Los jóvenes marcharon por Santiago y varias ciudades por una educación pública, gratuita y administrada en el nivel básico y secundario por el Gobierno central y no por los municipios
Los estudiantes de secundaria chilenos desafiaron hoy la lluvia y la amenaza de ser reprimidos y marcharon en diversos sectores de Santiago y otras ciudades al comenzar un paro nacional al que el presidente Sebastián Piñera restó importancia.
Durante una ceremonia en el palacio presidencial, Piñera subrayó el compromiso de su gobierno con la educación y sostuvo que sólo "el 0.1 por ciento de los colegios" están ocupados por sus alumnos.
Según cifras de las organizaciones estudiantiles, en la capital del país son alrededor de una decena los establecimientos ocupados y a nivel nacional suman medio centenar.
El paro convocado para hoy por los secundarios culmina tres semanas de movilizaciones que han incluido tomas de colegios, desalojos policiales, retomas de los establecimientos y manifestaciones callejeras que han sido duramente reprimidas por la policía, con un balance de centenares de detenidos.
El paro de hoy incluyó la convocatoria al menos a una quincena de marchas en diversos sectores de Santiago, que no fueron autorizadas, pero los estudiantes de secundaria, que tienen el apoyo de los universitarios, salieron a las calles y bloquearon el tránsito en numerosas calles y avenidas de la capital.
En varios sectores de Santiago, los estudiantes marchan desde sus colegios hacia la respectiva municipalidad, para reiterar a los alcaldes sus demandas de mejoras en el sistema educativo.
Los estudiantes chilenos luchan desde el año pasado por una educación pública, gratuita y administrada en el nivel básico y secundario por el Gobierno central y no por los municipios, como es en la actualidad.
A nivel universitario buscan el fin del lucro existente en muchos centros privados y de los altos costes de las carreras, que deben solventar con créditos del sistema financiero.
El Gobierno ha respondido con ofertas de créditos más baratos, más becas y una reforma tributaria que se debate en el Congreso, que busca recaudar hasta 1 mil millones de dólares para la educación, pero se niega a los cambios estructurales del sistema que exigen los estudiantes.
Los alrededores de los colegios más importantes permanecían vigilados por la policía, pero hasta las 11:30 horas no se habían producido incidentes.
Pablo Cepeda, vicepresidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional, calificó de "grotesco" el despliegue policial frente al colegio, situado a corta distancia del Palacio La Moneda y está ocupado por los estudiantes.
Cepeda admitió que las tomas no son beneficiosas para nadie.
"Sería ser ciego y negar que con las tomas se hace un daño a la educación pública, pero hay responsables políticos que no han sabido dar respuestas a las demandas de un movimiento estudiantil y social transversal, tan amplio como fue el año pasado", dijo a los periodistas.
Los dirigentes estudiantiles han subrayado que en el primer semestre de este año no hubo casi movilizaciones, pues esperaban respuestas del gobierno a sus movilizaciones, que nunca recibieron.
En La Moneda, el presidente Sebastián Piñera dijo durante una actividad pública que su gobierno trabaja para mejorar la calidad de vida de los chilenos y que está "comprometido" con la educación, asegurando que "sólo un 0.1 % de los colegios" se encuentra ocupado por los alumnos.
"Tenemos en educación y empleo un compromiso muy grande, que se está reflejando en hechos", subrayó.
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