3 de febrero de 2013

Sirven para justificar cambios planeados, los múltiples accidentes en Pemex: experto

Sirven para justificar “cambios planeados”, los múltiples accidentes en Pemex: experto:
  • La política de achicar la paraestatal aceleró el deterioro de sus instalaciones, destacan
  • Al día siguiente del estallido en Guadalajara se dividió la paraestatal en 4, dice Fabio Barbosa
Roberto González Amador e Israel Rodríguez J. / La Jornada


Foto: NTX / Reforma
La explosión en uno de los edificios de la sede corporativa de Pemex constituye la peor catástrofe en cuanto a la muerte de personas que ha enfrentado la paraestatal en la década, periodo marcado por la falta de explicaciones de la empresa sobre los accidentes que padece, los cuales han sido provocados tanto por fallas relacionadas con operación, deficiencias en el mantenimiento e incluso por grupos con motivaciones políticas.
Mientras las autoridades ofrecen dar a conocer los resultados de la investigación en torno a la catastrofe del jueves en la tarde, otros siniestos permanecen sin que aún se conozcan las causas.



Fabio Barbosa, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, consideró que “los múltiples accidentes ocurridos en las últimas décadas han propiciado la creación de una opinión negativa y sirven para justificar cambios que ya están planeados. Son acciones calibradas para acosar y debilitar a la paraestatal”.
Por ejemplo, recordó que el 22 de abril de 1992 ocurrió una gran explosión en un ducto en Guadalajara, Jalisco, donde murieron 206 personas, sin que se hayan fincado responsabilidades a los funcionarios de Pemex. Sin embargo, al día siguiente se ordenó la división de la paraestatal en cuatro organismos subsidiarios, que era un paso previo a la intención de privatizar algunas de sus áreas.
Incidentes antes del Quinazo
Es importante recordar que durante la dirigencia de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, en el sindicato de Pemex, que concluyó con su encarcelamiento ordenado por el entonces presidente Carlos Salinas, en 1989, se presentaron diversos incidentes. Fue el caso del Ixtoc-I, un pozo exploratorio de petróleo localizado en el Golfo de México, 965 kilómetros al sur de Texas y 94 kilómetros de Ciudad del Carmen.
El 3 de junio de 1979 sufrió un reventón (blowout en perforación) y se volvió el derrame no intencional más grande de la historia, hasta entonces.
Pemex estaba perforando un pozo de petróleo a una profundidad de 3.63 kilómetros, cuando se extravió la barrena y la circulación de lodo de perforación. Debido a esto, se perdió la estabilidad y hubo una explosión de alta presión, la cual provocó el reventón. El petróleo entró en ignición debido a una chispa y la plataforma colapsó.
Las corrientes llevaron el petróleo a las zonas costeras de Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, y también zonas de Texas resultaron contaminadas, por lo cual Estados Unidos pidió compensación, lo cual México rechazó.
En los 280 días que siguieron desde el inicio del accidente del Ixtoc-1 (3 de junio de 1979 hasta el 24 de marzo de 1980) se derramó un volumen aproximado de 3.3 millones de barriles de crudo. De esta cantidad, se quemó 50 por ciento, se evaporó 16 por ciento, se recolectó 5.4 y se dispersó 28 por ciento, según informes de Pemex.
El 9 de marzo de 1980, después de varios días de inyectar agua de mar por los dos pozos de alivio, se apagó totalmente el fuego del Ixtoc-I y el 27 de marzo se selló, concluyendo el 5 de abril los trabajos de taponamiento.
Más adelante, el 11 de octubre de 1987, representantes de 10 de las más importantes secciones del sindicato petrolero se reunieron en Villahermosa, Tabasco, y constituyeron el Movimiento Democrático Petrolero (MDP), que dio su apoyo a la candidatura presidencial a Heberto Castillo.
El 12 de octubre de 1987 explotaron dos pipas en la refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán, Veracruz, provocando lesiones graves a trabajadores.
Posteriormente, el pozo Yun- 2 quedó fuera de control después de un incendio y una explosión posterior que dañó la plataforma autoelevable Zapoteca; no se reportaron daños.
Recientemente –el 18 de septiembre de 2012– ocurrió la explosión e incendio en instalaciones de Pemex en Reynosa, Tamaulipas, que dejaron un saldo de 30 trabajadores muertos.
La tragedia ocurrió en la planta de gas de Pemex Exploración y Producción (PEP), ubicada a 19 kilómetros de Reynosa, en la carretera que une esa ciudad con Monterrey. Poco más de cuatro meses después, los resultados de los peritajes siguen sin conocerse y menos aún identificar a los responsables.
Para algunos expertos, la política de achicar Pemex y delegar sus responsabilidades a empresas contratistas aceleró el deterioro de plantas, ductos y otras instalaciones estratégicas de la petrolera mexicana.

Fuente: La Jornada

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