18 de septiembre de 2006

DOS NOTAS DE PROCESO SOBRE LOS CORRUPTOS 2NUEVOS AMIGOS" DE FECAL I

El gran corruptor
Jenaro Villamil

Muchos eslabones tiene la cadena de favores armada por Emilio Gamboa Patrón a lo largo de sus tres décadas de carrera política. Porfirio Muñoz Ledo ya había advertido de los riesgos de la "gamboización" -esa habilidad para manipular la imagen de los políticos- cuando el actual coordinador de la diputación priista tejía sus alianzas durante el sexenio de Miguel de la Madrid. A Gamboa se le había acusado de casi todo, hasta de traidor, pero nunca había quedado tan exhibido como ahora, al filtrarse un diálogo telefónico con el empresario Kamel Nacif, en el que el legislador se pone a las órdenes del llamado Rey de la Mezclilla.

El diálogo telefónico entre el empresario Kamel Nacif y el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, confirma no sólo la larga trayectoria del exsecretario privado de Miguel de la Madrid y funcionario destacado durante el salinismo como "el gran corruptor" transexenal, sino que también lo exhibe como parte "de las amplias redes políticas que están detrás del crimen organizado", subraya la periodista Lydia Cacho.

Autora del libro Los demonios del Edén -en el que desentraña las relaciones del pederasta Jean Succar Kuri, presunto lavador de dinero del narcotráfico, con empresarios y políticos como Kamel Nacif y Gamboa Patrón-, Cacho recuerda también que no es casual que durante la anterior legislatura, en el Senado de la República, "seguramente por iniciativa de Gamboa Patrón", se hayan "congelado" las reformas para penalizar y prohibir la explotación sexual infantil, aprobadas previamente en la Cámara de Diputados.

Así como en esa llamada telefónica Gamboa Patrón promete a Kamel Nacif darle pa'trás a una reforma para permitir el juego y las apuestas en los hipódromos, Lydia Cacho advierte que lo mismo pudo suceder con la referida legislación sobre explotación sexual infantil que se aprobó en la Cámara de Diputados después de tres años de discusión y que fue "bloqueada" en el Senado en la LIX Legislatura.

Casualmente, en la anterior legislatura figuraron como senadores quienes ahora salen en defensa de Gamboa Patrón: los panistas Jorge Zermeño Infante, cercano a Diego Fernández de Cevallos, y Héctor Larios, actual coordinador de la bancada de Acción Nacional en la Cámara Alta.

La buena relación de los panistas Zermeño, Larios y Fernández de Cevallos con los priistas Gamboa Patrón y Enrique Jackson, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores en la anterior legislatura, fue ampliamente denunciada, durante la discusión y aprobación de la Ley Televisa, por sus pares Manuel Bartlett, del PRI, Javier Corral, del PAN, y Raymundo Cárdenas, del PRD.

Entrevistada vía telefónica, Cacho subraya que "la otra gran revelación de las llamadas entre Kamel y Gamboa Patrón es que demuestran que la clase política nacional es una vergüenza para el país. Me parece éticamente inaceptable que hasta el momento nadie se haya pronunciado sobre el fondo del asunto: la explotación sexual infantil", dice.

"Me parece nimio y pueril que nuestra clase política diga que, como son resultado del espionaje, esas llamadas no son válidas. ¿A mí qué carajos me importa o me beneficia saber eso?", afirma indignada la reportera y activista de los derechos sexuales radicada en Cancún, en alusión directa a las reacciones de Gamboa Patrón, los legisladores del PAN y del propio secretario de Gobernación, Carlos Abascal, quienes condenan las "prácticas de espionaje telefónico".

"Gamboa y los legisladores del PAN tienen que responder ahora sobre la legislación en materia de explotación sexual infantil que ellos mismos detuvieron en el Senado después de tres años de discusión en la Cámara de Diputados", advierte Cacho. "¿Por qué la bloquearon en el Senado de la República?", pregunta.

"Está bien que Gamboa ahora esté enfurecido por el espionaje, pero ¿cuándo ha mostrado su horror por la explotación sexual infantil? A la clase política, no les preocupa este tema. La política de Estado se ha deshumanizado. Y él es un representante de eso", insiste Lydia Cacho.

En vísperas del careo con Kamel Nacif en el juzgado 1º de lo Penal, ubicado en la cárcel municipal de Cancún, Lydia Cacho advierte: "si Gamboa no negoció nada con Kamel Nacif, que tome una postura en relación con la explotación sexual infantil. Si yo estuviera en su postura, haría todo lo posible por desvincularme de esos delitos si soy inocente".

