30 de enero de 2013

Peña Nieto y la legitimación con lo mínimo posible. POR IvonneCedillo

EPN asesino
EPN asesino (Photo credit: Brenmorado)

Posted by IvonneCedillo on ene 30, 2013 in Artículos, Notas | 0 comments


Por Roberto Josué Bermúdez Olivos.
Si nos guiamos por los análisis simplistas de gran parte de los medios de comunicación tradicionales, parecería que en México se viven tiempos de cambios importantes.
Se aprueba una ley de víctimas, se libera a la francesa Cassez víctima de un montaje y de violación al debido proceso, se firma el pacto con México, hay cambios en las políticas de seguridad en el país, se impulsa una reforma educativa que parece golpear a la eterna líder sindical y la campaña contra el hambre entre otras acciones.
Los medios de comunicación festejan estos supuestos cambios y se ven ahora si críticos del pasado gobierno panista al cual avalaron y aplaudieron hasta que llegó el nuevo dueño del circo.
Se debiera acotar que la ley de víctimas que se aprobó es la misma que fue negociada y aprobada el sexenio pasado, no se le hizo mejoras ni se crearon los instrumentos necesarios para instrumentarla y tiene deficiencias jurídicas que no se trataron.

Es un avance, sí, en un país sumido en la violencia, muerte, feminicidios e impunidad, es lo mínimo que se puede tener para resarcir sobretodo moralmente los daños ocasionados por la violencia estatal. En Colombia ya hay una ley de víctimas echada andar, al igual que existen varios instrumentos en las  nuevas constituciones latinoamericanas que abordan el problema por lo que México llega tarde y no a la vanguardia en los cambios constitucionales en América Latina, dejando de ser lo que fue mucho tiempo, una constitución de vanguardia y de las más progresistas a nivel mundial.
La ley de victimas no es un regalo o concesión como se ha hecho ver en busca de la legitimación del nuevo gobierno; es el esfuerzo, la lucha y la sangre derramada de muchos mexicanos atacados ferozmente por un sistema autoritario y militarista, donde no se ha castigado a ningún alto mando por la muerte de inocentes a manos de militares, por los falsos positivos y las violaciones cotidianas que se viven de Derechos Humanos en el país.
Es un paso mínimo y necesario, vendido como un gran avance del gobierno, lo cual es falso. No ha variado la estrategia, los muertos se siguen acumulando y solo están cambiando la imagen de quien opera militarmente el país más la estrategia sigue sin moverse, es más se apunta a un uso mayor del aparato estatal en contra de los movimientos sociales con la nueva súper secretaría de gobernación o la nueva CIA a la mexicana.
La liberación de Cassez pactada con el gobierno francés, evidencia una práctica recurrente en México, la falta del debido proceso, la manipulación y poco profesionalismo para aplicar la ley y la incompetencia de las autoridades. No es algo para festejar como lo hacen las televisoras. Las víctimas quedaron desamparadas y los crímenes impunes gracias a la negligencia oficial y la responsabilidad de García Luna.
No se ha castigado a los responsables de la pifia, se le dejó libre sin importar su culpabilidad o no, demostrando serias fallas en la procuración de justicia en el país. En este caso se subsano un daño creando otro, pero no solucionando la problemática real. Hay miles de casos en la misma situación que por no haber presión extranjera de por medio no saldrán libres ni se revisará su caso, aunque no haya habido el debido proceso, hayan sido torturados o se les hubieran fabricado pruebas.
Lo mínimo era evidenciar que no existió el debido proceso, más se debió castigar a los responsables, hacer algo con respecto a este tipo de prácticas en todo el país juzgando y castigando a Cassez si fuera necesario con una investigación seria y en apoyo a las víctimas, y que el funcionario favorito de Calderón, su policía de cabecera, candidato al Ariel estuviera ya en la cárcel juzgado por sus negligencias, mentiras y crímenes.
El papel de las televisoras también debiera ser juzgado y no dejar simplemente que se laven las manos y sigan actuando sin la mínima ética periodística y al servicio del gobierno y funcionarios en turno.
El pacto por México es un tratado de buenos deseos no vinculante, firmado por las elites de los partidos, sirviendo solo para legitimar al gobierno y dar una falsa imagen de consenso. Finalmente las políticas que se impulsen tendrán que pasar por el congreso y por la operación política de senadores y diputados. Y dibuja a la dirigencia del PRD como una “izquierda” sumisa, domesticada y sin capacidad de ante poner una agenda propia y progresista.
Las reformas entreguistas impulsadas por la élite siguen su curso, existiendo un pacto firmado o no, lo cual se evidencia con la apertura del PRI a llevar a cabo acciones que afectan a los sectores progresistas, populares y nacionalistas como la reforma energética, el IVA en alimentos, etc.
La reforma educativa no es una reforma integral, no toca a las élites que manejan el sistema educativo y deja inamovible a la lideresa magisterial, solo se enfoca en mayores candados hacia los maestros, sin profundizar en conceptos y con tendencia privatizadora.
En este caso no se hace ni lo mínimo, tal como nos quieren hacer ver los medios propagandísticos del gobierno. Habría que preguntarse qué hace un operador anti movimientos sociales como Chuayffet, prominente miembro del grupo Atlacomulco como secretario de Educación y no un verdadero académico comprometido con la enseñanza y el impulso educativo.
La cruzada contra el hambre, es una mala copia de los programas de hambre cero implantados en América Latina, sobre todo en Brasil, pero sin atacar de fondo las causas, sin dar un apoyo real al campo pero eso si con mucho asistencialismo y publicidad peri sin tocar el problema de raíz. Encabezado por la secretaría Robles la cual es símbolo del nepotismo y la corrupción de la clase política en México.
Y lo más sínico, mientras venden con bombo y platillo dicho programa anuncian la disposición de gravar los alimentos y medicinas lo que perjudicara aun más a los más pobres del país. No es más que una estrategia fallida de legitimación con lo mínimo posible.
Las políticas y la agenda real del gobierno sigue siendo la misma, aunque variando levemente las estrategias, políticas que se basan en beneficiar a las élites empresariales, a la inversión extranjera, las privatizaciones, el militarismo, la corrupción y la impunidad.
El PRI que llega es el que le sirve a las oligarquías nacionales y extranjeras, con un proyecto neoliberal, acompañado y legitimado por los viejos políticos de diferentes colores partidistas sin escrúpulos y acomodaticios.
Punto y aparte merece la desfachatez del IFE y el TRIFE al exonerar al PRI del caso MONEX y castigar al movimiento progresista por exceso de gastos en campaña, como diría un clásico: el mundo al revés. Triste rumbo toma la ya de por si desprestigiada y poco creíble democracia a la mexicana.
Es necesario que se concrete un verdadero pacto entre las fuerzas progresistas y tener un real proyecto de izquierda que frene la embestida del proyecto neoliberal empujado por las élites partidistas. El EZLN, el Yo soy 132, las comunidades autónomas, las bases de Morena, y todos los que tienen el corazón a la izquierda tienen la palabra.

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