinguidos de la plutocracia, son que en el fondo todo se reduce a lo peligroso que resulta AMLO y a que se desconoce olímpicamente la movilización ciudadana que desde el 30 de julio, con el respaldo de una manifestación de más de 2 millones de manifestantes, paró durante 47 días el Paseo de la Reforma y el Zócalo de la Ciudad de México y que el 16 de septiembre con 1.2 millones de delegados y por encima de los partidos políticos de la Coalición por el Bien de Todos, nombró como legítimo Presidente al candidato que suponen vencedor de la contienda electoral, ante el vergonzoso aval del Tribunal Electoral, que pese a su reconocimiento de la ilegalidad del proceso y la campaña de odio nombró Presidente electo al cuñado del proveedor preferido del IFE, no sin antes negarse, sin razón jurídica sería, a recontar voto por voto y casilla por casilla, lo que de alguna manera exigían, no López Obrador, millones de ciudadanos que pese a los intentos denigrantes de los medios de comunicación y demás actores políticos y sociales del régimen de privilegios y sus subjetividades de control y represión, por desconocerlos, hoy han abierto las puertas a nuevos imaginarios de fundación y construcción ética y republicana que durante años y años sólo fueron el ideal literario de algunos y el pretexto de control político de los menos.

No se nombró a "brazo alzado", en una asamblea cualquiera, Presidente legitimo al "caudillo" de esta historia. Se discutió en asambleas estatales, en centros de trabajo, de estudio, en colegios profesionistas, en asociaciones civiles y social, en calles, barrios, colonias y municipios de todo el país, lo que los holgazanes seudo intelectuales a modo evidentemente ignoran, aislados como están de la realidad cotidiana de millones de ciudadanos de a pie.

Se discutió y decidió desde el mismo día en que se lanzó la convocatoria para conformar la CND.
Y en estas micro políticas de organización y resistencia se fijaron los posicionamientos, se debatieron y votaron todos los ejes de la discusión propuestos y se nombraron delegados para formalizar la asamblea plenaria de CND con un millón 25 mil 724 delegados registrados, ante notario público, en su mayoría ciudadanos organizados, sin militancia partidista, quienes simplemente dieron forma a las posiciones de sus representados.

La posición de los delegados de los partidos políticos y de algunas convenciones estatales, manipuladas por los partidos políticos, eran las que pugnaban por convertir a AMLO en coordinador de la resistencia civil, mientras que la decisión de la inmensa mayoría ciudadana desde siempre fue la de nombrarlo Presidente legítimo, desconocer a FeCal y a los funcionarios que nombre y terminar con la República de simulación, para fijar los lineamientos hacia una Asamblea Constituyente que dé paso a la nueva República.

Todo esto ni siquiera se toma en cuenta en esos bien cuidados "sesudos" y mediocres debates con los que la telecracia intenta vendernos la idea de la "apertura democrática" del México de las mentiras, del "cambio".

Pero no se dan cuenta de que resulta conveniente para la dictacracia y su pandilla de pagados y comprados conformistas servidores, que desconozcan este enorme movimiento ciudadano que a partir del 20 de noviembre tendrá un legítimo Presidente trabajando, frente a un espurio presidente cobijado únicamente por los privilegios de la ley Televisa y las mismas instituciones que le han dado fuero a Emilio Gamboa Patrón, al "góber precioso", protegido a Kamel Nacif y las redes de pederastas y narcotraficantes, las mismas que han condenado a las próximas siete generaciones de mexicanos a pagar la inmoral deuda del los Roberto Hernández y los rescates carreteros del FOBAPROA.

"Volveré y seré millones" profetizaba Espartaco el rebelde esclavo a la imperial Roma. Hoy somos millones de ciudadanos los que no estamos dispuestos a negociar nuestro derecho a la esperanza, nuestro derecho a la certeza, somos cientos de miles por todo México que romperemos el cerco desinformativo de la simulada República, para dar paso a ese otro México posible digno, justo y para todos. Y nuestro paso más grande será desconocer a quienes nos desconocen, dejar de consumirlos, apagar la tele y abrir nuestros sentidos a la historia que toca nuestras puertas.

¡Contra la mentira y la imposición apaguemos a la telecracia y recuperemos la ética de nuestra patria!

http://www.poresto.net/v06/index.php?option=com_content&task=view&id=1020&Itemid=55

ROMPER EL CERCO INFORMATIVO NUESTRO OBJETIVO

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