Cacho también indica que las llamadas entre Kamel Nacif y Jean Succar Kuri, difundidas el mismo día que se conocieron las de Gamboa Patrón, son fundamentales porque "ayudan a comprender que las niñas que aportaron su testimonio (para denunciar a Succar) decían la verdad".

En efecto, la larga conversación entre el empresario poblano conocido como El Rey de la Mezclilla y el principal implicado en las denuncias que recoge Lydia Cacho en su libro Los demonios del Edén documenta cómo conseguían niñas de Estados Unidos para prostituirlas en Cancún.

Todos estos hechos fueron revelados por las niñas, en particular Emma, pero no lo pudieron probar. Esta menor, en el testimonio publicado por Cacho, recuerda que Succar Kuri la llevó a una comida en el Distrito Federal, "en un restaurante muy elegante en la avenida Insurgentes", a la cual asistieron Miguel Ángel Yunes y Emilio Gamboa Patrón (Los demonios del Edén, p. 46).

Si la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) comprueba ese encuentro, dice la periodista, se caerá el argumento de Gamboa Patrón de que él nunca conoció al empresario de origen estadunidense-libanés. Si es así, comenta, se reforzaría el expediente sobre las denuncias en contra de la red de pederastia de Succar Kuri.

El gran "broker"

A lo largo de tres décadas, Gamboa Patrón se ha mantenido en posiciones políticas de primer orden. Su trayectoria no ha estado exenta de acusaciones sobre presuntos vínculos con el crimen organizado, corrupción en los diversos cargos administrativos que ha ocupado: titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como director general del IMSS, del Infonavit y de Fonatur, y subsecretario de Comunicación Social en la Secretaría de Gobernación durante el sexenio zedillista, entre otros. De todas ha salido limpio.

Se le ha acusado también de traicionar a sus anteriores padrinos políticos. Eso hace, por ejemplo, Carlos Salinas de Gortari en el capítulo final de sus memorias México, un paso difícil hacia la modernidad.

Para el exsenador Manuel Bartlett, quien conoce bien a Gamboa Patrón desde los tiempos en que ambos estuvieron en el gabinete de Miguel de la Madrid, esta situación se explica por los poderosos intereses a los que siempre ha servido el político de origen yucateco.

"Él es un negociante. Es un broker. Creció a la sombra de las posiciones de poder que le fueron dando y ahora representa la mayor corrupción en el Congreso", describe el también secretario de Gobernación de Miguel de la Madrid.

Bartlett puntualiza la actuación estelar de Gamboa Patrón como broker durante la discusión de la Ley Televisa:

"Él manejó a una buena parte de la fracción del PRI a su antojo y se jactó de que manejaba personalmente la iniciativa encargada por sus amos de Televisa y TV Azteca."

"Durante cuatro años, a mí me hostigaron Enrique Jackson y Emilio Gamboa porque quisieron avanzar en la privatización del sector energético. Pero no pudieron, porque había un frente al interior de la fracción del PRI", recuerda Bartlett. "Sin embargo -puntualiza-, durante la Ley Televisa rompieron ese frente y lograron la mayoría".

Para conseguir esto, indica Bartlett, Gamboa Patrón prometió dinero, viajes y candidaturas políticas, pero también lanzó amenazas veladas o abiertas.

El exgobernador de Puebla recuerda que durante una reunión privada entre 60 senadores del PRI, en vísperas de la aprobación de las reformas a la Ley de Telecomunicaciones y de Radio y Televisión, Gamboa Patrón le dio "línea" al senador panista Gil Elorduy, quien amenazó a sus homólogos del Revolucionario Institucional: "Sólo el que quiera que pierda Madrazo puede estar en contra de la Ley Televisa", les espetó en aquella ocasión el legislador panista.

Meses después, Gil Elorduy fue impulsado por Gamboa Patrón, en alianza con Televisa, para integrar la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), organismo regulador a modo de los intereses de las televisoras, junto con el senador panista Héctor Osuna, respaldado también por Diego Fernández de Cevallos y por la empresa de Emilio Azcárraga Jean.

Para Bartlett no hay duda de que detrás de la filtración de las conversaciones entre Gamboa Patrón y Kamel Nacif se encuentre la disputa por el reciente acuerdo de convergencia tecnológica en telecomunicaciones que ha confrontado los intereses de dos poderosos monopolios: Telmex y Televisa.

