El “México bronco” no despierta ni con bomba; sólo los jóvenes radicales pueden despertar
Pedro Echeverría V.
1. El presidente nacional del PRD, el chucho Zambrano, resaltó que en esta lucha (contra la privatización del petróleo) no hay ninguna diferencia entre las fuerzas del partido; que harán un frente común (no dicen con quien) para impedir la privatización de la renta petrolera. Indicó que si PRI y PAN impulsan juntos la una reforma energética “estarían jugando con lumbre; caerían en la tentación de estar despertando al México bronco”. La realidad es que si el PRD no apoya al PRI y al PAN, sus aliados del “Pacto por México”, estaría violentando los acuerdos y podría dejarlo Peña Nieto sin nada. ¿Qué tal si la llamada “consulta ciudadana muy independiente” que ha aprobado el PRD, siguiendo la propaganda de los medios de información, ganan los votos por la inversión privada y extranjera que no es otra cosa que privatización?
2. En frases del discurso político tradicional siempre se advierte: “No vayan a despertar al “México bronco” porque va a barrer con todos nosotros; por el contrario yo siempre respondo: que despierte el México bronco para que barra con todos los que lo dañan, incluso conmigo si es necesario”. El México bronco es el pueblo explotado, oprimido, hambriento, que está encolerizado y dispuesto a destruir todo lo que le ha impedido vivir con decencia. ¿Se imaginan que el primer paso sea convertir la gran propiedad privada en colectiva? ¿Se imaginan al México bronco que se apropie de todas las fábricas, todas las tierras, los bancos, las escuelas, las calles, los transportes, los mercados, y que se ponga a gobernar haciendo que todos trabajen y reciban ingresos y derechos equitativos e igualitarios?
3. Obviamente, ante un México levantado, muy enojado y dispuesto a realizar cambios radicales, en unos cuantos minutos tendríamos la invasión de más de un centenar de aviones yanquis sobre México, barcos de guerra en el Golfo y en el Océano Pacífico y más de 100 mil soldados mexicanos y yanquis cuidando la frontera norte; tendríamos un aeropuerto lleno de familias millonarias con decenas de aviones listos para trasladarse a los EEUU, preparadas para pedir apoyo político. Pero obviamente es una ilusión; el México bronco no despertará ni con diez bombas porque lleva muchos años de estar acurrucado, adormecido, drogado, por la iglesia, la radio y la televisión, también por la escuela. Quizá el México bronco no existe, es sólo una amenaza de discurso; lo que existe es un México integrado y dominado.
4. El México bronco fue domesticado por el mismo partido oficial (PNR-PRM-PRI) en los años 30 y 40 después de las derrotas –aunque dentro de la misma clase- del carrancismo en 1920, el delahuertismo en 1924, los de Huitzilac en 1927, los cristeros en 1929, Cedillo en 1938. La política electoral –a pesar de la enorme miseria del pueblo y de la larga dictadura del partido oficial en el campo electoral- acabó con el México bronco. Desde 1940 –cuando también el ejército es sometido por el poder ejecutivo y la vida rural-agraria comienza a someterse al desarrollo urbano o de las ciudades, México inició su entrada a la “modernidad capitalista”, a la era del cine, la radio y la televisión. La pobreza y la miseria siguen siendo ampliamente mayoritarias en México, pero la iglesia, los medios de información y la escuela siguen controlando con eficacia la conciencia.
5. Más que el México bronco que casi ha desaparecido tiene que despertar el México rebelde, igualitario, horizontal, que ha venido construyéndose con jóvenes y estudiantes que desde 1968 en las calles y Tlatelolco, 1971 en la calles de San Cosme, 1986 y 1999 en la UNAM y 2012 en muchas ciudades del país, no están dispuesto a someterse a nadie. ¿O es que tampoco el México rebelde de los jóvenes puede pararse nuevamente como en España, Chile o Brasil? La realidad es que el Yo soy 132 surgió como una sorpresa en mayo de 2012 y después de algunos meses con los resultados electorales pareció debilitarse y después de la toma de posesión de Peña Nieto, desplomarse. Todavía no se ha hecho un buen análisis de la experiencia; sin embargo es indiscutible que la juventud y los estudiantes siguen siendo un motor de los cambios revolucionarios.
6. El PRI, PAN, PRD, sólo buscan adormecer a México para que ellos desde la cúpula, desde lo alto, sigan poniéndose de acuerdo para seguir dominando a los trabajadores. Si acaso llegara a surgir un gran movimiento por la defensa del petróleo, de la electricidad, de una reforma fiscal en beneficio de los trabajadores y de lucha contra la imposición del IVA a medicinas y alimentos, esa batalla tiene que venir directamente de los trabajadores. Debemos esforzarnos por levantar esa lucha desde ahora con la Coordinadora (la CNTE) a la que sumaran seguramente algunos sindicatos, grupos campesinos, el movimiento lopezobradorista Morena y muchas pequeñas organizaciones radicalizadas. Si el PRD no estuviera aliado en el Pacto con el PRI y con el PAN se podría esperar algo positivo; pero en las circunstancias actuales ya nadie confía en él. (27/VII/13)
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