La primera minicrisis del sexenio
La lección de Brasil
Las rentas
Enrique Galván Ochoa
En los manuales de economía las siglas PRI quizá deberían aparecer como sinónimo de crisis y devaluación. Los empresarios y políticos adinerados lo saben bien, por eso no han parado de sacar sus capitales del país. A seis meses y días de haber iniciado la administración del presidente Peña Nieto el país ya se encuentra hundido en una minicrisis. Algunos factores que la configuran son éstos:
1) Devaluación. Ayer el dólar se cotizó hasta en 13.60 pesos.
2) Desaceleración. La economía está en un bache. El crecimiento pronosticado de 3.5 por ciento ya fue reajustado, primero a 3.1 y luego a 2.8 por ciento.
3) Desplome de la BMV. La Bolsa Mexicana de Valores ayer sufrió una caída de 3.91 por ciento; las pérdidas en lo que va de este año alcanzan 17.63 por ciento.
4) Desempleo. En mayo sólo se crearon 6 mil 929 empleos con registro en el IMSS. Se requieren 100 mil, cuando menos, para contrarrestar el desempleo.
5) Recorte del gasto público. El nuevo equipo hacendario está encontrando dificultades para superar la curva de aprendizaje en el manejo del presupuesto. Sin medir las consecuencias, se les ha hecho fácil dejar de pagar a los proveedores y los han llevado a situaciones límite. Canacintra dice que 30 mil empresas –micros y medianas– no han recibido su pago.
¿Y dónde está el piloto?
Pueden echarle la culpa a factores exógenos, como las declaraciones de míster Bernanke, o al nuevo giro de la política monetaria del Japón, o cualquier cosa que se les ocurra. Sin embargo, ¿de quién fue la imprudencia de dejar entrar capitales golondrinos sin ton ni son que ahora están volando? Otros gobiernos fueron más cautos y adoptaron medidas a tiempo para frenar el flujo; entre otras, gravarlos con impuestos. Tampoco puede culparse a míster Bernanke por no pagar a los proveedores ni por el desempleo. ¿Y dónde está el piloto? Viajando por todo el mundo, haciendo relaciones públicas personales. Con eso de que quiere parecerse a López Mateos, aquEl que fue motejado como López Paseos.
La lección de Brasil
Veinte centavos del real brasileño equivalen a 1.20 pesos nuestros. Ese fue el aumento que trataron de imponer a las tarifas del pasaje del transporte público. La respuesta fue una serie de manifestaciones callejeras como no se habían visto en las dos décadas recientes. Tuvieron que meter reversa. El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, anunciaron que los precios volverían al nivel de antes. Pero aun cuando las autoridades han dado marcha atrás, se anuncia que las manifestaciones continuarán: ahora se enfocarán a exigir mejorías en educación, salud y bienestar. El índice de aprobación ciudadana al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff ha caído de 63 a 55 puntos entre marzo y junio. Y las elecciones presidenciales son el año próximo. ¿Cuál es la diferencia entre los brasileños y nosotros, los mexicanos? Aquí nos suben la gasolina cada mes, parte de la recaudación va a dar a manos de los gobernadores y ya sabemos cómo se las gastan. Por cierto, la presidenta Rousseff canceló un viaje a Japón para atender las demandas de los ciudadanos.
FUENTE: http://www.jornada.unam.mx/2013/06/21/economia/010o1eco?partner=rss
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