21 de diciembre de 2012

Aunque la mona se vista de seda… ¿Viejo PRI o nuevo PRI?

Aunque la mona se vista de seda…:





Román Munguía Huato

Rebelión

21-12-2012

¿Viejo PRI o nuevo PRI? La transición le llaman los ideólogos oficialistas u oficiosos al supuesto cambio de régimen político cuando en realidad es meramente un cambio de partido en el gobierno con las mismas políticas “públicas” neoliberales: el pripanismo renovado con un disfraz de una (post) modernidad ficticia. Cambio de piel ofídico y la amenaza de incubar El huevo de la serpiente de un mayor autoritarismo de una vieja dictadura (“perfecta”, Vargas Llosa dixit) de más de 70 años. Ni del viejo ni del nuevo, “soy del PRI de todas las épocas”, dijo el senador Manlio Fabio Beltrones.



En el año 2000, cuando hubo cambio de partido en el gobierno federal por primera vez, se habló hasta el cansancio de una “transición democrática”. Al poco tiempo con Fox se hizo visible que las aspiraciones de cambio quedaban en el desencanto y la frustración por una grotesca y patética forma del quehacer político, al igual que en el 2006 con un gobierno ilegítimo y truculento que llevó a México al colapso social bajo el mando de una cleptocracia, una profunda corrupción e ineptitud.



La herencia priista finisecular y de doce años panistas ha dejado una verdadera catástrofe nacional. La profunda crisis social en realidad es el rotundo fracaso de una oligarquía incapaz de llevar a cabo un proyecto de desarrollo nacional soberano concebido para construir un estado de bienestar social. La plutocracia, clase dirigente, ha sido y es totalmente inepta para generar mejores condiciones de vida material y espiritual para el grueso de la población mexicana. Por el contrario, con las políticas neoliberales se ha ensañado ominosamente contra los trabajadores causando una mayor y lacerante pobreza social, agravada con una violencia devastadora.



La nueva presidencia en el poder federal no cuenta con ningún verdadero proyecto democrático para cambiar al país con base a reformas estructurales profundas para beneficio de la mayoría poblacional. A pesar de que “ganó” con una diferencia de tres millones de votos, lo cierto es que no tuvo el voto de más del 50 por ciento del electorado. Se impuso la democracia del poder y del dinero; la democracia de mercado. Es claro que no veremos actuar igual al PRI-Gobierno de antaño, de rancio abolengo bonapartista, sino a un partido de Estado con una amplia experiencia en la aplicación de las viejas políticas tecnoburocráticas neoliberales a partir de los años ochenta llevando agua a su molino con la “globalización” capitalista. Es muy cierto que las mutaciones del partido tricolor han existido desde hace décadas, pues los tiempos de cambio relativo lo han marcado los ritmos del proceso de acumulación del capital endógeno y exógeno y las tensiones políticas derivadas de las contradicciones y los conflictos sociales, pero también es cierto que tales cambios de ropaje político se han dado con base a un proyecto de desarrollo oligárquico semicolonial. Es esto lo que explica esencialmente el camaleonismo político priista, que es una forma de adaptación pragmática, oportunista, a los tiempos cambiantes; en eso reside el conocido gatopardismo a la mexicana, es decir, “cambiar algo para que nada cambie”.

ver más:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=161117&titular=aunque-la-mona-se-vista-de-seda%85-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos