Robles y el oportunismo a la quinta potencia avalado por el PRD o “Las mieles del poder” (Primera parte)
Por: Javier Rosiles Salas – diciembre 26 de 2012 – 0:00 INVESTIGACIONES, Investigaciones especiales -Sin embargo
Corruptos hasta la medula
Rosario Robles, como secretaria de Desarrollo Social, es un retrato que hubiera sido increíble en los setenta, cuando fue “aguerrida marxista”. Los videoescándalos, el romance con Ahumada y la perspicacia política la definen, vista de perfil.
Era el 7 de febrero de 2004. Se desarrollaba el 14 Pleno del consejo nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Minutos antes de las ocho de la noche, Carlos Payán empezaba a leer un informe sobre una auditoría realizada a la administración de Rosario Robles como presidenta del partido, cargo que desempeñó poco más de un año (de abril de 2002 a agosto de 2003). Empezó una agria discusión sobre los recursos gastados. Gerardo Fernández Noroña, secretario de la mesa del pleno, había estado negociando un acuerdo para iniciar acción penal en contra de Robles. La iniciativa de llevarla a los tribunales era apoyada por la mayoría del consejo. Las corrientes más importantes estaban de acuerdo: Nueva Izquierda (de Jesús Ortega y Jesús Zambrano), Izquierda Democrática Nacional (de René Bejarano y Dolores Padierna), Foro Nuevo Sol (de Amalia García), así como grupos menos significativos como el del propio Fernández Noroña, Movimiento de Bases Insurgentes.
LOS AMIGOS DE AQUEL TIEMPO
Robles sólo contaba con el apoyo de la corriente Unidad y Renovación (UNyR), conocida como la “Rosca” –integrada por perredistas cercanos a Robles y Cárdenas: Clara Brugada, Gilberto Ensástiga, Saúl Escobar, Pablo Gómez, Juan Guerra, Jesús Martín del Campo, Salvador Martínez, Inti Muñoz, Armando Quintero, Graco Ramírez. Alfonso Ramírez, Ramón Sosamontes, entre otros–, la cual se constituyó formalmente hasta el 21 de febrero de 2004. Robles, a través de algunos de sus operadores, se acercó a Bejarano y le pidió que detuviera la acción propuesta por Fernández Noroña. Bejarano observaba, desde la primera fila, el duro debate e intercambio de insultos que ocurría entre Fernández Noroña y Gómez, entonces coordinador de los diputados del PRD y defensor de la actuación de Robles como presidenta del partido. De pronto suelta Fernández Noroña: “En este endeudamiento estás metido hasta las orejas, Pablo”. Gómez, enfurecido, pidió la palabra para defenderse.
Mientras Gómez hizo uso de sus habilidades parlamentarias, Bejarano llamó a Fernández Noroña y le dijo algo al oído. Minutos después Fernández Noroña anunció, palabras más, palabras menos: “Voy a retirar la iniciativa de llevar a Rosario a los tribunales para dentro de un mes”; es decir, la pospuso para presentarla durante el siguiente consejo. Sin embargo, eso no ocurrirá: 23 días después de aquel 7 de febrero se dieron a conocer los llamados videoescándalos. El 1 de marzo, en el noticiario de Joaquín López Dóriga, en Televisa, el entonces secretario de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal Gustavo Ponce apareció apostando en un casino en Las Vegas; dos días después, el 3 de marzo, en el programa El mañanero, Brozo presentó un video en el que Bejarano apareció recibiendo fajos de billetes sujetos con ligas de parte de Carlos Ahumada, empresario, pareja sentimental en ese momento de Robles y quien le financió su campaña por la dirigencia perredista. Una semana después, el 10 de marzo, Robles renunció al partido que había fundado y en el que había militado por 15 años debido a la corrupción evidenciada en los videos. “Debo admitir que cometí el error de relacionar lo personal con la política”, dijo al hacer el anuncio de su partida. “Todos saben que no soy yo la que aparece en los videos llevándose dinero. La burocracia partidaria sabe que no me merezco esta situación. Pero se están frotando las manos porque por fin me van a cobrar que no quise ser como ellos”, sostuvo.
ROSARIO Y LOS VIDEOESCÁNDALOS
El espectáculo mediático de los videoescándalos había salvado a Robles de ir a la cárcel. “Quizá parezca que era para golpear a Andrés Manuel López Obrador, lo era: en esencia, a Televisa, a Diego Fernández, a Carlos Salinas les convenía pegarle a Andrés Manuel, pero a Rosario, ¿por qué le convendría? pues porque se estaba salvando de ir a la cárcel”, asegura una fuente consultada por Sin Embargo MX. Esa misma persona, que prefiere el anonimato, asegura que “es una alta traición de Rosario”, porque negocia con Bejarano que aplacen un mes la demanda y en esos días junto con Ahumada decide hacer públicos los videos. El tema de la deuda del PRD pudo significar el fin de la carrera política de Robles, pero los videoescándalos lograron desviar suficientemente la atención.
“Rosario trascendió porque fue la gran traidora, ella fue la que orquestó todo; ella hizo el plan. No digo que Diego Fernández y Salinas no tuvieran la capacidad, pero ellos no se ensucian las manos así, ellos tienen sus pistoleros y su pistolera fue Rosario”, agrega. Para el ex perredista, quien admite dar su versión del episodio, el asunto de los videos retrata bien a Robles: “La pone perversa, la pone egoísta; busca salvarse a sí misma, y se salva. En el siguiente consejo ya no se toca el tema del endeudamiento, sino se toca el tema de los videos. Si en un principio Bejarano le salva la vida a Robles, después ella lo asesina políticamente. Habla de una Rosario muy ególatra; no le importó que uno de sus mejores amigos, Carlos Imaz, también cayera. Ella se salvó. Es la Mata Hari del PRD y ahora es secretaria de Estado”.
UN ALFIL SALINISTA
De proponerse forjar una “patria socialista” pasó a intentar “mover a México”, de tener camaradas, a tener compañeros secretarios de Estado. Robles es hoy parte de un gabinete dominado por personajes ligados al ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Quien fuera una aguerrida marxista en los setenta ocupa ahora la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), dependencia estratégica para un gobierno priísta que ha decidido moderar el gasto en seguridad pública y aumentar el gasto social. Su mayor interés es, según sus propias palabras, “ser mamá/política y no morir en el intento”. Quienes trabajaron cerca de ella no le regatean su habilidad para saber relacionarse con quienes poseen poder, su olfato político; la caracterizan como una mujer inteligente, astuta, brillante y culta. Son estas cualidades las que, dicen algunos de quienes la conocen, le permiten mantener aún su obsesión: convertirse en Presidenta de la República, aunque en ese camino haya traicionado no sólo a sus aliados, sino también muchos de sus ideales. La fuente citada asegura que la Sedesol es un pago de Salinas a Robles por destruir a la izquierda: “¿En qué le beneficia a Peña Nieto o a Salinas que esté Rosario? En nada. No le aporta nada nuevo, ya no es alguien relevante en la izquierda, ya pasaron 10 años. ¿Qué le aporta? Pues nada, ya lo había aportado. Es un pago de favores: se tardaron 10 años pero se lo pagaron”.
Un perredista, quien en su momento estuvo cerca de Robles y quien también pide hablar desde el anonimato, lanza una advertencia: “Si no tenemos la inteligencia para organizar las bases, ella se va a encargar de menguarnos en todos los rincones del país donde la Sedesol tiene todos los programas sociales, y lo va a hacer bien. Creo que le sirve muy bien, es un alfil adecuado para Carlos Salinas”. De acuerdo con el Presupuesto de Egresos entregado a la Cámara de Diputados, Peña Nieto busca que Robles cuente con recursos 8.4 por ciento superiores a los ejercidos por la Sedesol este año; es decir, que maneje más de 95 mil 250 millones de pesos. De aprobarse lo anterior, Robles encabezaría la tercera secretaría con más recursos, superada sólo por la de Educación Pública y la de Salud. Del equipo que acompañará a Robles en la Sedesol, el primero en asumir funciones, el pasado 6 de diciembre, fue Ernesto Nemer, quien fungirá como subsecretario de Desarrollo Social y Humano y quien se desempeñó como secretario de Desarrollo Social del Estado de México cuando Peña Nieto fue gobernador. Días después, el 12 de diciembre, Robles presentó al resto de su equipo, en el que destacan personajes como Javier Guerrero García, quien hasta hace unos días ocupaba la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno de Coahuila, y Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, quien durante el gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca fue secretario técnico del gabinete y luego coordinador general de comunicación social. Aunque no se ha dado a conocer públicamente, en el directorio de la Sedesol aparece un nombre conocido. Como “Jefe de la Oficina del Secretario”, está Ramón Sosamontes, mano derecha de Robles desde que militaban en el PRD y a quien Ahumada se refiere como “mi amigo”: “Mis hijos le decían tío Ramón”, cuenta el empresario en su libro Derecho de Réplica (Grijalbo, 2009).
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