13 de junio de 2013

Fracking, el capital especulativo alimenta la burbuja del gas, exagerar beneficios para hundir a petroleros

Rebelion. <i>Fracking</i>, el capital especulativo alimenta la burbuja del gas:
Toni Martínez
La Marea


La técnica de la fractura hidráulica o fracking, un procedimiento que podría conllevar graves riesgos de contaminación del suelo, las aguas superficiales y los acuíferos subterráneos, ya tiene en España una de sus tierras prometidas. En la actualidad, hay cerca de 40 permisos concedidos y otros tantos solicitados para, en un futuro, extraer del subsuelo gas no convencional mediante este procedimiento. Son permisos de investigación que abren el camino a la fractura hidráulica en la península, especialmente en la cornisa cantábrica. Cantabria, País Vasco y Asturias son las zonas más requeridas, aunque también se han pedido licencias en Burgos, Soria, Castellón, el norte de Huesca y, en menor medida, en Córdoba, Albacete, Lleida y Jaén.

El fracking consiste en explosionar una capa de pizarra del subsuelo para provocar pequeñas fracturas que liberen el gas esquisto. Esta forma de extracción llegó a Estados Unidos hace once años y, tras su paso por Polonia, pretende exportarse al resto de Europa.

Según la principal patronal de empresas interesadas en el negocio en el subsuelo, Shale Gas, en territorio español podría haber casi dos billones de metros cúbicos de gas a la espera de ser liberados. Esta cifra, afirman, supondría el consumo actual en España durante 70 años y una gran cantidad de empleos y beneficios económicos para el país. Estas cifras son cuestionadas por organizaciones medioambientales como Ecologistas en Acción que ya hablan abiertamente de burbuja energética especulativa. “El negocio de la fractura hidráulica ha estado sistemáticamente basado en estimaciones de reservas que han demostrado ser muy superiores a las que se pudieron extraer finalmente” , aseguran.

Tal y como explica Paco Ramos, miembro del grupo ecologista en Asturias, “hay una sobredimensión de las expectativas económicas de forma intencionada para darle un valor mayor a las compañías”. El objetivo es el mercado de cotización y el negocio especulativo. Dos informes avalan esta opinión. El primero, un estudio hecho por el geólogo David Hughes que demuestra que los operadores sobreestiman considerablemente la producción real de los pozos, incluso en un 500 %. El segundo, elaborado por el Post Carbon Institute, pone al descubierto la relevancia de las grandes empresas de los bancos de inversión de Wall Street en el crecimiento del fracking. En EEUU, el 60 % de la explotación se en cuentra en tres yacimientos, y sólo uno sigue aumentando la producción, los otros dos están parados. En España, las empresas más activas son BNK Petroleum, Shesa, San León y R2 Energy. Junto a ellas, Gas Natural y Repsol, aunque estas dos no tienen garantizado el acceso a la tecnología por lo que tendrán que llegar a acuerdos con otras empresas.

El mismo modelo que Eurovegas

FUENTE: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169599
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