El exsenador poblano también recuerda que Carlos Salinas "se la tiene guardada" a Gamboa Patrón desde que éste se alineó con Ernesto Zedillo para apoyar la guerra de "filtraciones" en medios de comunicación, incluyendo a Televisa, contra el expresidente y su "hermano incómodo", Raúl Salinas de Gortari.

Riesgos de "gamboización"

Para Manuel Bartlett, lo grave de esta situación es que Gamboa Patrón pretenda trasladar las prácticas de corrupción que lo caracterizaron en el Senado a la Cámara de Diputados.

"¿Qué le va a pasar al país si se gamboiza el Congreso?", se pregunta Bartlett. "No puede ser que una función tan importante esté en manos de un negociante. Seguramente tratará de negociar con el PAN las reformas en materia energética que no pudieron sacar".

-Gamboa presume de ser un "gran operador político" -se le comenta a Bartlett.

-Él no es un operador. Es un gran corruptor. Es un broker, un negociante. Va a llevar la prostitución del Congreso a su máxima expresión. Eso es lo que revelan esas llamadas. Eso es ignominioso.

El término de "gamboización" fue acuñado a finales del sexenio de Ernesto Zedillo por Porfirio Muñoz Ledo, otro personaje que conoció de cerca la trayectoria del estudiante de relaciones industriales de la Universidad Iberoamericana.

"La gamboización -define Muñoz Ledo en entrevista- es lavarle el cerebro a un jefe todos los días para manejar la agenda política de los intereses."

Así sucedió, indica Muñoz Ledo, durante los años en que Emilio Gamboa fungió como secretario privado de Miguel de la Madrid.

"Como buen tecnócrata, proveniente del Banco de México, a Miguel de la Madrid no le interesaba la operación política. Todo el manejo lo dejó en manos de Emilio Gamboa, quien durante esos años fue el vicepresidente en funciones", rememora.

Este mismo diagnóstico lo documentó Carlos Salinas cuando describió a Gamboa Patrón como "el termómetro del estado de ánimo de Los Pinos", durante su entrevista con Jorge G. Castañeda para el libro La herencia.

Gracias a esa influencia, Salinas de Gortari pudo vencer en el seno del gabinete a dos de sus grandes opositores para la sucesión de 1988: Alfredo del Mazo -el "hermano que nunca tuvo" Miguel de la Madrid- y el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett.

"Me parece que la influencia que Gamboa tenía sobre De la Madrid era muy grande, muy grande; sabía qué decirle, en qué momento decírselo, y conocía muy bien el efecto que tenía sobre él", le dijo Salinas a Castañeda en La herencia.

Por supuesto, Gamboa cobró muy altos los intereses del "poder del picaporte" con Salinas de Gortari. Desde el principio, le pidió tres posiciones en el gabinete y las tres se las cumplió el mandatario a lo largo de su sexenio: la dirección del Infonavit, la del Seguro Social, y la de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Desde esas tres posiciones, Gamboa fue uno de los operadores privilegiados de las privatizaciones del salinismo. En el Seguro Social privatizó prácticamente todo lo que pudo: desde los servicios de limpieza hasta la recolección de basura, sin exentar el manejo de pensiones y jubilaciones.

Como titular de la SCT, Gamboa emprendió la gran operación de privatización de carreteras, que dejó una estela de obras mal construidas y un despilfarro de recursos, como en el caso de la Autopista del Sol México-Acapulco, que inauguró el propio Salinas.

Así mismo, consolidó su relación privilegiada con los concesionarios de radio y televisión. En octubre de 1994, al final del sexenio salinista Gamboa otorgó de manera discrecional 83 concesiones de Frecuencia Modulada a los principales grupos radiofónicos del país que operaban en Amplitud Modulada. Además, refrendó más de 350 concesiones, incluyendo las de Televisa, y favoreció la venta de TV Azteca al empresario regiomontano Ricardo Salinas Pliego, quien carecía de experiencia previa en la televisión.

Por supuesto, Gamboa también aspiró a la candidatura presidencial por el PRI. El propio Salinas alentó esas ambiciones, mientras aprovechaba sus servicios de "intermediario".

El reportero Fernando Ortega Pizarro escribió que el 11 de noviembre de 1993, en vísperas del "destape" de Luis Donaldo Colosio, Salinas invitó a comer a un grupo de columnistas de los diarios de la Ciudad de México. Llegó acompañado de Gamboa Patrón. Durante la comida, Salinas hizo chistes a sus costillas.

"¿En qué se parece Emilio al Tehuacán?", preguntó Salinas a sus interlocutores. "En que después de destapado todavía tiene gas", respondió el expresidente y festejó su chiste a carcajadas (Proceso 1001).

