Noviembre 9 del 2013
Felipe Calderón prometió la refinería “Bicentenario” sin percatarse que no podría cumplir el compromiso, porque las mafias de los derivados del petróleo rebasan el poder del presidente.
Al comenzar el sexenio, el de sí espurio, el de Felipe Calderón, él mismo anunció dos cosas para legitimarse y a manera de promesa con el fin de ser aceptado por la mayoría de los mexicanos, aún a sabiendas que llegó a Los Pinos por la puerta de atrás por medios del todo ilegales; dijo que sería el presidente del empleo y ¡Oh sorpresa!... fue su sexenio el peor en esa materia de crear empleos; también prometió una refinería con el fin de dejar de importar gasolina. Metió en el presupuesto del segundo año, un gasto de 10 mil millones de pesos para echar a andar el proyecto de la refinería que se llamaría “Refinería El Bicentenario”… y nada, ni hizo nada y engañó a varios gobernadores que compitieron para que dicha refinería fuese instalada en sus estados. El gobierno de Hidalgo con Osorio Chong de gobernador fue el ganador del concurso, y el estado se endeudó con más de mil 500 millones de pesos para adquirir los terrenos necesarios, mismos que ahí están listos para que la obra comience: la cuestión es que fue una tomadura de pelo, porque PEMEX no tiene contemplado en sus programas, el de ninguna refinería. ¿Cómo podríamos llamarle a esto? ¿Desatino o ignorancia de Calderón? y, ¿a la complicidad del gobernador de Hidalgo, el que hoy despacha como secretario de gobernación?... Simplemente es ¡traición por ignorancia!
Engaño convertido en traición; traición a los mexicanos y por ende a la patria, porque el plan seguirá siendo el de importar gasolina, aun sabiendo que es contrario a los intereses de México y los mexicanos; sin embargo, el negocio es tan rentable, que se mantiene como Secreto de Estado el costo de la gasolina importada. El problema de México y de los mexicanos no es exógeno, no nos viene de allende el Bravo ni de otras partes sino de nuestro interior. No me estoy saliendo del tema de la gasolina, el problema de México, reitero, es endógeno, la gasolina y los derivados del petróleo los manejan mafias de mexicanos ligadas a mafias extranjeras, y entrambas controlan a los políticos y funcionarios públicos ligados a los hidrocarburos; el control de los políticos deriva de que para escalar cada puesto, un político requiere de “apoyos” de influencia y de dinero, y estas mafias tienen todo para proporcionárselas; a los funcionarios públicos, simplemente los compran con dinero, y si se ponen dignos u honestos, sólo les dan un levantón, lo convencen o ponen a otro funcionario en su lugar. Así controlan la gasolina, su refinación, distribución, transporte, todo e incluso el poder de robar en las gasolineras al comprador sumas que oscilan entre el 8, 12 y 16% de la compra, según tengan arreglada la bomba.
Las gasolineras ya no son de miles de distribuidores sino de unos cuantos que cada uno tiene cientos o miles de gasolineras; son pequeñas mafias pertenecientes a mafias mayores, y estas tienen sus oficinas centrales en EEUU. ¿Qué nos indica este comportamiento de los operativos de la gasolina, desde su refinación hasta el punto de venta en las gasolineras?... primero.- Que el gobierno no gobierna y que PROFECO es servidumbre de esas mafias, al igual que otras dependencias federales.
Segundo.- Que Felipe Calderón al prometer la construcción de la refinería Bicentenario, ignoraba que el país en este rubro, estaba controlado de Pe a Pa, por mafias radicadas en México con oficinas corporativas en EEUU, Canadá, Islas Caimán, etc., y que al percatarse que no podía cumplir su promesa, le dio largas al asunto y dejó que hasta hoy saliese a la luz, vía la información que la dirección de PEMEX proporciona en el sentido que de Refinería nada. El gobierno de México no tiene las riendas de estos negocios, mismos que irán desencadenando un comportamiento de fusión masiva, en el que muy pronto veremos que la refinación –ya más del 50% estadounidense-, la distribución y transporte –casi en manos de extranjeros-, y la venta al público en las gasolineras -hoy de mafias mexicanas ligadas a mafias extranjeras-, pronto serán absolutamente extranjeras, y así con el gas y con cada producto derivado del petróleo. ¡Ah!... pero el petróleo “es nuestro”, dice Peña Nieto. ¡Qué poca vergüenza y qué falta de patriotismo de él, de Pedro Joaquín Coldwell y Lozoya el de PEMEX!, trinidad de maleantes funcionales dedicados en cuerpo y alma a entregar nuestros bienes al extranjero. ¿A cambio de qué? O, ¿usted qué opina apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. 312 29 67 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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