19 de diciembre de 2012

GALVAN OCHOA: Alegrense Mexicanos.Quedó en 6 tortillas el aumentazo salarial

Alegrense Mexicanos.Quedó en 6 tortillas el aumentazo salarial:

Aniversario del "error de diciembre"

Enrique Galván Ochoa

La Jornada

Miercoles 19 de Diciembre 2012

Quedó en 6 tortillas el aumentazo del salario mínimo para 2013. El precio promedio de una tortilla es de 40 centavos. El mínimo diario en la zona A subió $2.43, de $62.33 a $64.76. El mínimo en la zona B aumentó $2.30 por día, de $59.08 a $61.38. Ya no hay zona C. Porcentualmente, los incrementos representan 3.9 por ciento. Los representantes obreros en la Comisión Nacional del Salario Mínimo habían pedido un aumento de 10 por ciento, pero doblaron las manitas con mucha facilidad. Entonces, ¿para qué el gobierno en turno los tiene a su servicio? ¿Acaso el Congreso no aprobó recientemente un reformón laboral que protege los intereses de los caciques sindicales?



Compromiso no cumplido

Para efectos prácticos, el aumentazo cumple tres propósitos aparentemente sin conexión, pero si los vemos con detenimiento no son excluyentes: 1) Continuar bajando los sueldos (la inflación real es mayor a la oficial), a efecto de competir con China y quitarle mercado a sus productos en Estados Unidos. 2) Generar gente en la miseria, que eventualmente pueda ser contratada por los cárteles (el secretario de Gobernación, Jesús Murillo Karam, dijo ayer en el programa de Carmen Aristegui que operan entre 60 y 80, seguramente tendrán necesidad de contratar mucho personal, sobre todo joven. Y 3) Disponer de gente necesitada que acepte vender su voto en las elecciones (una familia de cinco ciudadanos puede venderlos por 10 mil pesos en una sola jornada electoral). Lo que no se cumplió fue uno de los compromisos del candidato Enrique Peña Nieto, en el sentido de que su gobierno vería que mejoraran los ingresos de los trabajadores.


El error de diciembre

¿No sería buena idea declarar el 19 de diciembre día de duelo nacional e izar las banderas de los edificios públicos? Un día como ayer, pero de 1994, comenzó a desencadenarse una crisis económica que inclusive tuvo efectos mundiales. También se le conoce como efecto Tequila. El día primero de diciembre, Carlos Salinas de Gortari había entregado un país supuestamente próspero a Ernesto Zedillo –el candidato priísta emergente, que había sustituido al asesinado Luis Donaldo Colosio. La realidad era distinta. Había una crisis profunda, pero oculta. Zedillo cometió la indiscreción de confiar a un grupo de empresarios –y funcionarios, por supuesto– su intención de devaluar controladamente la moneda. Se lanzaron a comprar dólares… y vino la catástrofe que hoy día seguimos pagando vía el Fobaproa. Salinas y Zedillo se culpan recíprocamente, pero lo cierto es que ninguno de los dos es inocente.

ver más:

http://www.jornada.unam.mx/2012/12/19/opinion/012o1eco

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