20 de septiembre de 2012

Analizan activistas de CIUDAD JUAREZ las medidas de seguridad que deben tomar para trabajar

Analizan activistas las medidas de seguridad que deben tomar:

Señalan que se enfrentan en un 55% a la violencia de las instituciones y agentes estatales
Conferencia de Orfe Castillo (izquierda) en el Foro de Defensoras de Derechos Humanos
 

Fuente: José Luis González
Conferencia de Orfe Castillo (izquierda) en el Foro de Defensoras de Derechos Humanos


Hérika Martínez Prado | NorteDigital
En Ciudad Juárez las defensoras de los derechos humanos se enfrentan principalmente a la violencia de las autoridades, y luego a los grupos criminales, por lo que ayer realizaron el primer foro para analizar las medidas de seguridad que deben tomar.



“Es un trabajo que se vive con un gran sentido de compromiso para un mundo más justo, equitativo e igualitario, pero sentimos la necesidad de mayor capacitación, porque vivimos en constante estrés y situaciones de angustia”, comentó Imelda Marrufo, de la Red Mesa de Mujeres.

Dentro del primer Foro de Defensoras de Derechos Humanos en Ciudad Juárez, las participantes analizaron sus orígenes como activistas, las medidas de prevención que deben tomar en cuenta, la importancia de tomar en cuenta su bienestar físico y de unirse en su trabajo.

De acuerdo a Marrufo, el Diagnóstico de Defensoras de Derechos Humanos, que incluye testimonios de defensoras tanto de esta ciudad como de la capital del estado, señala que se enfrentan en un 55 por ciento a la violencia de las instituciones y agentes estatales, y en un 35 por ciento a la violencia de los grupos criminales.

El mismo diagnóstico, presentado ayer por Orfe Castillo, de la agrupación Asociadas por lo Justo, señala las diversas formas de agresión a las defensoras de derechos humanos, entre las que destaca el asesinato y amenazas de muerte.

“Hay otras formas en las que se ha ejercido violencia contra las defensoras, como el descrédito al trabajo que se hace y la captación de liderazgos sociales, para a veces ponernos en contra de las propias organizaciones sociales”, comentó.

Verónica Corchado Espinoza, integrante de la Red Mesa de Mujeres y de la Colectiva Arte, Comunidad y Equidad, explicó también la situación de las defensoras de derechos humanos en Ciudad Juárez.

“En el 2008 pasamos de la indignación a la guerra articulada contra el crimen organizado, para hacer exigibles nuestros derechos. Lanzamos una declaratoria de solidaridad permanente, el primer frente donde dijimos ‘esta guerra no la queremos y no la vamos a legitimizar’”, apuntó.

Recordó que fue entonces cuando les tocó vivir torturas, amenazas, extorsiones y otros tipos de acosos al realizar su trabajo, como el acompañamiento a los familiares de las mujeres desaparecidas.

“Entramos a una dinámica muy densa, y muchos no supimos qué hacer, más que estar”, dijo Corchado Espinoza, quien también señaló que en el 2009 se vivieron los tiempos de más miedo a hablar, “pero pudimos organizar nuestra voz”.

En el 2010 y 2011 alzar la voz representaba un riesgo latente, con la muerte de Marisela Escobedo, Susana Chávez y Josefina Reyes, así como el hostigamiento a otras activistas.

“Pero estamos avanzando aunque se vea lento el paso. Para recuperar Juárez, estamos yendo en el camino correcto.

Nuestro trabajo es de alto riesgo, pero en medida de que estemos más cercanas el riesgo baja”, destacó.

Dijo que a veces no logran canalizar el miedo de allanamientos a sus espacios, pero están empeñadas en crear esferas que articulen sus demandas, dolores y esperanzas como un frente ante la violencia

Olga Esparza Rodríguez, madre de la universitaria Mónica Alanis Esparza, desaparecida a los 19 años de edad, el 26 de marzo del 2009, comentó cómo ha combinado su dolor de victima con el apoyo a otras madres.

“Desde el día que desapareció Mónica y hasta la fecha mi vida y la de mi familia dio un giro, desde el día que no llegaba a casa empezamos a pegar pesquisas, a buscarla por muchos lugares con nuestros propios medios. Queremos dar a conocer lo que pasa en Ciudad Juárez”, compartió.

En su búsqueda, ella y su esposo, se encontraron con otras madres a quienes han apoyado y asesorado en la búsqueda de sus hijas, como parte del Comité de Madres y Familiares de Mujeres Desaparecidas en Ciudad Juárez, fundado junto a Norma Laguna, madre de Idalí Juache Laguna.

“Necesitamos cuidarnos, yo he tenido terapia en la red y me ha fortalecido para apoyar a otras mujeres que están en la misma situación”, dijo.

Para Olga, una madre no se cansará nunca de buscar a su hija y de ir a todas partes, aunque eso impliqué riesgos.

Para ellos, al igual que para el resto de las familias en su misma condición, la búsqueda no ha sido sencilla, por lo que buscan capacitarse y trabajar unidas para que sus hijas regresen con vida a casa y no haya otra mujer desaparecida.

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