El 28 de noviembre, Colosio fue destapado como candidato del PRI. Emilio Gamboa guardó sus ambiciones presidenciales para mejor época. Sin embargo, a raíz del asesinato del candidato priista, sus aspiraciones volvieron a surgir.

Salinas recuerda en sus memorias que el 24 de marzo, en el salón Morelos, el expresidente Luis Echeverría se manifestó a favor de Emilio Gamboa como candidato sustituto. "Me sorprendió mucho su propuesta, en medio del luto. Ahí concluí la conversación", escribió Salinas.

Cuando, a principios de 1994, el segundo "destape" favoreció a Ernesto Zedillo, Gamboa Patrón volvió a ofrecer los mismos servicios que lo encumbraron con Miguel de la Madrid: operar las alianzas con grupos de poder económico a cambio de posiciones de poder.

Con Zedillo, Gamboa Patrón encabezó el poderoso Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) y la Subsecretaría de Comunicación de la Secretaría de Gobernación, con Francisco Labastida al frente de Bucareli. En ambos cargos, dejó también huellas de malos manejos y de presunta corrupción.

En sus tiempos al frente de Fonatur, Gamboa Patrón consolidó su relación con Alejandro Góngora Vera, representante de la misma dependencia en Cancún y vínculo con el empresario Jean Succar Kuri, según documenta Lydia Cacho en Los demonios del Edén.

Tanto Góngora Vera como Gamboa Patrón estuvieron involucrados en el fraude del Condhotel Dunas, que representó pérdidas por 18 millones de dólares para Fonatur. Nunca se rindieron cuentas públicas de este dinero.

Cacho aporta otro dato de esa época: la directora de ventas de Fonatur en los tiempos de Gamboa Patrón fue Guadalupe Rachí de Nacif, cuñada de Kamel Nacif.

Al frente de la Subsecretaría de Comunicación, Gamboa Patrón dejó un polémico expediente por presunto desvío de 58 millones de pesos por la contratación simulada de servicios de transmisión con Televisa, TV Azteca y Tele Rey-Multivisión. Tan sólo con Televisa existía un expediente de 33 millones 810 mil pesos.

Al inicio del sexenio foxista, el contralor Francisco Barrio investigó este presunto desvío. De acuerdo con fuentes cercanas a Barrio, Gamboa Patrón -considerado en esa época como uno de los "peces gordos" que iba a investigar el foxismo- "subsanó" las irregularidades y nunca se le procesó.

El caso Bodenstedt

Antes del escándalo de Kamel Nacif, otro expediente que ventiló los presuntos vínculos de Gamboa Patrón con el crimen organizado fue el de la exlocutora de Televisa y exagente de la Policía Judicial Federal Marcela Bodenstedt.

Todo comenzó también con una "filtración". El 14 de mayo de 1995, el suplemento Enfoque del periódico Reforma publicó una serie de llamadas telefónicas entre el poderoso secretario privado de Salinas, José Córdoba Montoya, y Bodenstedt.

La pista de Bodenstedt condujo pronto a la de Gamboa Patrón. Según denuncias de Eduardo Valle, El Búho, tanto Bodenstedt como su pareja sentimental, el expolicía Marcelino Guerrero Cano, trabajaban como presuntos lavadólares del capo del cártel del Golfo, Juan García Ábrego.

Guerrero Cano, según Eduardo Valle, "pudo haberse asociado a Jorge Hank Rohn, entonces dueño del hipódromo de Agua Caliente de Tijuana" (Proceso 937).

La periodista Dianne Solís publicó en The Wall Street Journal que tanto Valle como la DEA coincidieron en vincular a Bodenstedt con García Ábrego y con Gamboa Patrón, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes.

Al detonarse el escándalo, Gamboa Patrón reconoció que sí conoció a Bodenstedt, pero que sólo sostuvo un encuentro con ella para "comprarle unas pinturas".

Para Eduardo Valle, "lo menos que debió hacer la PGR con esta relación sospechosa de Marcela Bodenstedt Perlick y Emilio Gamboa Patrón era esclarecer cómo una supuesta vendedora de cuadros pudo tener acceso al secretario. O qué, ¿cualquiera puede llamar a un secretario de Estado para venderle algo? Que no se burlen del sentido común" (Proceso 933).

El caso se fue diluyendo en medio de la crisis financiera y de los escándalos políticos durante el sexenio de Zedillo. Gamboa Patrón nunca volvió a ser mencionado en relación con la supuesta dealer.

