Viernes 27 de diciembre de 2013, por Acento Veintiuno.
El día de hoy, el Wall Street Journal, a través de Pierpaolo Barbieri y Niall Ferguson, halagaron la reforma económica de México.
De esta manera señalan que más de dos millones de trabajos fueron creados en México desde el 2010, refiriendo que la migración ilegal hacia EE.UU. podría llegar a ser historia pronto.
La traducción al español, del documento referido es la siguiente:
En la mayor parte de la última década, México y Brasil fueron un caso de comparación. “Brasil despega” era una portada de revista típica, que ilustraba en Rio a la gran estatua de Cristo despegando. La historia equivalente para México era “La Guerra del vecino de alado: Por qué la violencia de las drogas de México también es un problema de EE.UU.”
En los últimos dos años, sin embargo, los roles se han invertido: Las protestas en São Paulo y la caída del multimillonario Eike Batista han desalentado severamente la imagen glamurosa de Brasil. Mientras tanto, una sucesión de movidas audaces del nuevo Presidente carismático de México, Enrique Peña Nieto, ha despertado finalmente la atención de observadores extranjeros al punto en que México es el nuevo “país del futuro” de América Latina.
No solamente el PIB per cápita está por encima de Brasil, de acuerdo con el FMI, si no que en los últimos cinco años los inversionistas en el mercado de valores de México han disfrutado de cerca de tres veces de retorno frente aquellos que invirtieron su dinero en las tan publicitadas acciones de Brasil. Los trabajos están siendo creados de forma rápida en México – más de dos millones desde principios del 2010 – que el problema de la migración ilegal hacia Estados Unidos podría ser pronto historia.
En la década de 1980 y 1990, México era casi tan bien conocido por sus crisis financieras que por su guerra contra las drogas. Esos días ya ocurrieron. A pesar de que el crecimiento ha sido lento este año, debido en gran parte a los problemas en el sector de la construcción, el FMI predice una rápida recuperación entre el 2014 y el 2018.
El catalizador para el cambio económico mexicano ha sido político. En el 2000, después de 70 años de una dominación completa de lo que Mario Vargas Llosa denominó “la perfecta dictadura”, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder en elecciones libres. Dos administraciones sucesivas de centro-derecha bajo el Partido de Acción Nacional, o PAN, lucharon para brindar el tipo de cambios radicales que México requería. En su lugar, después de doce largos años de selva política, el PRI se renovó a sí mismo. En julio del 2012, regresó al poder gracias a una campaña muy eficiente del Sr. Peña Nieto, el juvenil ex Gobernador del Estado de México. El mundo democrático de hoy carece del tipo de liderazgo estratégico de Enrique Peña Nieto. Tras su toma de posesión Enrique Peña Nieto firmó el “Pacto por México”, un marco que comprometió de avanzada al PRI y a sus opositores, el PAN y el PRD, a apoyar sus reformas en telecomunicaciones, educación y finanzas. Fue una movida audaz, que evoca los Pactos de Moncloa de 1977, que fueron la base para la transformación de España a la democracia europea integrada.
Luego vino una sucesión de iniciativas firmes. En febrero, el Gobierno detuvo a la lideresa del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo, por presunta malversación de fondos. La mayoría de los mexicanos pensaban que la Sra. Gordillo, conocida por sus prendas de alta costura francesa y sus villas en el sur de California, era intocable. El proyecto de ley de Reforma en educación fue aprobada en septiembre, lo cual representó un golpe aún mayor contra su sindicato, y la creación de institutos de formación independientes para profesores para reemplazar la universidad controlada por el sindicato. La reforma introdujo pruebas de rendimiento para evaluar a los maestros y aumentó el financiamiento para nuevas escuelas y centros de aprendizaje. El Gobierno también aprobó una reforma en telecomunicaciones que la mayoría de los observadores pensó, nunca sucedería. La ley refuerza la competencia mediante el fomento de nuevos participantes en el mercado con el objetivo de reducir los precios para los usuarios. Aumenta los impuestos sobre la renta sobre quienes tienen mayores ingresos, ya que el nuevo paquete fiscal, no es muy popular en la comunidad de negocios.
Es políticamente inteligente que México invierta en educación, infraestructura de transporte, mientras que al mismo tiempo el sistema tributario es más progresivo. Gracias al "Pacto por México", un acuerdo sobre las prioridades esenciales, el presupuesto para 2014 fue aprobado fácilmente el mes pasado. No hubo cierre del Gobierno, ni drama por el techo de la deuda (la deuda pública representa sólo el 38 % del PIB). En lugar de poner en peligro la independencia del Banco Central, como en Argentina o Venezuela, el Gobierno de Peña Nieto ha seguido con diligencia las recomendaciones del Banco de México para introducir profundas reformas estructurales en la educación y con las leyes antimonopolio. El Gobierno entiende que sólo con una baja inflación consistente, el Banco Central mantendrá las tasas de interés bajas. En México no hay una ilusión de que el dinero fácil podría de alguna manera sustituir a una verdadera reforma. El proyecto más importante, sin embargo, es la liberalización de la industria energética, largamente frenada por el monopolio estatal Pemex. El mismo partido que nacionalizó los yacimientos de petróleo del país hace 75 años ha emprendido una reforma cuyo objetivo principal es acercar el capital y los conocimientos técnicos extranjeros de vuelta. El PRI entiende que sólo con ayuda externa el país podrá desarrollar ampliamente recursos de esquisto y las reservas de petróleo. Muchos pensaron que esta reforma no pasaría, pero el Gobierno la entregó antes de lo previsto, el 12 de diciembre.
La instalación de la tecnología moderna necesitará más tiempo. Pero gracias al Tratado de Libre Comercio, pronto fluirán las tuberías de norte a sur. Esto hará que la industria mexicana, que ya está compitiendo con China en mano de obra, y sea aún más competitiva. Esto, a su vez soporta una creciente clase media mexicana. El Gobierno no ha perdido de vista la desigualdad de ingresos y la baja productividad. Pero la idea clave de Peña Nieto es que atacar los meros síntomas del subdesarrollo económico no es la respuesta. Es extraño ser testigo de un Presidente aseverando "aumentar los ingresos familiares para todas las familias mexicanas, elevando la productividad y la democratización", “si los males sociales como la violencia del narcotráfico se derivan de la falta de oportunidades, por consecuencia las reformas económicas exitosas deberían reducirlos”. Casi todas las medidas de seguridad para combatir la violencia han caído durante el primer año de Gobierno de Enrique Peña Nieto. Incluso en un año pésimo para los mercados emergentes, México tiene las perspectivas de futuro más brillantes de la región. Bajo el PRI revitalizado, el país está en camino a un nuevo tipo de revolución institucional: una que podría transformarlo de forma permanente de ser el rezagado de América Latina en el nuevo motor de crecimiento de América del Norte.
Pierpaolo Barbieri, ex miembro del Belfer Center for Science and International Affairs de Harvard.
Niall Ferguson, professor de Historia Harvard.
El link es el siguiente:
http://online.wsj.com/news/articles/SB10001424052702304367204579268742046427468#printMode
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