19 de octubre de 2012

LA FAO, LA DESNUTRICIÓN Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ - Patricia Barba


LA FAO, LA DESNUTRICIÓN Y EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ

16 de octubre de 1945: Se crea la FAO para erradicar el hambre en el mundo...

12 de octubre de 2012: Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea por su contribución a la paz, la democracia y los derechos humanos...

Grandes manifestaciones de oposición a las medidas de ajuste en Grecia, España e Italia...

¿Puede haber paz con hambre y miseria?

Por: Patricia Barba Ávila

Sin duda alguna, uno de los eventos bélicos más destructivos en la historia del planeta ha sido la II Guerra Mundial que concluyó en 1945 después de haber generado más de 100 millones de muertes y devastado naciones enteras. En el marco de esa brutal destrucción, el 16 de octubre de ese mismo año, la ONU decide constituir la FAO (Food and Agriculture Organization) con el fin de erradicar el hambre (SIC). Un año después, la ONU decreta la formación de otro organismo: la UNICEF, para defender los derechos de la niñez básicamente de los estados europeos afectados por la conflagración mundial. Pero el ímpetu generador de elefantes blancos no quedó ahí, sino que tres años después, las Naciones Unidas decidieron crear un organismo más: la Organización Mundial de la Salud para tutelar el derecho a la salud. Pero no sólo estas instituciones surgieron en esos años aciagos de nuestra historia; para infortunio de los pueblos reducidos a la más infame miseria, el mundo atestiguó el nacimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Bretton Woods, New Hampshire, cuya misión era apoyar el restablecimiento de las economías destruidas por el conflicto bélico.

Todo lo anterior obliga a cuestionar no sólo el verdadero motivo para crear estos organismos, sino su efectividad en el cumplimiento de la función para la que se argumenta que fueron creados. En primer lugar, uno podría asumir que la FAO, la UNICEF y la OMS hubiesen sido suficientes para erradicar en el transcurso de más de seis décadas, el hambre y las enfermedades que han venido padeciendo por décadas, millones de seres humanos en el planeta que después de infernales sufrimientos acaban por perder la vida. Lamentablemente, contra todo sentido común, ninguna de estas tres instituciones han logrado ni erradicar el hambre ni garantizar los derechos humanos de niños, jóvenes, hombres y mujeres ni en Europa ni en el resto del mundo. ¿Por qué? Pues muy probablemente porque la función que les ha sido asignada sea la de atacar los efectos pero no las causas de estos flagelos.

¿Cuál es entonces, el beneficio real, tangible de la existencia de estos costosísimos elefantes blancos para los miles de millones de niños, mujeres y hombres que día con día pierden la vida por inanición o enfermedades no atendidas? Yo diría que absolutamente ninguno y que, por ejemplo, los 1,400 millones de dólares que consume la UNICEF –más similares montos para la FAO, la OMS, etc-- bien podrían destinarse a efectivamente erradicar la hambruna del 59% de los menores de 18 años que sobreviven con menos de un dólar al día en los países "en vías de desarrollo" (SIC!) y del 90% de la niñez en las comunidades indígenas y rurales. Es decir, en lugar de desviar ingentes sumas de dinero a mantener estas costosas instituciones, los gobiernos de cada país podrían incluirlos en sus presupuestos de gasto social; al fin y al cabo, ese es el objeto del pago de impuestos, ¿no es así?

Por todo lo anterior resulta no sólo absurdo sino ofensivo que el Comité del Nobel en Noruega haya decidido otorgar este preciado reconocimiento a la FAO, a la UNICEF y ahora a la Unión Europea, pese a las masacres perpetradas por los poderes fácticos que la controlan y que con empresarial entusiasmo han financiado las invasiones y guerras de ocupación enderezadas contra Vietnam, la ex Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Palestina, Siria, en colusión vergonzante con los sucesivos gobiernos norteamericanos en nombre de "la paz y la democracia en el mundo" aunque millones de estadounidenses no tengan vivienda, empleo o cobertura médica.

Y como si todo esto no fuese suficiente, tenemos el brutal deterioro de naciones como Grecia, España e Italia, cuyas economías han sido destrozadas por las recetas fondomonetaristas que siguen enriqueciendo groseramente los bolsillos del puñado de banqueros y mega-empresarios que conforman el cartel financiero internacional mientras aniquilan el futuro de pueblos que en ningún momento fueron consultados para tener el “privilegio” de pertenecer a la Zona Euro.  ¿Entonces, puede alguien, con plena conciencia moral e intelectual, afirmar que en Europa reina la paz, la justicia social y la democracia? Evidentemente que no.

La inmensa paradoja radica en que las multibillonarias corporaciones que controlan la economía de una sustancial región del planeta a través del FMI y el BM, mediante políticas empobrecedoras aplicadas por los gobiernos sumisos (gerencias generales) en numerosas naciones, anuncian con gran pompa sus donativos y fundaciones de millones de dólares o euros para la erradicación del hambre y la pobreza y aquí la pregunta es inevitable: ¿para qué crear pobres para luego “ayudarlos” a salir de la pobreza? No tiene sentido salvo que ese no sea el objetivo y, si no es así, entonces ¿cuál sería? Aventuraría la siguiente hipótesis: que la verdadera intención de los "magnánimos" donantes y creadores de fundaciones caritativas, no sea precisamente la de erradicar o, por lo menos, aliviar la atroz miseria en la que se debaten y luego mueren, cientos de miles de seres humanos, ya que para fines de autopromoción y autoconservación, les es más que redituable que existan tales niveles infrahumanos de miseria. Me explico: si amplios sectores sociales dedican toda su menguante energía a su sobrevivencia, poco o nada querrán y podrán hacer para participar en movimientos emancipadores. Y así, podemos nombrar a la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill Gates, la Fundación Telmex, la Fundación Televisa, la Fundación TV Azteca, además de los abultados subsidios a la FAO, la UNICEF, la OMS, etc etc, todas ellas creadas con evidente enfoque empresarial, bajo el socorrido "win win" (todos ganan) con el que mequetrefes bien pagados como Peña Nieto --obediente empleado del cartel— acaba de aderezar su  declaración sobre la apertura de PEMEX al capital transnacional.