La última referencia pública de Marcela Bodenstedt la publicó el periódico Sur de Acapulco, en enero de 2003. La exlocutora y exagente apareció en una fiesta como integrante del Grupo Amigos con VIH (Gavih), una organización presidida por Rosa María Paloalto.

Subcultura del narco

En el nuevo escándalo que protagoniza Gamboa Patrón ya no se trata sólo de una enigmática y bella mujer, presuntamente relacionada con el narcotráfico. Ahora el personaje central es un empresario -Kamel Nacif- al que la mayoría de los políticos le rinden pleitesía. Es tanta la reverencia que hasta reproducen su lenguaje soez, sus vulgaridades.

Si antes fue el gobernador poblano Mario Marín quien se hizo célebre por el mote de mi góber precioso que le endilgó Kamel Nacif para agradecerle la irregular detención de Lydia Cacho, ahora es Gamboa Patrón quien responde a Nacif, cuando el actual coordinador de la diputación priista le intentó vender "la reforma del hipódromo, ya no del juego".

"-Para qué? -le pregunta Kamel en la conversación telefónica.

"-Para hacer juego ahí, cabrón -responde Gamboa-. ¿Cómo lo ves?

"-No, no la chingues.

"-Entonces lo que tú digas, cabrón, lo que tú digas; por ahí vamos, cabrón.

"-No, dale pa'tras, papá.

"-Pues entonces va pa'trás, esa chingadera no pasa en el Senado, ¿eh? -asume Gamboa Patrón.

Para Porfirio Muñoz Ledo, este lenguaje entre un senador y un empresario responde a "una subcultura del narco, del cachondeo que revela promiscuidad de intereses".

"Lo que pasa con Gamboa Patrón es extremadamente grave", insiste el exembajador de México ante la Unión Europea.

-¿Cuál es el mayor riesgo que prevé si se impone la impunidad en este caso? -se le pregunta.

-El riesgo es que se instituya la corrupción como método en el Congreso. Gamboa Patrón representa el fin del sistema de partido hegemónico que será sustituido por el sistema de dinero hegemónico. Ya lo vimos con la Ley Televisa.

Muñoz Ledo recuerda que Gamboa Patrón pertenece a "este cuarteto único de cínicos, aventureros y desvergonzados de la política mexicana. Los otros son Carlos Salinas, Elba Esther Gordillo y Diego Fernández. Ellos son los truhanes de la política".

Por lo pronto, los principales noticiarios de Televisa y TV Azteca decidieron, en retribución a los amplios favores recibidos por Gamboa, mutilar y minimizar las grabaciones entre Kamel Nacif y el coordinador de la diputación priista. Así, en sus transmisiones del martes 12 de septiembre nunca se escuchó la frase clave que Gamboa Patrón asume como una orden de El Rey de la Mezclilla: "Dale pa'tras, papá". ?


Y ESTA NOTA DE CARLOS MONIVAIS:

"Dale pa'trás, papá"
Carlos Monsiváis

(Bienvenido al cabroñol)

Esa chingadera no pasa

Como otras conversaciones que alcanzan la fama instantánea (millones de comentarios arman un hemiciclo), la sostenida entre el líder moral y camaral del PRI, Emilio Gamboa Patrón, y el empresario Kamel Nacif dada a conocer en septiembre de 2006, además de su aporte a la teoría y la práctica del escándalo, ejemplifica uno de los niveles verbales de amplios sectores de la burguesía (no sólo allí desde luego, pero allí ostentosamente). En el habla aludida se vierte un proceso de los libros no leídos, de los comerciales contemplados sin tregua, del uso pragmático de la educación ("no pagamos esas colegiaturas para aprender lo innecesario"), de la reducción de vocabulario (a buen entendedor, pocas palabras sobran), y de un "idiolecto" acelerado y compulsivo que podría llamarse el cabroñol. Además de los pormenores del asunto, de las mentiras piadosas del diputado Gamboa que tanto negó conocer a Nacif, de los vínculos entre un empresario y un salvador profesional de la República, y de los negocios insondables de los poderosos, lo que llama la atención es un fenómeno lingüístico, el esplendor del cabroñol. Procedo a repetir el intercambio de todos tan oído:

G: Vamos a sacar la reforma del hipódromo, cabrón, ya no del juego... del hipódromo.

K: ¿Para qué?

G: Para hacer juego allí, cabrón.

K: ¿Cómo?... (Pausa) ¿Bueno?

G: ¿Cómo la ves?

K: No, no la chingues.

