24 de diciembre de 2013

Argentina: Frenen la fábrica de semillas mutantes de Monsanto

AgrotóxicosBiodiversidad en América Latina | Argentina: Frenen la fábrica de semillas mutantes de Monsanto:
Monsanto está extendiendo su poder por el mundo con la construcción de una gigantesca fábrica de semillas mutantes en Argentina. Sofía Gatica y los vecinos de Malvinas están protestando y, como resultado, han sido amenazados y víctimas de golpizas. La amenaza es inminente -- vamos a apoyarlos y a detener la planta.

Monsanto fabrica semillas transgénicas que, combinadas con pesticidas tóxicos, crean un tipo de ‘monocultivos’ letales que arrasan con todo menos sus transgénicos -- y están invadiendo todo el planeta. Ahora mismo quieren construir una de sus plantas de semillas de maíz más grande del mundo en Malvinas, Córdoba.

Sofía, preocupada por los riesgos para la salud que conlleva la planta, se unió a las protestas de los vecinos de Malvinas, respaldadas por cerca de 70% de personas en Córdoba. Si un millón de personas apoyamos a los vecinos en los próximos 3 días, podremos elevar la denuncia en los medios de comunicación, lanzar la petición en una campaña publicitaria y empujar a la controversial Presidenta Argentina a frenar la planta y la tóxica expansión de Monsanto:

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Sofía y la gente de Malvinas han llegado a tumbarse delante de las excavadoras para bloquear la construcción de la planta. Si conseguimos amplificar su protesta -- podemos ayudarles a vencer. La Presidenta Kirchner se enfrenta ahora mismo a una ola de impopularidad y no se puede permitir el lujo de ser vista favoreciendo las ganancias de Monsanto frente a su propio pueblo.

La mega-planta usará químicos tóxicos para acondicionar semillas, lo cual suena raro porque se supone que las semillas vienen de las plantas, ¿verdad? No así en el espeluznante nuevo mundo de Monsanto, donde las plantas se diseñan genéticamente para ser estériles y la única forma que tienen los agricultores de seguir cultivando alimentos es comprando semillas a Monsanto cada año. En Estados Unidos, hasta un 90% de algunos tipos de cultivos se siembran con semillas de Monsanto y, con su nueva mega-planta en Argentina, esta infame compañía estaría extendiendo su poder por todo el mundo.

Las amenazas y palizas a Sofía y a sus compañeros de protesta son la gota que colma el vaso -- detengamos la invasión de Sudamérica por parte de Monsanto y empecemos a revertir la devastación causada por sus productos en nuestros ecosistemas.

Algunos sostienen que la modificación genética representa una gran promesa para aumentar la eficiencia agrícola. Puede que veamos algunos de esos beneficios en el futuro, pero a menudo estas corporaciones exageran, diciendo que las semillas transgénicas ‘alimentan al mundo’ por ser mucho más productivas que las semillas normales -- existen pocas pruebas de ello. Con frecuencia, las tecnologías transgénicas privilegian la obtención de ganancias sobre la gente y el bienestar del planeta. Los gobiernos deberían evaluar los riesgos y beneficios que afectan a la ciudadanía, pero Monsanto se entromete, y es experto en debilitar los procesos democráticos. Incluso en Estados Unidos han aprobado una ley que impide que los jueces puedan sacar productos de Monsanto del mercado, ¡ni siquiera por razones de seguridad pública!

La agricultura industrial transgénica está transformando rápidamente nuestro planeta, y nuestros gobiernos están demasiado influenciados por el modelo que imponen las corporaciones norteamericanas que poco a poco están llegando a controlar el suministro mundial de alimentos. No obliguemos a nuestros hijos y nietos a enfrentarse a un mundo alimentado por Monsanto si podemos ponerle ahora.
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