Con lo anterior no quiero decir que todos los empresarios del mundo sean descarnadamente indiferentes al indecible sufrimiento de los millones de marginados. No. El punto aquí es que en medio de una guerra atroz por el control de las riquezas mundiales, las multimillonarias corporaciones que, además de ocasionar la quiebra de pequeños y medianos empresarios deciden el destino de pueblos enteros, tienen que crear las condiciones idóneas para impedir que las grandes mayorías se rebelen y, eventualmente, los derroquen y para eso, hay que debilitarlas. Es decir, el empobrecimiento sostenido de enormes conglomerados humanos no es accidental o producto sólo de la ambición desmedida de los privilegiados sino que se ha transformado en una política de dominio absoluto mediante el aplastamiento de la voluntad y la dignidad de los pueblos. Para eso han conformado una poderosa red de medios de "comunicación" –la mediocracia-- que entre otras funciones, tiene la misión de convencer a los muchos de que su destino es irremediable y fatal y que no hay nada que puedan hacer para cambiarlo. Algunos definen toda esta estrategia como "guerra de baja intensidad" aunque, francamente, si sopesamos la violencia brutal que significa matar por hambre y enfermedades curables, yo diría que es una "guerra de alta intensidad", sin duda.

Otro de los objetivos de la mediocracia es crear distractores que, como decía el Tigre Azcárraga, sirvan para que los "jodidos" no piensen tanto en su miseria, es decir, que se conformen y tengan "fe" en que, a lo mejor, en el caso de una joven pepenadora, un rico y guapo príncipe la va a rescatar transformándola en una respetable y elegante dama y, en el caso de algún guapísimo y fornido jardinero, que una caritativa y gentil multimillonaria lo convierta en todo un caballero...esta ha sido, en suma, la base ideológica de las telenovelas, las cuales compiten en el seno del hogar con los partidos de fútbol, en los que un deporte tan hermoso ha devenido en una poderosa herramienta de manipulación mental y de despolitización. Es decir, se trata tanto de controlar voluntades como de fomentar no sólo el conformismo sino la mediocridad más abyecta que se traduce en tratar de obtener la mayor ganancia con el menor esfuerzo, que es, indudablemente, el mantra de un elevado porcentaje de la clase politiquera, que no política, porque la política, en su más noble acepción, nada tiene que ver con las actividades de la  podrida burocracia gubernamental en naciones como México.

Por si alguien piensa que nuestra indignación es exagerada ante la decisión de otorgar el Premio Nobel a individuos y entidades como Henry Kissinger (1973), Barack Obama (2009) y la Unión Europea (2012) algunos de cuyos funcionarios se han reunido con Enrique Peña Nieto para asegurar la entrega absoluta de la riqueza energética de México al cartel financiero internacional, aquí va este dato: el investigador Abelardo Ávila pronosticó que durante 2012 al menos 10 mil niños mexicanos morirán a causa de enfermedades asociadas con la desnutrición. En tres décadas, según el Instituto Nacional de Nutrición Salvador Subirá, se pudo haber evitado alrededor de 1.3 millones de fallecimientos de niños menores de cinco años a causa de la malnutrición…¿y la UNICEF y la FAO qué dicen y hacen al respecto?  Nada, claro está, porque su mera existencia depende de mantener contentos y satisfechos a sus patrocinadores, haciendo como que funcionan pero sin realmente lograr los fines para los que alegan que fueron creadas.

Adicionalmente, instituciones similares como la UNESCO y la OIT tampoco han servido para generar condiciones en las que los amplios sectores sociales, hoy por hoy víctimas de los mamotretos estupidizantes de la mediocracia, tengan acceso a  educación y cultura de calidad, ya que los elevados niveles de desempleo que impiden que miles de millones de hombres y mujeres reciban un salario suficiente para cubrir todas sus necesidades materiales y espirituales, son generados precisamente por los codiciosos mega-empresarios que diseñan la estructura y capacidades de todos estos elefantes blancos. En realidad, todos ellos conforman una muy onerosa sopa de letras que pesa como plomo sobre los debilitados hombros de cientos de miles de explotados que tienen que mantener no sólo a gobiernos --gerencias generales-- que los roban, oprimen, encarcelan y asesinan, sino también a estos organismos que en realidad sirven de plataforma para que los potentados del mundo publiciten su "bondad" y "buen corazón" hacia sus víctimas.

Concluyo con esta reflexión: si un extraterrestre nos observara y le fuera dado externarnos su opinión, con toda seguridad no sería muy halagüeña hacia los logros de nuestra poco sabia especie Homo sapiens.

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana…del Universo no estoy seguro. Albert Einstein

La vida es muy peligrosa no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa. Albert Einstein

La prueba más auténtica de civilización, cultura y dignidad es el carácter no las vestimentas. Gandhi

Patricia Barba Avila
Titular del programa Desde la raíz transmitido por Radio La Nueva República los lunes de 21 a 23 hrs y los miercoles de 21 a 22 hrs y Sabía usted que los domingos de 11 a 13 hrs por: http://lanuevarepublica.org
Co-titular del programa Causa y Efecto todos los domingos de 14 a 16 hrs por Canal 27 de Cablevisión y las frecuencias 1030 de AM y 620 de FM. http://psntv.info

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