G: Entonces lo que tú digas, cabrón, por allí vamos, cabrón.

K: Dale pa'trás, papá.

G: Pos entonces va pa'atrás, esa chingadera no pasa en el Senado.

K: A güevo.

G: OK.

K: Pos a güevo.

G: Te mando mi cariño.

???

Siempre se ha hablado así, y la gazmoñería no tiene el menor caso, pero el tema sobresaliente no es el de los pronunciantes masculinos cuando creen o creían estar a solas (es decir, cuando el espionaje telefónico aún no era parte de la vida de los hombres prominentes), sino el marcado por la estrechez del vocabulario. No es únicamente que "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo", sino que en buen número de casos el mundo se arma y desarma desde la limitación expresiva.

¿Cuáles serían las características del cabroñol? Enlisto algunas:

-identifica la conversación como un sistema cerrado donde lo que se comunica es el valor de los estados de ánimo desafiados por unas cuantas palabras.

-niega la utilidad que se les atribuía históricamente a los convencionalismos sociales. Entre las ventajas del poder, en varios niveles, se encuentra la eliminación de las disculpas y las escenificaciones de virtud.

-localiza, y en abundancia, las recompensas psicológicas en el habla "atrabancada", que no se fija en los melindres ajenos. "Si no hablo como me da la gana, no dispongo de mi gana".

-traslada el pragmatismo de la política a la conversación.

Al respecto, un segundo ejemplo, la conversación entre el empresario a su modo célebre Kamel Nacif y el ya famoso gobernador de Puebla, Mario Marín:

-Qiúbole, Kamel.

-Mi gober precioso.

-Mi héroe, chingao.

-No, tú eres el héroe de esta película, papá.

-Pues ya ayer acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad, y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima, y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje, a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras.

-Ya sé, y es que estos cabrones siguen sacando mamadas y mamadas. Pero yo hice una declaración. Fui a la televisión.

-Ah, qué bueno. ¿Allá en México o acá en Puebla?

-Aquí, pero dijeron que la iban a mandar allá. Salió aquí. Y yo en el Milenio le dije, si lo quieres leer, le dije, pus al señor gobernador no le tembló la mano.

-Ni nos tiembla ni nos temblará.

-Pinche bola de ratas. ¿Qué han hecho? Qué asquerosidad es esto, ¿eh?

II

De la muerte de la censura y sus consecuencias

¿En qué momento la sociedad mexicana (póngale mayúscula para ubicar las técnicas de autoconsagración) le perdió el miedo a las Malas Palabras? ¿A qué horas desapareció la reverencia medrosa de pobres y ricos ante el lenguaje lícito, decente, respetuoso? (las negritas vienen de siglos de vigilia verbal en los santos hogares). Siempre existieron padres y madres de familia (tropicales, por lo común), que se divertían con las "voces profanas", que también y por contraste identificaban el habla modosita con la Decencia. Tan aburrida, y no se oponían al aprovisionamiento de carajos desde la infancia, que evidenciaba el andar por la calle, y de Chingadas, que mexicanizaban al más apátrida.

???

En 1950, en El laberinto de la soledad, ese gran tratado mitológico, Octavio Paz describe a La Chingada:

"El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran.

"La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas."

A esta "sacralización" se oponían los enemigos de las libertades idiomáticas que preferían -idealmente- memorizar vocablos (darle vueltas a la noria del diccionario) antes que recurrir a las expresiones "de cantina, burdel y cabaret", al repertorio del "carretonero" y "las verduleras". Pero la censura negaba la creatividad y el uso fértil del lenguaje y se quedaba las más de las veces en el homenaje a la retórica más inerte.

???

En el fondo del cerco a las palabras-tabú, actúan la sexofobia y el desprecio de clase: "Así hablan los léperos, los pelados, los nacos/ Es de lo más alvaradeño (de Alvarado, Veracruz, una ciudad con fama de Meca de la Grosería)/ El tipo ese, tan elegante que se veía, era una jitomatera". En El perfil del hombre y la cultura en México (1934), el filósofo Samuel Ramos advierte en la expresión: "Tenga muchos güevos", la proclamación del ser del pelado, del que, literal o simbólicamente, no tiene con qué cubrirse. Y el propio Gamboa Patrón al defenderse con éxito póstumo le atribuye sus expresiones al gusto por lo popular. Por lo visto, no hay nada adorador del populismo más intenso que un antipopulista profesional.

A todo esto lo cubre un prejuicio fantasmagórico: las Malas Palabras ofenden porque en su seguimiento la Calle invade la intimidad, y atenta contra el pudor, ese cinturón de castidad más asunto de las familias que de las personas. Apenas hace falta decirlo: la operación entera es de una enorme hipocresía, y proviene de una certificación carcelaria de las mujeres, son los seres del oído protegible, son la inocencia resguardada en el desconocimiento del vocabulario que estruja y -ni modo- sonroja. El "Por favor, hay damas presentes" es el aspaviento que ensalza la fuerza genésica de a los jamás estremecidos por la brusquedad o la violencia de las palabrotas.

???

Los últimos grandes bastiones de la Decencia a la antigua son las comidas y las cenas familiares ("Pero hijo, cómo dices estas cosas, ¿eso te enseñamos? ¡Compórtate!"), y las publicaciones, donde hasta hace poco la prudencia de impresores y directores de periódicos y revistas administraba los eufemismos. Así por ejemplo, con tal de no abusar de los puntos suspensivos que volvían tan remilgoso el "¡Hijos de la...!", se acudió a "¡Hijos de la fregada! ¡Hijos de la tostada! ¿Hijos de su guayaba! ¡Hijos de toda su grandísima! ¡Hijos de su jijurria!", la serie de reemplazos que borró de golpe el fracaso de la censura. En el principio, era la Chingada y, si somos sinceros, no hay Últimas Palabras que superan al "Ya me llevó la Chingada". Así sea.

III

Del uso de la Chingada como Identidad Nacional

Ya en la década de 1970 se transparenta la subversión o como se le diga al nuevo saber: no hay "malas palabras" sino costumbres represivas, tradiciones de la semántica respetable ("se dice glúteos, hijito"), aduanas de voces prohibidas, horror ante la sexualización del habla. Ya en crisis la censura, se normalizan las "palabras perdidas", las damas no se ofenden, los caballeros no se indignan ante la posible ofensa a las damas, y los sacerdotes ya no tosen con prudencia ante los exabruptos y perciben que ya ni siquiera escandaliza que ya no se escandalicen, y... ¡oh, dioses! El buen decir se jodió, y ni quién se acomida y lo lleve a un centro de rehabilitación. La sociedad de masas no tiene tiempo y las Voces Cultas requieren de diccionarios, de memoria, gusto y armazones prosódicos, y por eso se imponen las otras Palabras Altisonantes: "Y te vas a la Chingada en chinga porque si no aquí te chingas, pinche cabrón." Así sea.

En rigor, todo es economía verbal a muy altas velocidades. O, si se quiere, la reducción del vocabulario social y personal. Están de más los demasiados vocablos si lo que se quiere decir es siempre sencillito, el palabrerío como que no, y uno se cansa del, "¿y eso que dijiste qué quiere decir?". Por eso, mejor zas, zas, zas, y los diálogos se enfilan hacia la Chingada o el Carajo o la Mierda, lo que quede más cerca. De pronto, hablar cabroñol no es cuestión de moda sino de rapidez de trato, de la identificación de la intimidad con la repetición de las "leperadas", hablo como quiero y concentro mi querer en unas cuantas palabras y frases. Y, según los hablantes, lo que sale del forro de la licitud es franco, llano, sincero y -lo más importante- respetuoso del interlocutor, al que no se le envía a precisar el sentido de un término, a emprender "pesquisas verbales" ("¿Creerás que ese pendejo me dijo que le encantaban los estípites?"). Adiós sucesivamente al culteranismo, a las pretensiones y a la pérdida de tiempo que trae consigo, por ejemplo, saber lo que es una hierofonía o un almácigo o la homiléctica. Esas sí que son Malas Palabras, cabrón, don't fuck me, como dicen en náhuatl, y pendejo el que me oye, el que no me oye y el que se hace disimulado, güey.

Lo anterior afecta estrictamente a los que renuncian al idioma al que los autorizaría el grado escolar que ostentan, sus recursos económicos y sus logros y aspiraciones sociales, un gobernador por ejemplo, un gran empresario digamos, un coordinador de su bancada en la Cámara de Diputados podría ser.

???

Cada una de las expresiones del habla quick o express o ready made dispone de tantos significados como se necesiten. Así por ejemplo, en el cabroñol inmaculado te vas a la Chingada quiere decir simultáneamente "te largas, perdiste tu inmunidad; te me ausentas pero al grito de ya; tu vigencia ha concluido, nene; tu buena suerte se pandea..." ¿Qué más? Vuelvo a la transcripción:

G (Emilio Gamboa): Papito, ¿dónde andas, cabrón?

K (Kamel Nacif): Pos aquí estoy en el pinche pueblo de los demonios, papá.

G: Pero... ¿dónde andas, mi rey?, porque hablo todo el día bien de ti, pero te pierdes, hijo de la Chingada...

K: Pues ando chingándole, no queda de otra...

Alguien, tal vez un subversivo que no avizora el valor moral del Poder Legislativo, verá en esta trascripción un manejo confuso de las edades mentales, y que los espiados sin saberlo parecen a primer oído dos niños que han visto hasta la saciedad películas de expresiones "toscas" y que, debido a esa afición, no han leído nada. Esa es una posibilidad. Otra es la práctica del habla machista unisex, una novedad de la temporada, donde la puerilidad (obligada) viene de una experiencia ya frecuente: aprender el idioma a través de las imágenes, darle al ejercicio del vocabulario el carácter de anotaciones en voz alta a la hora de la telenovela o del sexo o de los viajes largos en avión o de los telefonazos... ¡Eso es! El teléfono es un convenio donde el lugar de honor le corresponde al manejo de la voz y ya lo otro, así sean los negocios más delincuenciales, corrobora el efecto acústico. Imágenes y sonido eso sí, que a las palabras se las carga el hijo de la Chingada del viento, que todavía sopla.

Se trata de no ir más allá de lo básico, las ideas valen madre, "la filosofía de la vida" (antes tan apreciada a la Hora de la Autenticidad) vale madre, y la política vale madre, si a uno no le toca algo. Y a la madre, tan nulamente tasada en el mercado neoliberal, la reemplaza el neocantinflismo, que nada dice porque tiene la mente adiestrada por el zapping:

E (Emilio): ¿Pero vas bien?

K (Kamel): Mira, mientras estoy bien me va bien.

E: No, no, no, pero estás bien, ¿no?

K: Así es, mi rey.

E: Bueno, cuídate mucho y nos vemos pronto, cabrón.

K: ¿Y cómo estás tú, senador?

E: Uy, a toda madre. Aquí echando una comida aquí con unos senadores, y si te cuento...

¿Qué te cuento? Las frases sin contenido aspiran en el camino a volverse imágenes. Todos nos tuteamos porque eso nos acerca más a la temperatura anímica del videoclip.

???

¿Por qué tal adicción a un vocabulario tan elemental en cualquier sentido? Ya son el chingomadral los que dan por agotado el idioma (estuve a punto de escribir "periclitado" con tal de incomodar) y no admiran la creatividad, el poder de improvisación, el gozo de la personalización del habla. ¿Para qué esforzarse si el significado de las conversaciones se ha trasladado y a toda velocidad, al tono, al énfasis en la dicción: "Ese tonito, ese tonito". Ni hablar, el éxito en los círculos del poder, ya copiado por los círculos de la falta de poder, le apuesta al fluir de sensaciones: ira, odio, amor, preocupación, amenaza. El sentido se fija en el tono, el principio y el fin de la jerarquía auditiva. Y el casette del encuentro Gamboa Patrón-Nacif permite vislumbrar algunas constantes del habla uniclasista de hoy, muy especialmente entre políticos y empresarios, aquí sí y en este caso, la vanguardia del proletariado.

-la cultura popular tuvo su gran momento de inspiración al crear palabras polisémicas (este término, aquí es una provocación). Al usarlas, se recupera el contacto con la esencia de la gente (la que sea).

-las antiguas "groserías" hoy son expresiones que, a la vez, describen una situación, un estado de ánimo y la flojera del que ya sólo confía en la intuición ajena.

-el cine y la vida cotidiana en Estados Unidos habitúa a la desaparición de "las groserías". Si todo es Fuck you la "grosería deja de serlo", así todavía no la impriman Time y The New York Times.

Epílogo por si hiciera falta

De la conversación entre Kamel Nacif y un periodista, Andrés:

-La semana que entra va a estar preciosa. Lo bueno es que casi nadie lee periódicos.

-No, que chingue su madre. ¿Sabes qué me dijo el gobernador? Que vengan unos pinches periodistas y que les diga que en el estado de Puebla no se van a tolerar las mentiras y las injurias. Tiene huevos, ¿eh? La trae contra los pinches periodistas.

-Pues qué bueno... qué bueno que apoye.

-Ya me entendiste. Estos pinches hijos de su chingada madre con una pluma te despedazan.

-No tuvo madre esa puta vieja -responde Andrés.

-La voy a dejar loca hasta que la señora pida paz. Y que le siga echando.

-Está bien. Usted sabe. Lo que usted me diga.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos